Realidad.

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Capitulo 9

Siento la tierra en mis pies, está fría y es refrescante. Miro a los lados tratando de percibir a uno de esos guardias, pero todo parece estar tranquilo por ahora. Salí cuando todavía el sol no se asomaba por el horizonte y me escondí en este lugar relajante.

Llevamos más de tres semanas  en esto que parece una tregua, una donde cada noche compartimos besos y caricias y por el día nos ignoramos, toso sucede a puerta cerrada. Pero no importa cuánto lo pienso y sienta que está mal, no puedo alejarme cada que me mira de esa manera que hace mi mente volar al pasado.

He aquí eso de enamórate como estúpida, la esperanza nunca muere. Estoy siendo una patética enamorada, esperanza ya no hay, esto durara un tiempo y después volveremos a lo habitual palabras afiladas y miradas cargadas de odio y reproche.

Escucho movimiento y pisadas cerca de mi. Se que ellos me buscan y yo solo me escondo de mi miseria. No quiero creer o al menos borrar la vergüenza de caer en sus brazos cada noche, borrar las sensaciones que deja en mi y está estúpida necesidad. Cuando todo acabe la que terminara mas rota soy yo.

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Noto sus zapatos justo frente a mi, el charol brilla y por un momento me deja pensando en algo como "¿Que demonios hace el aquí?"  Alzó mi mirada para toparme con unos ojos azabache mirarme con precaución. No quiero moverme de mi lugar y un suspiro escapa de mis labios, lo miro mientras el sol comienza a iluminar el cielo.

— Tengo que irme.- mormura suavemente mientras se pone a mi altura en cuclillas, una mano se estira hacia mi rostro pero la aleja suavemente — Volveré dentro de una semana- me mira cojo una mirada extraña que parece decir más de lo que sus labios dicen.

Lo miro no queriendo creer que él de verdad me dejara sola. Cierro los ojos y los veo de nuevo mirándolo confundida y  me  pierdo en aquello ojos que me miran como si hubiera tantas cosas que decir y no pudiera.

— Suigetsu está autorizado para llevarte a donde tú quieras, Siempre y cuando sea apropiado- ni siquiera sé cómo entender eso.

No se cuanto tiempo pase ahí pero no me moví hasta que una chica del servicio me dijo que tenía que entrar a comer algo. Entre a casa a darme una ducha y comer algo divagando entre mis mil pensamiento de lo sucedido estos días, me doy cuenta que me sigo sintiendo tan pequeña e indefensa cuando  se trata de el, desearía poder volver a la chica que quería luchar por su felicidad.

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Han pasado tres días desde que el se marcho no he salido de casa pero el lugar se siente tranquilo, como si pudiera respira con tranquilidad. Al menos Suigetsu y Juugo han dejado de parecer mi sombra y rara vez puedo verlos rondar el lugar.

Estos días el cansancio me ha consumido y me la he pasado tirada en cama la mayor parte de la mañanas. Pero después de una semana, náuseas y vómito me atacaron temprano por las mañana, haciéndo que me levantarse de prisa a vomitar ácido estomacal, pues aún no había desayuno nada. Los siguientes días corri con la misma suerte. 

Mis manos tiemblan mientras observo mi reflejo en el espejo, Estoy pálida y malditamente asustada. Soy doctora y en el fondo de mi cerebro se que yo se la razón de los malestares. Suspiro poniéndome de pie y decidiendo bajar y probar algo... Mi estomago y mi olfato están demasiado sensibles, así que trato de comer moderadamente y alejarme de la cosina.

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— El señor Sasuke tardaré unos días más en volver señorita-

La voz de Juugo me saca de mis pensamientos. Ni siquiera había pensado en Sasuke, pero no quiero ver la realidad, no ahora. Los recuerdo están ahí en mi maltrecho corazón, recordándome el dolor de la pérdida y el odio. Ha pasado tiempo pero cosas así jamás pueden borrarse ho al menos no por completo. 

Miro el plato delante mío y soy consiente de todo lo que mi cuerpo ha querido comunicarme estos últimos días. Me pongo de pie y camino buscando a alguno de mis guardianes. Los encuentro comiendo en la cocina charlando entre sí.

— ¿Podríamos salir un momento?- soy tan insegura sobre esto que termino preguntando con cautela.

— La llevaremos donde desee ir señorita- Juugo siempre es amable conmigo. 

Los veo ponerse en pie y les pido que terminen en lo que yo tomo algunas cosas. Subo a mi habitación y cojo mi bolso y una chaqueta, cuando bajo las escaleras Suigetsu se encuentra en la puerta esperando por mi,  camino junto a él hasta el auto, abre la puerta para mi y me subo en el asiento tracero y el se subo en el copiloto mientras Juugo maneja el auto.

Después de un rato cuando los grandes establecimientos de la ciudad se comienzan a ver, mis manos tiemblan y mi corazón late de prisa, no es como si estuviera cometiendo un crimen pero esto es tan escalofriante para mi.  Mis miedos más grandes volviendo con fuerza, el trauma haciendo que mi vientre duela por el recuerdo. Tamborileando los dedos en el asiento de cuero, mormuro una orden suplicante de dirigirnos al centro comercial.

Camino sin una dirección en expecifico, deambuló un rato con ellos pisando mi sombra. Me detengo frente a una tienda en particular y entro mirando entre los estantes, buscando lo indicado para salir del problema, después de unos momentos doy con ello y los miro mientras trago saliva, estando tan nerviosa e indecisa no ayuda a controlar mis recuerdos. Era feliz, era malditamente feliz en ese entonces pero ahora el pánico y el miedo me envuelven.

Soy consiente de esos dos pares de ojos clavados en mi espalda cuando tomo cuatro pruebas de embarazo y comienzo a caminar a la caja registradora, las miro sobre el mostrador y contrario a mi sentir ruego por que todas salgan negativas. No puedo permitirme amar algo, no en una vida como la mía donde todo lo que poseía ha sido arrancado de mi de la manera más dolorosa.

Suigetsu me tiende la tarjeta cuando la cajera se dispone a cobrar. Salimos de ahí con ellos caminando más alejados de lo normal de mi, tal vez comprendiendo que necesito espacio y tratar de respirar más que cualquier otro día. Tomo las escaleras eléctricas y bajo no siendo consiente de nada. Camino un rato y todo vuelve a la realidad cuando choco con alguien que me manda al suelo, cierro los ojos esperando el dolor en mi tracero pero solo siento un par de manos sujetándome, miro a la persona frente a mi y algo dentro explota con fuerza.

Su cabello rubio está ahí y los ojos azules mirándome con asombro, sus manos firmes me sostienen y luego su boca se curva en una bonita sonrisa. Lo imitó mientras me estabilizó en mis pies y después lo abrazó extrañando el aroma familiar que me tranquilizaba. Tres años es mucho tiempo y solo cruzar palabras de cortesía tampoco contribuyó. Escucho la voz de Suigetsu llamarme y me alejo solo para volver a sonreír con el.

–¿Ha pasado un tiempo He?- me dice mientras acaricia mi brazo. –¿Como estás?-

Mi mente se queda en blanco un momento y las ansias de decir un "mal" se quedan en el fondo de mi pecho, le sonrió pareciendo normal. Asiento de forma mecánica y suspiro antes de responder.

– Bien, muy bien y ¿como has estado tú?- el mira mi rostro detenidamente y frunce el ceño tal vez mirando las ojeras bajo mis ojos o la piel más pálida de lo normal, acerca su mano para acariciar mi rostro pero un carraspeó lo detiene antes de poder tocarme.

– Señorita Sakura tenemos que irnos- la voz de Suigetsu es tensa y yo solo asiento, sintiendo la bolsa en mi mano más pesada de lo normal me despido con un beso en su mejilla, ver a Naruto es lo único bueno que he tenido de estas semanas.

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Estoy agazapada al lado de la bañera mientras mis manos tiemblan, han pasado quince minutos desde que mi celular vibró avisando que es hora de ver los resultados de las endemoniadas pruebas. No quiero verlas. No quiero que la realidad me golpeé,  es doloroso y triste recordar lo que pude haber tenido, aquello que ame sin ni siquiera conocer, el llanto apresurando se hace llegar, duele malditamente mal.

Inhaló y me pongo en pie caminando al pequeño mostrador inhalando con fuerza reuniendo valor para mirar abajo y ver las pruebas. Pido en silencio que todas ellas sean negativas. Sintiéndome una persona horrible por tales pensamientos miro abajo notando cuatro pruebas con dos rayas en cada una...

Malditamente...

Positivas...

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