CAPÍTULO 13

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Los personajes de INUYASHA no me pertenecen sino a RUMIKO TAKAHASHI
Esta obra pertenece a KIM LAWRENCE, ha sido adaptada y modificada por mí.
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Los personajes utilizados pueden contener Ooc.
Los personajes son todos humanos, la trama se ubica en un universo alternativo.
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Capítulo 13

Kagome POV
KAGOME no lo esperaba, pero se quedó dormida en cuanto apoyó la cabeza en la almohada. La noche anterior llegó demasiado agotada para interesarse por el lugar, pero por la mañana tenía curiosidad por ver cómo era el hogar de Sesshomaru en Londres.

La casa era enorme, de tres plantas, y según el ama de llaves que le había llevado una selección de ropa con el té de la mañana, tenía incluso una piscina y un gimnasio en el sótano.

-Cuando esté lista, el señor Taisho la espera en el comedor. ¿Desea algo especial para desayunar?

-Gracias pero no tengo hambre.

-El señor ha dicho que diría eso —dijo la mujer.— Si no come nada tendré problemas —confesó.

La mujer no se comportaba como alguien temeroso de perder su trabajo, pero por no discutir Kagome accedió.

-Unos huevos revueltos y un zumo, gracias.

-Excelente —sonrió la señora.

Media hora más tarde Kagome, con una blusa de seda y unos pantalones negros de tela de corte clásico, entró en el comedor donde desayunaba Sesshomaru. Ella miró de arriba abajo, pero no dio ninguna opinión sobre su aspecto.

-¿Has dormido bien? —A Kagome, que al verse en el espejo del dormitorio de invitados le encantó su aspecto, le molestó su indiferencia.

-Sí, gracias. Tienes una casa preciosa.

-Eres muy amable —repuso él, cortés.

-¿Vives aquí con frecuencia?

-No tanto como para llamarla mi hogar.

-¿Qué hace que una casa sea un hogar? —preguntó ella.

-Prefiero poner mi fe en la gente que en los ladrillos.

-¿La casa está donde está el corazón? —sugirió ella, citando la frase de una famosa canción.

-Más o menos —dijo él. Más relajado, le sonrió — Veo que la ropa te queda bien, —y no le aseguró con un divertido destello en los ojos,— no son de ninguna ex, son de mi hermana.

-¿Cómo has sabido que pensé...? —empezó ella, pero se ruborizó y guardó silencio.

Evidentemente Sesshomaru la conocía demasiado bien.

Los dos permanecieron en silencio hasta que ella se tomó la segunda taza de café. Entonces él dijo, como si fuera lo más normal del mundo:

-Tienes una cita con el ginecólogo ahora por la mañana. Si te parece bien, saldremos a las diez y media.

Kagome se tensó. ¡Era increíble! ¿De verdad creía que podía chasquear los dedos y conseguir su total obediencia?

-Al único sitio donde voy a ir es a mi casa, y tú no vendrás conmigo. Mañana tengo que trabajar —le aseguró ella.

-Dadas las circunstancias, es aconsejable que te hagas un chequeo. El doctor Clements te recibirá en su consulta.

-¡No necesito ir al doctor Clements o cómo se llame! —protestó ella.— Ya tengo ginecólogo de la Seguridad Social —se detuvo un momento y respiró profundamente.— No sé por qué tienes la equivocada impresión de que puedes organizar mi vida. A ver si te enteras de una vez: no necesito ningún ginecólogo privado, y además no puedo pagarlo.

De Otro HombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora