Capítulo 11

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El traje lo mataba, sentía calor, algo raro teniendo en cuenta que en California no hacía tanta calor, pero al ser un hombre lobo y traer un traje de gala lo estaba matando, para no decir que por poco aulla de coraje al darse cuenta que la misa du...

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El traje lo mataba, sentía calor, algo raro teniendo en cuenta que en California no hacía tanta calor, pero al ser un hombre lobo y traer un traje de gala lo estaba matando, para no decir que por poco aulla de coraje al darse cuenta que la misa duraba dos horas, porque tenía que durar tanto una misa o porque tenían que tener una misa para graduarse.

Supiro insatisfecho el moreno al eschucar la voz del padre enfrente de él.

Odiaba esperar tanto, odiaba no tener a su castaño, pero sobre todo odiaba que Jennifer se le arrimará como sandijuela a cada maldito segundo que veía como oportunidad, él sólo deseaba estar con su niño en el sillón de su hogar disfrutando de un maratón de Star Wars.

Pasaron 50 minutos y Derek estaba afuera de la iglesia, besando —literal— el suelo del lugar mientras sus compañeros lo miraban con burla y los que no lo conocían más que de palabra o de vista, lo miraron con cierta preocupación, pero nadie dijo nada pues el calor era insoportable, más para el pobre hombre lobo que se sentía en una calefacción privada.

—Deja de dar un espectáculo —Talia se encontraba frente al moreno mirándolo de manera reprobatoria.

Bueno, la madre del chico y toda su familia entendía el actuar del menor, pero ese no era motivo para hacer un espectáculo enfrente de las personas presentes.

La mujer portaba un elegante vestido largo color cerezo, unos tacones color piel y joyería importada.
Laura llevaba un vestido idéntico al de su madre, corte corazón y cola de sirena en color turquesa junto a los tacones negros, pero la chica no llevaba joyería más que  su cabello tenía un accesorios que complementaba su atuendo.

Peter y el Sheriff por su parte, los hombres vestían un traje similar al del moreno, sólo que el de ellos era azul rey con una corbata negra y zapatos de vestir del mismo color que la corbata.

Los demás integrantes de la manada se encontraban en el loft —el cual se compro tres días después del incendio— preparando la celebración para Derek quien ya terminaba su educación media y estaba listo para empezar su nueva vida en otro lugar.

Stiles y Cora se encontraban sentados, impacientes a la espera de los demás, fuera de la iglesia, dentro del  vehículo, en el cual todos habían llegado.

Cuando la amonestación de la alfa terminó, todos caminaron hacia el automóvil para irse a su hogar y poder respirar el olor a manada.

En el camino Stiles fue en las piernas del moreno, quien mantenía una sonrisa triste al imaginarse la cara de su niño después de la noticia que le daría.

—Descuida Derek, Stiles entenderá que es lo mejor —las palabras del Sheriff lo hacen suspirar.

Las cosas con Stiles iban de maravilla.

Stiles era un niño increíble, pero tenía que marchar, le habían dado una beca para la mejor universidad de California, era una oportunidad que por más que deseara no podía rechazar, sin embargo, Derek estaba ansioso por saber que pensaría Stiles sobre aquella decisión.

D͟e͟s͟d͟e͟ E͟s͟e͟ M͟o͟m͟e͟n͟t͟o͟ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora