Primer Estadio:Capítulo 5/Cinco:
—No lo hagas— pidió Zachary cuando Misha le entregó a Yuzuru el contrato modificado.
Lo cierto es que cuando el pelinegro se enteró del estado de salud de la pequeña hija de Fernández bastó sólo con imaginar a la pequeña en el área de pediatría, conectada a diversos cables y luchando por su vida para que Hanyu tomara una decisión. No dudó ni por un segundo en llamar al abogado Ge y pedirle la modificación del contrato, eliminando así la cláusula que él mismo hubo pedido tiempo atrás.
Sí, Yuzuru podía presumir de odiar a Javier con toda su alma, podía amenazarlo e incluso hacerlo quedar mal frente a sus clientes si eso le hacía entender al español que ya no era el mismo chico tonto que creyó por un momento que en ese matrimonio podría haber un poco de cariño, de comprensión y quizá, con un poco de suerte, algo de amor.
—No está a discusión Zach —murmuró el joven sin mirarlo y apresurándose a revisar el contrato.
El hombre tomó las delicadas manos de su pareja, llamando así la atención del joven nipón.
—Sé que no lo haces con la intención de que Fernández quite alguna de las cláusulas que él añadió, pero piénsalo de esta forma. Incluso si ahora lo haces para que él pueda ir a ver a su hija, Javier no va a ser considerado. Creerá que lo haces para aprovecharte de la situación y...
—No me importa —la seguridad que había en la voz de Yuzuru le indicó a Zach que no había nada que pudiera hacer para que el japonés cambiara de opinión.
El pelinegro le dio a su pareja un suave apretón con una de sus manos, mientras que llevaba la otra al rostro de este.
—Si estuvieras en la misma posición que Javier, yo realmente desearía que Olivia hiciera lo mismo que yo, Zach. No sólo por ti, sino también por tu hijo.
Dicho aquello, Yuzuru tomó el bolígrafo que Misha le extendía y tras asegurarse que, aquella pequeña línea que le impedía a Javier ver a su hija, había sido eliminada comenzó a firmar los papeles siguiendo las indicaciones que el abogado le daba.
Cuando la última firma estuvo en el lugar correspondiente, el japonés no pudo evitar que la imagen de Javier con un pequeño bulto en brazos, envuelto en una suave manta rosa, llegara a su mente.
La imagen del español sonriendo y diciendo palabras dulces a la pequeña sólo hizo que el dolor en el corazón del nipón aumentara.
Sería mentira si el japonés decía que aquella imagen no le causaba algo de celos, pero sobre todo le hacía sentirse miserablemente triste.
Apenas era un muchacho cuando comprendió que su vida no sería el cuento de hadas que todos creían.
El recuerdo de su boda llegó sorpresivamente a la mente de Yuzuru, descolocándolo por completo.
Podía recordar todo.
El bonito jardín donde se casó con Javier, decorado de forma preciosa. Ni un sólo detalle se le había escapado a Olivia; la chica que se había encargado de organizar su boda de forma casi perfecta.
El olor del césped recién cortado y el perfume de las flores todavía hacían al pelinegro recordar el suave sonido de la fuente que adornaba el lugar. Si Yuzuru cerraba los ojos aún podía saborear el dulce sabor del pastel que, cubierto por un velo blanco y decorado con imitaciones dulces de flor de cerezo, se había convertido en el sabor que el japonés más odiaba. Dulce como ninguna otra cosa que el joven pudiera recordar, era el sabor de la mentira... de su mentira.
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To the stars who listen
Fantastik¿Qué pasaría si aquellos deseos que provienen de nuestra parte más oscura, un día se hicieran realidad? ¿Te gustaría tu nueva realidad o te arrepentirías porque todo cambió? Dedicada a Anny, mi beta. Quien se desveló conmigo aunque cada quien esta...