CIELO NEGRO

Esperanza

Cap. 10

Mira las fotos sobre su escritorio, no queriendo indagar más a fondo lo que parece ser una cabellera rubia que él recuerda conocer. Mira a la persona que está sentada frente a él, aquella que le regala una sonrisa hasta un cierto punto seductora. Ella está ahí, mostrando aquello ante sus ojos, asegurándose de que él se entere de todo  aquello. La viuda de su abuelo está frente a él después de algunos meses de ausencia debido a un viaje.

Las fotos que él se resiste a tomar entre sus manos son empujadas hacia él y sobre el escritorio con más insistencia. Volvió apenas esta mañana de su viaje, y recio llegar a casa, decidió ir justo a su oficina para tratar algunos problemas de algunos contratos. Esos viajes donde él tiene que arreglar algunas irregularidades en su otro trabajo siempre lo dejan exhausto mentalmente, eliminar siempre a la basura lo deja con un  mal sabor de boca.

— ¿Qué es esto? - pregunta aunque él sabe la respuesta.

— Mira por ti mismo, siempre lo he dicho Sasuke, hechos...- 

Suspira frustrado mientras toma las fotografía  entre sus manos. El rubio se muestra  ahí, pero sus ojos se concentran en aquella mirada verde y ese largo cabello rosa. suspira fuertemente por la nariz, tratando de controlar su irá. Ellos están bien, él sabe que lo están... entonces ¿Por qué ella está con él?

Mira por el gran ventanal de su oficina con las fotografías aún en sus manos. Su esposa está ahí, al  igual que aquel viejo conocido.

Están bien, es lo único que pasa por su mente, pero han estado bien muchas veces antes y ella siempre buscaba una manera de hacerle bajar sus defensas, buscaba una  manera de que él volviera a confiar en ella. Su rabia surguiendo entre las cenizas le hace recordar porque están bien. Él recuerda, claro que lo hace... la manera en que ella estaba ahí en el suelo, con su cabello manchado de sangre. Su piel igualando a la cerámica del suelo; blanca y pura,  que si ella no hubiera llevado ropa, le hubiera confundido con el paisaje.

Mira las fotos de nuevo, y de alguna forma recuerda (siempre) aquella vez cuando los vio juntos. Dolía el recuerdo. Dolía. Siempre, más allá de lo que él mismo admitía.
Mira a la mujer frente a él y deja las fotos con cuidado en el escritorio.

— ¿De dónde sacaste esto?

— Querido, tengo ojos en todas partes. –la respuesta tan vaga lo deja con las mismas dudas de siempre.

— Parece que siempre estás ahí cuando se trata de ella. - mira con atención la reacción de la mujer.

—Cuido de ti... Lo haré siempre Sasuke.  –su tono sugerente, mientras dejaba más a la vista  aquel escote, lo hizo desviar la mirada jamás interesado en ella.

— Comprenderás que estoy agotado, pero agradezco tu gesto. – Dice, mientras le hace un gesto a su guardaespaldas para que cogiera todo aquello esparcido por su escritorio.

La mujer lentamente se puso de pie y él con ella. Caminaron  juntos hasta la puerta de su oficina. Samui, como en los viejos tiempos  acomodó su corbata y saco, aunque aquel gesto fuera innecesario. Le sonríe para después depositar un beso muy cerca de la comisura de sus labios, a su parecer.

— Iré a visitarte pronto Sasuke. Sabes que puedo ayudar en lo que sea.

Decidiendo obviar aquella propuesta, sólo asiente  mientras abre la puerta para su acompañante. La mujer sale del lugar, caminando como si fuera la dueña y señora de todo a su alrededor. Él, sin embargo, se queda ahí, tocando su sien mientras su cabeza pelea una batalla con su sentir. Él es un maldito desconfiado, pero aún así creía que algo había pasado en aquel mes  que estaban bien.