DÍA NUEVE

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Frank bebió el vaso de agua y pronto continuó su narración estando más calmado.
—nunca pensé que la vida me fuera a dar un golpe más —decía Frank con la mirada perdida—.  Esa es la razón por la que lloro. El tema de mis padres biológicos lo superé con el tiempo y aprendí que no siempre se consigue lo que se busca. Todo marchaba bastante bien, de echo vivía la etapa más feliz de mi vida. Me sentía la persona más privilegiada de todo el mundo, mis padres adoptivos eran mi apoyo incondicional, lo tenía todo. Ellos siempre estaban preocupándose por mi bienestar, me criaron con buenas bases de vida, me vieron crecer durante mi infancia y finalmente estaban dentro de mi corazón donde siempre permanecerían. Logré que se sintieran orgullosos de mi, a través de mis buenas acciones sociales a lo largo de mi trayecto escolar y universitario, siempre estaba agradecido por el apoyo que me brindaban —Frank tomó una pausa y continuó— Eran las únicas personas con quien contaba, era lo que mas amaba en la vida hasta que un día todo se tornó oscuro. Las cosas se transformaron por completo y nunca más pude volver a ver la sonrisa de mis padres. Me dieron la noticia de que habían fallecido en un accidente aéreo cuando viajaban a conocer África. Todo mi mundo se derrumbó en mil pedazos. Los momentos más especiales que había compartido con las únicas dos personas que amaba ahora solo pasaban delante de mi en un simple parpadear de ojos, mi vida parecía una ilusión, nada mas que una irrealidad que me consumía. —Erick estaba boquiabierto con la narración; fuera, o no, un invento de Frank, estaba asombrado por la forma tan convincente y autentica en que contaba la historia.
—fascinante! —decía Erick— creo que vamos bien, puedo decir que hasta el momento no tengo razón para objetarte algo, lo que me cuentas puede ser cierto, como puede ser una historia falsa, pero bien sólida, creada solo por tu necesidad de intentar vivir.
—vamos! Puedes seguir hablando —dijo Erick mirándolo con picardía
Tuve que aprender a lidiar con semejante peso. A medida que el tiempo pasaba, el dolor iba cesando, pero tenía que tener el recuerdo impregnado en mi mente, a veces era grato recordarlos en momentos bonitos que compartieron conmigo, pero otras ese recuerdo me atormentaba, para repetirme que había quedado completamente solo en el mundo. Después que había pasado mucho tiempo de la muerte de mis padres adoptivos, conocí a una mujer y comencé a salir con ella. Nos enamoramos perdidamente uno del otro y nos fuimos a vivir juntos, ella también trabajaba en el campo de la medicina, nos entendíamos a la perfección y además compartíamos muchas cosas en común, en nuestros planes estaba conformar una familia, teníamos la ilusión de ver crecer a nuestros hijos y brindarles la mejor educación posible. De nuevo yo tenía algo por lo que vivir, parecía que ese era el momento indicado para llevar una vida normal y tranquila. —Frank se quedó meditabundo y se tomó un instante más para suspirar, los ojos se le pusieron aguados y una lagrima resbalaba por su rostro— No logro entender qué hice para merecer todo lo que me pasó —se preguntaba Frank con la voz decaída, Erick, quedó observándolo con suspicacia, luego dijo:
—y entonces… qué fue lo que sucedió después?
—una bala perdida acabó con mi única motivación, mi esposa; también con los sueños de ella y perdí toda esperanza de vivir. De nuevo estaba sin nada y sin nadie, es un dolor muy inmenso e indescriptible y le juro no sería nada extraño que yo muriera por crimen que no cometí, mi vida no parece tener ningún sentido.
—Ah si! ¿Entonces quieres más tortura? Erick con voz firme— acaso no estas conforme?  No te las quieras hacer el listo conmigo porque sabes muy bien que yo no salgo perdiendo ¡maldito inepto! —Terminó maldiciendo Erick mientras arremetía contra Frank dándole un fuerte golpe que lo dejó boca arriba viendo hacía el techo.
Frank pensaba en su interior que  Erick podía tildarlo de mentiroso e incluso pensó que podía estar sonando un poco exagerado y no le creería absolutamente nada, igualmente ya no había vuelta atrás, aún faltaba la última parte y cómo había llegado allí y Erick estaba ansioso por escucharlo .



10 DÍAS DE TORTURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora