Erick solo duerme unas cuantas horas. Estaba inquietante por el hombre al que tenía encerrado. Temía que se le escapase pese a que lo había dejado bien atado a la silla. Quería verlo clamando por su vida, que pagara por todo el dolor que le había causado. Era una decisión que ya no tenía reversa. Le arrebataron lo que mas añoraba, como si le hubiesen quitado un pedazo de su alma, como si dejara de palpitar su corazón de un segundo a otro. Erick hubo conseguido solo tres herramientas de tortura con los gemelos, pero que pensaba, eran un gran complemento para las cosas que apenas imaginaba hacerle a Frank; la primera era una cigüeña; la segunda era un aplasta pulgares y el tercero era un elemento llamado "uñas de gato". Todas construidas con hierro y usadas en la antigüedad para tortura a los criminales. Contaba con otros artefactos que pensó, podrían también ser útiles. Sale de la cabaña con mucha prisa y con la mirada desafiante.
—¡hey! Primo —hablaba Simón que estaba fumando de su pipa en el pastizal— no te sentí llegar
—llegué hace algunas horas, debías estar profundo
—¿conseguiste lo que buscabas?
—¡claro! no soportaría venir sin nada, aunque en últimas instancias torturaría a ese "animal" con cualquier cosa.
—encontré una pistola en el baúl de la camioneta —dijo Simón después de soltar un poco de humo— al parecer estaba bien equipado
—guárdala —dijo simón, yéndose al cuarto trasero
Adentro Frank estaba con la cabeza inclinada hacía un lado, con los labios resecos, su rostro con moretones; parecía estar dormido. Erick lo agarra de la nuca despertándolo, Frank queda con los ojos bien abiertos y decepcionado como si le hubieran interrumpido un sueño especial.
—¿conoces estos juguetes? —le mostraba Erick cada uno de los elementos: la cigüeña, el aplasta-pulgares y las uñas de gato
Frank lo miraba de una forma temerosa, en realidad estaba tremendamente angustiado, sabía la respuesta, pero permaneció enmudecido, el solo echo de ver los elementos de tortura le producían un ligero escalofrió por todo el cuerpo.
—solo quiero que me escuches —dijo con dificultad
—¿quieres terminar con esto? Confiesa que mataste a mi madre y será menos doloroso para ti
—¡yo no lo hice!
—¡mentira! ¡mentiras! —le dio Erick una fuerte bofetada —mientes porque sabes lo que te pasaría, pero no hay ninguna forma que te escapes de tu final
La tensión aumentaba en Frank, ahora Erick lo puso bocabajo en el suelo, manteniéndolo atado de pies y manos, cogió su cabeza para que alzara la vista. Vio como "las uñas de gato" podían desgarrarle la piel de lo puntiagudas que eran y su cuerpo apenas se retorcía del dolor que iba a padecer. Se encogió apenas sintió las filosas puntas arañándole la espalda lentamente y a medida que Erick presionaba el instrumento con mas intensidad, los llantos eran más incontenibles. La sangre brotaba desde el comienzo de su espalda hasta resbalar por la cintura. Erick se detuvo, dejó las uñas de gato sobre la mesa y se marchó del cuarto.
Quería buscar su aparato eléctrico y otros elementos para la tortura de Frank. Estaba cegado y completamente decidido a causarle todo el dolor posible al hombre que hubo asesinado a su madre, o por lo menos eso era lo que él creía. Vengarse del hombre que le hubo quitado toda esperanza y que lo separó de los brazos de la mujer que lo había visto nacer.
—¡oye Erick! —dijo Simón que continuaba fumando— qué opinas si me deshago de la camioneta, creo que sería un estorbo si la policía comienza a investigar y me pillasen por ahí tan campante, sería mejor evitarnos problemas.
—está bien, hazlo —dijo Erick con aire agitado—. Enciéndele fuego o bótala por un precipicio, no sé, lo que más te parezca. Yo mientras tanto me encargaré de lidiar con Frank y hacerlo que pague por lo que hizo, si no aguanta pues nos deshacemos también de él y desaparecemos todo lo que nos pudiese involucrar.
Horas más tarde, en el cuarto, se encontraba Erick, Simón y Zatu. El agua que se desprendía por una manguera le causaba gran helaje a Frank, por ratos aprovechaba para atrapar algo de agua y refrescar su garganta. Momentos después permanecía desnudo, obligado a estarse de pie. Sentía como el frio lo envolvía poco a poco, encogía sus extremidades y le ardía en gran medida las heridas en la espalda. Una que otra vez Erick manipulaba la manguera y le echaba agua, paraba por cierto momento y luego lo volvía a hacer. Pasado alrededor de veinte minutos Erick, se detuvo. Ahora Simón era el verdugo para Frank, sostenía el aparato eléctrico, se preparaba para usarlo con Frank. Le pegó en el cuello los cables y a continuación apretó el pequeño interruptor, lo hundía por pausas y a veces mantenía el interruptor oprimido, causándole fuertes corrientazos eléctricos. Frank daba alaridos enormes, sollozaba desesperadamente y se retorcía por dentro de todo su cuerpo. En un movimiento repentino se voltió hacía Simón, desprendiéndose de los cables, y dándole un manotazo en la cara —¡No más! ¡no más! ¡Ya paren! ¡se los ruego!
—¡imbécil! —soltó Simón con cólera, ensimismándose sobre él. Le dio puños en el estomago
—¡ya, para! —dijo Erick, a la próxima hay que amarrarlo para usar bien los choques eléctricos ¿aún tienes el teser zatu?
—¡vaya que sí! Todavía lo tengo
—eso sería efectivo para calmar los "impulsitos" de nuestro amigo
Los tres salieron dejando a Frank quejándose y lamentándose de dolor. Arrodillado en el suelo pronunciaba el nombre de su esposa difunta "karen".
Horas más tarde suplicaba que lo soltaran, daba gritos desesperados, paraba por ratos y se reprimía en el llanto con las manos en la cara como si estuviera decepcionado de sí mismo, intentaba recordar situaciones memorables con su esposa, pero no era por mucho tiempo. El dolor era incontenible, no podía ignorarlo, entonces volvía y alzaba la voz con más fuerza, con más desespero y con mucha más frustración.
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10 DÍAS DE TORTURA
Misterio / Suspenso¿Qué culpabilidad puede tener un hombre que simplemente va manejando su vehículo y se detiene al escuchar un par de disparos a la lejanía de una cabaña? Frank lo único que puede hacer entre la espada y la pared, entre el desespero y la insertudumbr...