Ideas rápidas.

Seiyuu favorito V

Reo sonrió al ver al castaño huir, el pelirrojo dejo caer en el piso y oculto su cara.

-Are~ pero si era Kō-chan- sonrió divertido ante la situación -. ¿Viendo Yaoi explícito?

-Cállate y vete.

Reo ignoró al pelirrojo y se sentó en el puff -¿POR QUÉ? Es mi capitulo favorito.

-Reo...

-¿QUÉ? Agradece que no te estoy preguntando por lo que acabo de encontrar... Aunque esa erección tuya es más que suficiente para saber que interrumpí algo muy bueno.

-¡Reo!- exclamó avergonzado, se levantó y huyó a su habitación.

Reo sonrió al escuchar el portazo -. Ehhh así que Kō-chan.... ¿Pero porque estaban viendo Yaoi?

Fue cuando su mirada recayó en el libro tirado a un lado. Lo levantó, leyó el título y frunció el ceño ¿No era el anime que se estrenaba en la temporada de invierno? Comenzó a revisar ¡Era el libreto! ¿Cómo seijūrō tenía esa mina de oro?

Espero por 10 largos minutos que el pelirrojo regresará a la habitación -¿Cómo es que tienes está mina de oro?

Seijūrō le arrebató el libreto -. No es de tu incumbencia.

-¡DIME!

-No.

-¡AKASHI SEIJŪRŌ TIENES QUE DECIRME DE DONDE LO SACASTE!¡ ES UNA MINA DE ORO!

-No- evito que el pelinegro le quitará el libreto.

-¡Sei-chan!

-No.

-Bien- soltó un suspiro -. Al menos déjame leerlo.

-Esta bien. Pero nada de publicaciones sobre esto. Créeme, no quiero estar en problemas.

-Esta bien- estiró las manos con desesperación.

-Bien.

Seijūrō se sentó y quitó el anime, y comenzó a reproducir sus animes favoritos.

Reo estaba fascinado, y cuando una bota cayó del libreto fue aún mas... -¡Un libreto para Hikari-sama!

Seijūrō miro la nota e ignoro los gritos de reo por respuesta. Bien... Tenía en regresarle el libreto cuanto antes. Tomo el teléfono y envío un mensaje.

Una hora después el castaño le respondió que pasaría al día siguiente a la recepción de la empresa Akashi.

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Kōki soltó un suspiro después de que el pelirrojo le respondió que estaba bien el lugar.

-que vergüenza.

¿Qué demonios lo había poseído para besar al pelirrojo?

Agradecía la interrupción del azabache, sino no sabía que hubiera pasado.

-Hijo ¿ya te aprendiste el libreto?

-No del todo- respondió.

-¿Quieres ayuda?

-No! Así estoy bien... Yo me aprenderé.

-Tranquilo- levantó las manos al verlo en pánico -. Solo toma descansos.

Asintió; soltó un suspiro una vez que su padre abandonó la habitación. Jamás iba a decirle dónde estaba el libreto.

-¿POR QUE A MI? - farfullo confundido.

Si había tenido un par de novios antes, nada fuera de lo normal.  Obviamente se había besado con cada uno de ellos, pero esos besos jamás lo hicieron sentir lo de hoy.

-Maldito- murmuró.

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Al día siguiente, a temprana hora Kōki arribo al lobby de Akashi Corp.

-Buen día- saludo a la recepcionista.

-Buen día ¿En qué puedo ayudarlo?

-Etto... Akashi-san sabía que venía, le llamé a su teléfono pero no responde.

-¿Akashi papá o hijo?

-Hijo, Seijūrō-san.

-¿Nombre?

-Furihata Kōki.

-Permitame un momento.

Kōki asintió y esperó pacientemente mente. Un minuto después la recepcionista le llamo.

-Tome esto- le tendió un pase -. Tome el elevador al último piso y a la izquierda se encierra la oficina de Akashi-san.

Frunció el ceño pero asintió y agradeció. Tomo el elevador y siguió las instrucciones.

-¿Furihata-san?

-Si- respondió, una mujer muy bonita le estaba esperando.

-Sigame.

Kōki siguió a la mujer y entro al lugar que la secretaria le indico, era un oficina elegante. Tenía una hermosa vista.

-Akashi-sama se encuentra en una junta, no tarda en finalizar. Dejó instrucciones de que lo esperara en un oficina. 

-Comprendo.

-Tome asiento.

-Gracias. 

El castaño miro a la mujer marcharse, tomo asiento en el sillón de dos plazas que yacía al otro lado de la habitación, cerca del gran ventanal.

Mientras esperaba miró al rededor de la oficina, era bastante amplia. Algo tirado detrás del escritorio llamó su atención, se levantó  y arrodillo para levantarlo... Era un manga, no cualquier manga sino uno de sus favoritos. Fue entonces que notó el cajón entre abierto, miro el interior... Negó al ver el cajón lleno de mangas y una que otra figura.

-Utakata-san, por favor pida algo para  desayunar, también pasa mí invitado - se escuchó la  voz en la puerta.

Kōki se levantó rápidamente  y regresó corriendo al sillón de dos plazas, justamente cuando se sentó la puerta fue abierta.

-Siento la demora, Furihata-san.  Hubo junta de emergencia...- miró al castaño, se notaba que acaba de levantarse.

-Buen día- no pudo mirarlo a los ojos.

Seijūrō se dirigió al perchero  y colocó su saco; camino hasta la sala y se sentó frente al castaño.

Kōki se removió incómodo por la mirada, y aún más incómodo cuando noto que su mirada enfocaba el cuerpo del pelirrojo. 

-Furi... Adelante- la puerta había sido tocada -. Déjelo aquí.

Su secretaria asintió y deposito el desayuno en la mesa de centro. Algo extraño para ella ya que el pelirrojo siempre utilizaba el bordo izquierdo de su escritorio.

-Gracias. Desvía mi teléfono al tuyo, cualquier cosa toma nota. Estaré indispuesto.

-Comprendo- hizo una reverencia y miró de reojo al doncel. Era un bonito doncel, nunca lo había visto como amistad de su jefe.

Kōki miro a la secretaria irse y miró la mesa, había dos desayunos.

-Adelante. Pedí para ambos. Hoy no pude desayunar en casa- seijūrō tomo el tazón de frutas.

-Gracias, pero no tengo hambre... -Su estómago gruño en ese momento a causa del exquisito olor.

Seijūrō negó -. Solo acompañarme.

Kōki asintió, agradeció por el desayuno y tomo el otro tazón de frutas.

Mientras el castaño disfrutaba del delicioso desayuno, no se dió cuenta de la mirada embelesada del pelirrojo.