En toda la noche Erick no pudo conciliar el sueño. Estuvo tremendamente reprimido por dentro. Había perdido lo que más amaba en el mundo y de alguna u otra manera debía conformarse a vivir con el recuerdo de su madre, siendo eso lo que le sirviera de consuelo; no tenía más familia excepto su primo Simón y algunos tíos que vivían muy lejos.
Algo que hubo pensado mucho en la tranquilidad de su cama fue en cómo iba a vengar la muerte de su madre. Hubo ciertos momentos donde se llenó de mucha ira y desesperación que pensó levantarse de la cama en un Santi amen e ir a matar a Frank. Pero hizo un gran esfuerzo por controlar sus impulsos y se mentalizó en que tenía que torturarlo.
Las 8.40 de la mañana. La neblina cubría algunas cordilleras y en los árboles se iba difuminando dejando a la vista su verde.
—¡Simón! ¿ya despertaste? —tocaba Erick la puerta
—¡dame un segundo! Ya te abro
—¿puedes hacerme un favor?
—claro, tu solo dime —contestó Simón
—¿podrías encargarte del tipo muerto? —indagó Erick—. La camioneta no la pienso desaparecer todavía, puede ser útil y yo mismo me encargaré de enterrar a mi mama.
—cuenta con eso, sabes que tienes mi hombro —decía Simón— , Pero... ¿qué piensas hacer con ese tipo? el tal Frank
—¿te acuerdas de los gemelos?
—¡hombre! Cómo olvidarlos —dijo Simon
—pues estoy pensando ir a la ciudad a visitarlos —hablaba Erick—. Ellos sabrán dónde puedo conseguir algunos jugueticos para ese idiota.
— ya sé que tienes en mente —decía Simón mirándolo con perspicacia
La camioneta estaba estacionada en la parte trasera de la cabaña y dentro de ella, estaban: el cuerpo de Rubén; el cuerpo de la anciana y Frank, que se encontraba encogido dándole la espalda a los "muertos" con unas nauseas incontrolables que ya él no soportaba. Su garganta estaba demasiado seca, el pobre tragaba saliva para tratar de "engañar" la sed.
Frank empezó a zarandearse de un lugar a otro, golpeando la camioneta con sus pies. Hacía hasta lo imposible para llamar la atención. En un movimiento brusco consiguió desprenderse la cinta de la boca y comenzó a gritar desesperadamente. —"¡Ya déjenme! ¡Basta ya! ¡Sáquenme por favor"! Simón y Erick que se encontraban hablando escucharon los gritos y se aproximaron de una vez.
—¿qué es lo que te pasa? —dijo Erick— ¿acaso quieres hacerle compañía a tu amiguito?
—puedo explicarlo todo —decía Frank— yo solo fui a esa cabaña...
—ya cállate —lo interrumpió Erick, dándole una bofetada—, ya te veré suplicando por tu vida "desgraciado".
Frank fue llevado a un pequeño cuartico ubicado posteriormente de la cabaña. Yacía tirado en el suelo —deme agua, aunque sea —suplicaba Frank—. Erick se encontraba trayendo una silla para atar a Frank, unido a esta. Su primo se hallaba de pie, observando a Frank. Notó que tenía un semblante muy decaído y se le veía deshidratado. Al salir del cuartico se cruzó con su primo.
—¿Qué vas a hacer? —preguntó Erick
—ese hombre necesita agua —dijo Simón preocupado— si quieres mantenerlo con vida, al menos necesita recibir algo de liquido
—¡esta bien! ve a buscarla
Unas horas más tarde, Simón, estacionaba la camioneta Ford cerca de un gran precipicio. Hubo pensado en dejar el cuerpo de Rubén a la merced del rio, pero por extrañas razones mejor opto por lanzarlo al vacío. El cuerpo estaba envuelto en una bolsa negra de plástico y sellada minuciosamente.
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10 DÍAS DE TORTURA
Mysterie / Thriller¿Qué culpabilidad puede tener un hombre que simplemente va manejando su vehículo y se detiene al escuchar un par de disparos a la lejanía de una cabaña? Frank lo único que puede hacer entre la espada y la pared, entre el desespero y la insertudumbr...