De Otro Hombre

CAPÍTULO 5

Los personajes de INUYASHA no me pertenecen sino a RUMIKO TAKAHASHI
Esta obra pertenece a KIM LAWRENCE, ha sido adaptada y modificada por mí
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Los personajes utilizados pueden contener Ooc.
Los personajes son todos humanos, la trama se ubica en un universo alternativo.
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Capítulo 5

Kagome POV
El silencio que siguió a la confesión apenas audible de Kagome se alargó hasta que por fin, incapaz de soportarlo más, ésta suplicó a su amiga que dijera algo.

     -¿Quieres decir... quieres decir que Koga no era el padre?

     -No lo era —dijo Kagome con los ojos cerrados, pasándose una mano por la cara, incapaz de mirar a su amiga a los ojos.— Nada de lo que digas puede hacerme sentir más avergonzada de lo que me siento —logró balbuciar por fin.

     -Lo que te iba a decir... Oh, Kagome, ¿no pensarás que iba a juzgarte?

     -No te lo reprocharía —dijo Kagome, empezando a levantarse, pero su amiga la sujetó por los hombros y no se lo permitió.

     -No puedes soltar una bomba así y marcharte. Kagome —protestó Sango, todavía incapaz de creer lo que estaba escuchando.— Quiero saberlo todo.

     -No hay nada que saber.

     -¿Nada? Tuviste un romance, te quedaste embarazada. No puedo creer que no me hayas dicho nada en todo este tiempo —le reprochó.— ¿Quién...? ¿Sigues viéndolo?

Involuntariamente Kagome suspiró cuando la cara de rasgos clásicos de Sesshomaru apareció en su mente.

     -¿Lo conozco?

Las palabras de Sango devolvieron a Kagome al presente, que hizo un esfuerzo para no mirar el periódico abierto.

     -No, y no lo sigo viendo.

No añadió que seguramente él no querría volver a verla nunca. Si las cosas hubieran sido diferentes, quizá habría podido decirle lo del embarazo. Un hombre tenía derecho a saber que iba a ser padre. Consciente del peso que cargaba siempre encima, Kagome se preguntó cuál habría sido la reacción de Sesshomaru si el niño hubiera sobrevivido y ella se lo hubiera dicho.

Quizá no hubiera querido saber nada de un hijo concebido por azar, pero en caso contrario tendrían que haber llegado a algún tipo de acuerdo. Claro que ahora toda especulación era inútil; ella nunca lo sabría, y él tampoco.

     -Fue un romance de vacaciones que no significó nada —dijo Kagome.

Había contado tantas mentiras y medias verdades que otra más ya no importaba.

Sango estudió a su amiga con expresión seria, segura de que la tranquilidad que Kagome parecía proyectar era sólo superficial.

     -¿Cuándo lo conociste?

     -¿Te acuerdas de la segunda luna de miel que Koga y yo íbamos a hacer antes de soltarme lo de Ayame?

     -¿En aquel maravilloso hotel en España? Pero al final...

     -A Koga lo llamaron al aeropuerto y me dijo que fuera sin él. Sí, ese viaje —confirmó Kagome en tono sombrío.— Me prometió que tomaría otro avión al día siguiente, pero no lo hizo y yo me puse furiosa.

     -¿Es español?

A Kagome le temblaron los labios.

     -Sí.