Between Power and Heart
Ser la novia de un hombre como San nunca fue sencillo, pero tampoco fue algo que alguna vez pensé que se me saldría de control. Cuando lo conocí, era el CEO más joven y prometedor de toda Corea. Su nombre estaba en todas partes, sus logros eran admirados por todos, y yo... yo me sentía afortunada de tener un lugar en su mundo.
Pero a veces, estar en el centro de un huracán de éxito puede ser solitario.
Nos conocimos hace cuatro años. Todo comenzó en una gala benéfica de la empresa, cuando mi vida todavía no giraba alrededor de su agenda de reuniones y viajes. No voy a negar que desde el principio me atrajo su confianza y esa chispa de misterio que siempre lo rodeaba. Era como si fuera inalcanzable para el resto del mundo, pero conmigo… era diferente. Al menos, eso creía.
Últimamente, las cosas habían cambiado. No me di cuenta de inmediato, pero había una distancia entre nosotros que no existía antes. Al principio, pensé que era el estrés del trabajo o que estaba ocupado con algún proyecto importante. Pero había algo más. Esa sensación, ese vacío creciente, se convirtió en una sospecha cuando ella apareció.
—No puedo creerlo... —murmuré, sentada en la sala de nuestra casa, una que ahora parecía demasiado grande, demasiado vacía.
San llegó tarde otra vez, como había hecho en las últimas semanas. Antes, siempre me avisaba si sus reuniones se alargaban, o me enviaba un mensaje para asegurarse de que estuviera bien. Pero ya no. Me levanté del sofá cuando escuché la puerta principal abrirse. Al verlo, no pude evitar sentir esa punzada en el pecho. La misma mirada fría, ese brillo ausente en sus ojos que me decía que ya no estaba realmente aquí.
—¿Cómo fue tu día? —pregunté con un tono más débil de lo que me hubiera gustado.
—Bien, lo usual —respondió sin mirarme, mientras se quitaba el saco y lo dejaba en el perchero.
Siempre el mismo. "Lo usual". Nunca había sido tan monótono con sus palabras antes. Me acerqué con cautela, intentando crear una conexión que ya no existía.
—Estuve pensando... quizás podríamos tomarnos un fin de semana para nosotros, ir a la playa o a algún lugar tranquilo.
Me miró por un segundo, y por un momento pensé que iba a responder afirmativamente. Pero en cambio, soltó un suspiro pesado y desvió la mirada.
—No puedo. Hay una reunión importante el próximo lunes y debo estar preparado. Sabes cómo es.
Lo sabía. Siempre lo sabía. Pero había algo más detrás de esas palabras, algo que no podía ignorar. Lo que antes era compromiso ahora se sentía como una excusa.
La nueva empleada, Sooyeon, había empezado hace apenas un mes. Al principio, no pensé nada de ella, solo otra cara nueva en la oficina. Pero con el tiempo, me di cuenta de cómo la miraba, de cómo sus interacciones, aunque aparentemente profesionales, se volvían más cercanas, más frecuentes. La gota que colmó el vaso fue cuando la vi en su despacho una tarde, riendo juntos, mientras sus manos se rozaban ligeramente al pasarle un documento.
Esa noche no pude dormir. Cada vez que cerraba los ojos, la imagen de ellos dos juntos me quemaba por dentro. Al día siguiente, decidí confrontarlo.
—Tenemos que hablar —le dije tan pronto como llegó.
Él me miró, pero había algo diferente en su expresión. Algo que no reconocí de inmediato, pero que pronto se aclararía.
—¿De qué quieres hablar? —preguntó con una calma que me enervó.
—De nosotros. De lo que está pasando entre tú y Sooyeon —las palabras salieron antes de que pudiera detenerlas.
Vi cómo su expresión cambiaba. No estaba sorprendido, pero tampoco parecía avergonzado. Solo estaba... resignado.
—No es lo que piensas —comenzó, pero su voz carecía de la convicción que solía tener cuando intentaba explicarse.
—¿Ah, no? Porque desde donde yo estoy, parece exactamente lo que pienso. Tú y ella. ¿Desde cuándo? —Mi voz temblaba, y odiaba mostrarme tan vulnerable frente a él.
—No es algo que planeé —admitió finalmente, sin mirarme a los ojos—. Simplemente sucedió. He estado... distraído. Y con Sooyeon, todo es más fácil. No hay expectativas.
Sentí como si todo el aire hubiera sido expulsado de mis pulmones. Fácil. Eso era. Para él, nuestra relación se había vuelto complicada, demasiado cargada de expectativas, demasiado real. Y en su mundo, donde todo tenía que ser perfecto, lo fácil siempre ganaba.
—Entonces, ¿eso es lo que somos ahora? —pregunté, con la voz rota—. ¿Una carga?
—No es eso... —comenzó, pero lo interrumpí.
—Sí lo es, San. Siempre he estado a tu lado. He aceptado tu trabajo, tus horarios, tus compromisos. Pero nunca pensé que llegaría a esto. Que me reemplazarías... por alguien más.
Hubo un silencio largo. Un silencio que lo decía todo.
Finalmente, respiré hondo, sintiendo que el peso en mi pecho se volvía insoportable.
—No puedo seguir así —dije, intentando mantener la compostura—. Si prefieres lo fácil, entonces te dejo con ella.
Él no respondió, pero su silencio fue suficiente. Lo miré por última vez, esperando ver alguna chispa de emoción, de arrepentimiento. Pero no la hubo.
Caminé hacia la puerta con las lágrimas en los ojos, sin volverme. Mientras la cerraba detrás de mí, el eco resonó en la casa, marcando el final de algo que alguna vez había sido hermoso.
Había aprendido una lección dolorosa esa noche. El éxito, el poder y la ambición pueden construir murallas tan altas que incluso el amor más fuerte no puede escalar. Y San, con todo su poder y riqueza, había elegido la comodidad sobre la complejidad, lo fácil sobre lo real.
Salí de su vida, dejando atrás no solo a un hombre que alguna vez amé, sino también la idea de lo que alguna vez pensé que seríamos juntos.
Al final, no importaba cuán alto llegara en su carrera o cuántas personas admiraran su éxito. En su corazón, el hombre que había amado ya no estaba dispuesto a luchar por algo difícil.
Y yo... yo merecía algo más.
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O.S Kpop Idols
Fanfiction𖧧 : One shots de kpop idols﹒﹒꒱ Inicio: 23/12/2017 Finalidad: 16/08/2020 1ra edición: 28/05/2021 2da edición: 07/09/2024