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Cruel boy
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Me desperté esa mañana con una sensación de inquietud en el pecho. Seokjin estaba a mi lado, su respiración era suave y rítmica, como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo. Me giré lentamente, observando su rostro relajado mientras dormía. A pesar de la tranquilidad en su expresión, algo dentro de mí no estaba en paz.
Durante las últimas semanas, había notado pequeños cambios en su comportamiento. Jin solía ser el primero en abrazarme por la mañana, solía prepararme el desayuno, o simplemente me enviaba mensajes dulces cuando no estábamos juntos. Pero recientemente, se había vuelto distante. Las llamadas se acortaban, los mensajes eran menos frecuentes, y en sus ojos había una sombra que no lograba descifrar.
Decidí no darle muchas vueltas; tal vez era solo el estrés del trabajo. Después de todo, él era un idol, y su agenda estaba llena de compromisos, ensayos y presentaciones. Me convencí de que eso era lo que lo mantenía tan ocupado, lo que lo hacía parecer ausente a veces.
Pero esa mañana, algo me impulsó a revisar su teléfono. No era algo que solía hacer; confiaba en él, o al menos eso me repetía a mí misma. Sin embargo, mi intuición gritaba, y no podía ignorarla más.
Con cuidado para no despertarlo, extendí la mano hacia su teléfono, que descansaba en la mesita de noche. Lo desbloqueé fácilmente; él no tenía nada que ocultar, o eso creía yo. Mis dedos temblaban mientras abría su bandeja de mensajes. Los primeros chats eran inofensivos, conversaciones con sus compañeros de grupo, su manager, e incluso conmigo.
