"En caso contrario, pensaré día y noche, noche y día, recordando nuestra historia cientos, miles de veces. Intentando descubrir el momento en el que me equivoqué y nuestros caminos empezaron a distanciarse" (El Zahir – Paulo Coelho).
Cap. 2
Alfonso no sabía bien porque le había ofrecido llevarle Anahí a la casa de su madre. ¿Qué pretendía con aquello? ¿Dónde tenía la cabeza? La verdad, sí, sabía. Estaba preocupado por ella. Hace tanto no le hablaba, hace tanto no sabía nada de ella más que lo que salía en los periódicos y hoy ella se había sentido mal... y él se preocupó por ella.
Le abrió la puerta de su coche y Anahí se sentó en el sillón del pasajero. No había motorista, tampoco había nadie de seguridad y Anahí se sintió tantito rara con eso.
- ¿No vienen los tipos de seguridad contigo?
- No. México es mi casa, prefiero estar por acá como persona normal, no como artista.
- Sí. Es que hay mucha gente mala por ahí, no sé...
- Lo dices porque tu medio ya no es solamente el medio artístico – comentó él, haciéndose el desinteresado – los fans a lo mejor son tantito intensos, pero no nos lastiman... ya la oposición.
Anahí se movió incómoda en su sillón. No era posible que ya hace años no se hablaban y que, justo hoy, cuándo tenían la oportunidad de intercambiar unas palabras, platicar sobre cualquier cosa, recordar todo lo que habían compartido de bueno, Alfonso volviera a esto, justo al tema que les había hecho pelear la última vez.
- Ve – dijo ella tranquilamente – mejor te vas solo a tus cosas, yo le llamo a mi madre y ella manda alguien a buscarme.
Anahí liberó el cinturón de seguridad y quiso salir del coche pero Alfonso la detuvo, tomándole del brazo.
- Mira – dijo en tono bajo – esto no es necesario. Nos vamos callados en la peor de las situaciones, pero te dije que te llevaría, así que pónte el cinturón y ya nos vamos – su tono era también seco.
- Mira tú – Anahí empezaba a enojarse – tú te ofreciste a llevarme. ¿Para qué? Si es para volver a juzgarme y para que nos volvamos a pelear, prefiero irme caminando. Ya fue suficiente con acostumbrarme a no tener tu amistad, pero es mejor que los pleitos, no quiero acostumbrarme a ellos.
- Lo más increíble de esto es que en RBD nos peleábamos todo el tiempo y eso no nos importaba. Preferías tenerme cerca, con pleitos y con todo.
- No fui yo quien nos alejó, ¿qué no te das cuenta?
- ¿No? – indagó él mirándola a los ojos.
- Ya – dijo ella en un susurro.
Intentó abrir la puerta del coche pero Alfonso fue más rápido bloqueándola al encender el coche y arrancar. Anahí respiró dos veces profundamente, aceptando que se iba a la casa de su madre con él. Respiró otro par de veces. Podía hacer de cuenta que no era él, que no importaba, era apenas un motorista, hoy sería su motorista.
Tantito lejos de ellos, pero en la misma sintonía, Maite y Dulce venían platicando en el coche de la primera, a camino del restaurante.
- Oye, ¿por qué será que Poncho se ofreció para llevarle a Any a su casa?
- Yo que sé – contestó Dulce riéndose – nunca les entendí a aquellos dos.
- A lo mejor, Poncho quiere hablar con ella.
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Volverlo a intentar (ponny)
RomanceHay cosas y hay personas que no son solamente parte de nuestras vidas, pero que realmente son parte de lo que somos y de nuestras almas y de esas no se puede escapar, de esas no se puede ocultar, porque aunque corramos hacia muy lejos, es como andar...