Capítulo 8 - Parte 2

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Como Anahí seguía sin contestarle, su madre siguió con las preguntas.

- ¿Fue con Alfonso que saliste a cenar la semana pasada el jueves y el viernes? – Anahí no contestó – pasaste la noche de viernes con él y no con Chris y Mai, ¿verdad? Después de todo lo que pasó entre ustedes, hija, después de lo mucho que cambió tu vida ¿Qué piensas estar haciendo? ¿Dónde tienes la cabeza?

- Mamá – le dijo en voz baja – ve, Poncho se equivocó, me lastimó; pero yo tampoco hice todo como debería. Nunca la culpa es de uno solo, tú lo sabes bien.

- Así que no lo niegas: sí, estás con él – constató su madre - ¿Cuándo fue eso? ¿Qué fue lo que cambió si cuando inventaste esto de casarte con Manuel me dijiste que estabas dispuesta a rehacer tu vida con él? Ya sabía yo que eso de regresar con RBD para esta promocional acabaría en esto, la verdad creo que lo hiciste porque querías volverlo a ver, ya que por iniciativa de los dos nunca lo iban a hacer.

Anahí se levantó, dejando su maquillaje todavía por acabar, tomó las manos de su madre y se acercó a ella.

- Fue hace poquito, mamá, y sí fue por lo de RBD, porque si no fuera por esto, quizás nunca nos hubiéramos vuelto a ver en la vida como tú dijiste. Y este sentimiento nos iba a seguir matando día a día. Pero nos volvimos a encontrar y el sentimiento sigue aquí y, sé que no es lo más simple de entender, tampoco es simple de vivirlo, mamá, pero estoy cansada de huir de este sentimiento, de huir de mí misma. Estoy tan cansada.

Viendo como Anahí empezaba a llorar, su madre la abrazó por largos minutos.

- Mi amor, tengo tanto miedo por ti. Ve donde te metiste, hija... si alguien se llega a enterar que estás saliendo con Poncho – Anahí lloriqueó bajito – eres grande, Any, tú y Poncho, tú sabes que a él lo quiero muchísimo y por mí te hubieras casado con él en primer lugar, ustedes dos deben de saber lo que hacen, pero, por el amor de Dios, ten cuidado, trata de hacer las cosas bien. Y si eso es lo que te hace feliz, ve la manera de arreglar las cosas y quedarte con quien amas, pero arregla las cosas antes, Any, no te metas en problemas mayores, si eso sale en los medios de comunicación, ya sabes lo que causarás a Manuel, a su trabajo como gobernador, a todo el estado de Chiapas y a tu historia, mi amor, todo lo que construiste como cantante, como actriz, como mujer...

Todavía en silencio, Anahí dejó que se le cayeran las lágrimas que venía intentando contener, necesitaba dejar de llorar.

- Shhh, no quiero hacerte llorar – le dijo su madre, abrazándola – además vas a borrar ese lindo maquillaje que te estabas haciendo.

- Yo también tengo miedo, mamá – confesó ella – pero no sé cómo escaparme de este sentimiento, no quiero dejar de ver a Alfonso... hasta me estaba acostumbrando con esta vida cuando regresó Poncho, tú me conoces, yo siempre fui chispa y él me enciende. No es algo sexual, es distinto, lo que siento por Poncho y cuando estoy con él... me siento viva, mamá.

- Yo lo sé... te veo llorar, pero el simple hecho de que estás viviendo ni que sea por unos minutos lo que quieres y entregándote a quien en verdad amas, eso te da un brillo a los ojos, un brillo que siempre me encantó. El mismo brillo que traes cuando estás arriba de un escenario.

- Sí, ¿verdad? A esto también lo extraño, estar arriba del escenario... no sabes cuánto, mamá. No sé... cuando empecé las cosas con Manuel, no pensaba que esto me llevaría a este camino sin vuelta. Tengo tanto miedo, me siento encerrada en esto.

- Por esto, mi amor, es precisamente por esto que te digo que tengas cuidado. Esto puede ser muy peligroso para ti y para Alfonso también. Por favor, ten cuidado, piénsalo bien, no te arriesgues tanto. ¿Qué quieren hacer? ¿Estar juntos a escondidas?

Volverlo a intentar (ponny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora