Pasaron los años y Shay y Tyler Cooper ya habían hecho su vida, juntos. Fueron felices en aquellos años de juventud. Disfrutaron. Rieron. Lloraron. Vivieron su vida sin importar el que pudiesen decir de ellos. Y sobre todas las cosas, fueron ellos mismos. A los 25 años Shay se graduó en la universidad con la carrera de filología inglesa y Tyler se graduó a los 26 con la carrera de médico. Ambos sufrieron estudiando, pero finalmente consiguieron sus sueños.
A los 27 años Shay quedó embarazada de Ares, su primer hijo. Ambos estaban muy emocionados y estaban tan ilusionados con la llegada de este primer bebé, que el nacimiento les llegó por sorpresa y no tuvieron tiempo de prepararse para el parto y fueron con prisas al hospital.
Cuando Ares cumplió los 2 años, llegó su segundo hijo, o en este caso, hija, Atenea.
Shay y Tyler pensaron en ponerles esos nombres a sus hijos porque ambos bebés tenian unos rasgos muy bonitos y marcados. Ambos eran dignos de tener nombres de unos dioses griegos.
A los 29 la hermana de Tyler tendría a sus primeros hijos, gemelos, Aiden y Grayson.
A los 32 años Shay dejó su trabajo como profesora y comenzó a trabajar en una editorial de libros.
A los 35, la familia Cooper adoptó un cachorrito al que llamaron Cake.
A los 37, el hermano de Shay tuvo un accidente de moto y falleció, dejando a Shay con un vacio increible.
A los 40, Shay dió el paso de ir a un psicologo, el cual le diagnosticó depresión. Ella aun no había superado la muerte de su hermano.
A los 42, el hijo mayor de la pareja, les presentó su primera novia, Evelyn. Una chica rubia de ojos azules, la cual podría tener a cualquiera a sus pies.
A los 44, Atenea se sentó a hablar con sus padres y les contó como se sentía, ella no era como los demás adolescentes de su edad, ella, era lesbiana, y tenía novia, la cual conocieron a los 2 meses.
A los 48, Ares se casó con aquella chica de ojos azules.
A los 52, tuvieron su primer nieto, Ethan.
A esa edad tambien, Atenea se casó con una chica se llamaba Celeste.
A los 55, la madre de Shay falleció por un ataque al corazón.
A los 56, Atenea y Celeste adoptaron una bebé surcoreana, la cual se llamaba Seulmin.
A los 60, el padre de Tyler enfermó, cáncer de pulmón. Recibió quimioterapia por 2 años, pero no logró superarlo.
A los 63, el padre de Shay y la madre de Tyler, fallecieron, ambos por motivos naturales.
A los 65, tuvieron su 3 nieto, por parte de Atenea y Celeste, quienes adoptaron un bebé, tambien coreano, el cual se llamaba Junho.
A los 70, Shay enfermó.
A los 72, Tyler quedó viudo.
A los 75, Atenea y Ares, asistían al funeral de su difunto padre.
5 meses después, ambos hijos, encontraron las últimas palabras de Shay hacia ellos y hacia Tyler.
Hoy es mi cumpleaños número 72, debería estar feliz de llegar a esta edad y tener una familia tan unida como la que tengo. Pero en lugar de eso, me siento triste. Cuando mi hermano murió, caí en depresión, y años después, mis padres murieron tambien...Recuerdo que los primeros años de mi vida, siempre ví todo de color de rosa y siempre me intentaba mantener feliz. Cuando crecí, ese rosa, pasó a ser un gris oscuro, y aquel gris, pasó a ser negro. Caí en depresión y me pasé el resto de mis días preguntandome si hacía bien mantendiendome viva. Pero lo hacía. Claro que lo hacía. Mi marido me lo repetía cada día desde que caí en aquel agujero negro. Mis hijos me lo repetían a cada instante cuando eran pequeños.
El caso es, que aquella enfermedad me consumió tanto, que acabé enfermandome de verdad. Mis hijos todavia no lo saben, ni siquiera lo sabe Tyler, pero no me queda mucho tiempo, como mucho, 3 meses más.
Por eso, estoy aqui escribiendoles esta carta a las personas que alguna vez me quisieron. A mis dos hijos, Ares y Atenea, a mis nietos, Ethan, Seulmin y Junho. Y por último, al gran amor de mi vida, Tyler Cooper. La persona que se mantuvo a mi lado desde el comienzo de mi adolescencia, hasta el final de mis día. La persona que se enamoró de mi y me amó, sin importar el que dijesen y sin importar que yo no me quería. La persona que me cuidó, me respetó y me mimó cada día de nuestras vidas. Mi primer gran amor.
A día de hoy, todavia me duele tener que irme, pero me duele todavia más dejarle aqui a él, solo. Porque siempre dió todo por mi y yo siempre dí todo por él, porque nos cuidabamos y nos queriamos como nadie. Y ahora yo ya no estaré.
Solo me queda agradecerles a todas las personas que fueron parte de mi vida algún día. A mis hijos, a mis nietos, a mi hermano, mis padres, mi cuñada, mi sobrino, mi suegra y mi marido.
Espero que después de mi ida, todas las personas que siguen vivas de mi alrededor, lleguen a ser felices, y que por mucho que les duela, me recuerden como aquella adolescente que alguna vez soñó con comerse el mundo.Atentamente, Shay Cooper.
FIN.
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¿Quien se enamoraría de ella?
RomanceElla era alguien distante. Alguien que ante la sociedad, podía ser considerada rara. Tenía el autoestima por los suelos. No era alguien bonita a ojos de nadie. Nunca se quiso. Y siempre se sintió mal consigo misma. Él era arrogante. Él chico más po...