Reino de Cristal |Completa ✅|

Capítulo 13

─ Claro que estoy enterada de lo que ser amantes significa en Evenia, pero ¿De dónde surgió el termino? ─preguntó la pelirroja mientras que cabalgaban hacia Evenia.

─ Bueno, hace años, tu bisabuelo Isaac Virtrow se casó con tu bisabuela Isla Marruecos...─empezó a explicar Jack.

─ ¿Marruecos no es un lugar? ─indagó la pelirroja, pero ante las miradas de duda de los demás decidió seguir hablando─ Cosas del Reino de los Mortales, ignórenme.

─ Bueno, Isaac Virtrow estaba aburrido de su vida cotidiana, a lo cual decidió adentrarse en el reino en busca de nuevas experiencias, según cuentan muchos de los ancianos de Evenia, en el reino conoció a una bellísima mujer llamada Belle, al parecer él le empezó a llevarle flores y una variedad de regalos increíbles, hasta que ambos llegaron al punto de enamorarse perdidamente, sin embargo, era obvio que el rey tenía que mantenerlo todo en secreto, si se llegaban a enterar sería el fin para ambos, tomando en cuenta que la reina tenía un genio mucho peor que el tuyo. En fin, al estar tan enamorados decidieron entregarse el uno al otro, bueno... al final todo se descubrió, por lo tanto, se creo el término "amantes" digo... hace referencia a estar con una persona de manera más íntima sin estar comprometidos o de preferencia casados, creo que es algo parecido al Reino de los Mortales, pero en este caso hay algunas variantes que cambian ─concluyó el soldado.

─ Oh bueno, ¿Qué pasó con esa tal Belle? ─dijo Mónica y se sorprendió al ver la cara de angustia de todos─ Chicos ¿Qué le hicieron a esa pobre chica?

─ Nosotros nada ─murmuró Peter.

─ La reina por otro lado...─susurró Xavier, pero se quedó callado de golpe. ─ Solo confórmate con saber que a veces la vid te da momentos muy difíciles.

─ La vida no te pone momentos difíciles, de echo, la mayoría de veces te la pone demasiado fácil─ bramó la pelirroja.

─ Bueno, ya casi llegamos, nos encantaría contarte más, pero hay otras cosas que hacer ─comunicó Zac para desviar el tema de conversación.

El día estaba nublado, sobre la cabeza de aquellos jóvenes yacían nubes que parecían que en cualquier momento se tirarían a llorar, el aire era denso y de no ser por la vegetación viva a medias, cualquiera pudo haber dicho que estaban en el mismísimo bosque de invierno. La pelirroja suspiró mientras posaba la vista en la nuca de aquel castaño, hace poco tiempo había empezado a desesperarse por lo poco que sabía del reino, si bien desde el principio supo que había detalles que ignoraba, ahora se daba cuenta de que Evenia era mucho más de lo que ella se pudo llegar a imaginar; era justo en esos momentos que ella se daba cuenta de lo poco que las personas podían llegar a saber de un pasado que los perseguiría para siempre. Lo peor de todo, es que ella sabía que sus amigos sabían varias cosas, pero siempre parecía que ellos intentaban ocultarlo todo, para que ella no se enterara.

─ Bien, los caballos se quedan aquí ─habló la pelirroja mientras bajaba de su caballo─, será peligroso llevarlos hasta el reino, además, si queremos pasar desapercibidos sería buena idea empezar a caminar y actuar como Evenianos normales, todos sabemos que, en estos momentos, solo personas de muy altos recursos pueden permitirse andar en caballo.

Tras las últimas palabras de la pelirroja todos asintieron y empezaron a bajar de los caballos, para que después los ataran a algunos árboles que los esconderían un poco de la vista de las demás personas.

─ Zac, Peter, Xavier, Lucas, Samuel y Mónica vayan al salón donde están todos los elementos de los evenianos, busquen los frascos con sus nombres, agárrenlos y luego cuando estemos en Crissan se los inyectaremos ─ordenó Jack mientras arreglaba su espada─. Evan y yo iremos al salón de armas y buscaremos la daga del padre de Mónica, hagan lo que hagan mantengan sus oídos alertas, que el rey haya bajado la guardia no significa que sea tonto, seguro está preparado para este tipo de cosas.

─ Suerte ─murmuró Mónica mientras abrazaba a su ángel guardián y a uno de sus amigos más cercanos─. Manténganse vivos lo más que puedan, no quiero ser la que de una mala noticia a mis amigas.

─ Tú también cuídate─ indicó el soldado mientras besaba la coronilla de la cabeza de la pelirroja─, no dejes que esos cinco mueran─ le susurró al oído.

─ Tranquilo, estaremos bien ─le informó ella mientras sonreía.

Los dos chicos se alejaron corriendo por un camino que daba al bosque de primavera, ellos entrarían por un camino diferente al de los otros seis, ya que sería menos sospechoso, y si alguien distinguía a Jack entre la multitud, los demás no estarían en riesgo. Además, con la repentina situación que había pasado con Sarah en Crissan, Cassy y Nicky, quienes acompañarían a Evan y Jack, no iban a poder ayudarlos.

─ ¿Sigue enamorado de ti? ─escuchó Mónica una voz a sus espaldas.

─ Él tienen novia, y por si no lo sabías está en planes de matrimonio, así que no empieces con tus estúpidos celos, dijiste que me darías tiempo ─pronunció la chica y luego de ello empezó a caminar.

La caminata por el pueblo fue bastante tranquila, los guardias ni siquiera se habían dado cuenta de la presencia de los chicos, y no es que fueran tontos, simplemente no había muchos guardias en el reino. Así que toda la caminata hacia el centro del reino había sido tranquila y nadie se fijaba mucho en ellos, ya que iban separados en parejas para no verse muy sospechosos.

Entraron por una puerta que se encontraba en la parte de atrás de el castillo, una ruta de escape hacia mucho tiempo, luego de ellos debían bajar por un tramo enorme de escaleras, el cual los llevaría a una puerta que les permitía el ingreso directo al castillo; tras salir por aquella puerta empezaron a caminar de la manera más silenciosa posible, caminaron por un largo pasillo y luego doblaron por la derecha, bajaron por las escaleras, en las cuales Mónica se encargó de dejar a un soldado inconsciente en el suelo, mientras que los chicos lo ponían detrás de una pared. Luego de ellos llegaron a un baño en el cual dejaron inconscientes a otros cinco soldados, que fueron llegando uno a uno, los chicos de inmediato se vistieron con la ropa de aquellos soldados y volvieron a salir, la pelirroja los esperaba afuera del baño mientras vigilaba que nadie sospechara de ellos realmente.

Caminaron otro poco hasta llegar a un pasillo, en el cuál se encontraba el rey hablando con un par de soldados, cuatro de los chicos se escondieron rápidamente en varias de las puertas que se encontraban a lo largo del pasillo, gracias a los Dioses de los elementos, no había nadie dentro de aquellas habitaciones. En cambio, Zac tomó por la cintura a Mónica y la acorraló contra una pared, para luego unir sus labios en un beso veloz y apasionado.

─ Soldado, este tipo de muestras afectuosas no se muestran en público ─dijo el rey mientras golpeaba el hombro del castaño.

─ Sí, señor ─respondió el castaño mientras ocultaba su rostro girándolo un poco y dejando pequeños besos en los labios de la pelirroja, quien se ocultaba bajo la capucha que tenía puesta,

─ Vaya chica la que te has conseguido ─habló el soldado mientras palmeaba la espalda del castaño.

Después de que estaban seguros de que ellos se habían ido todos continuaron su camino, hasta el salón donde se encontraban los elementos de todos los Evenianos, por suerte no se volvieron a topar de nuevo con más soldados.

─ Me vuelves a poner una mano encima y juro que te arranco la lengua mientras duermes ─le advirtió Mónica a Zac mientras los miraba a los ojos.

─ Era distracción, ellos no iban a reparar mucho en ambos si nos mostrábamos afecto ─indicó Zac mientras pasaba la lengua por su labio inferior, todos los chicos observaron a la pareja a la expectativa─, además, noté que te gustó.

─ Tú lo has dicho, fue solo distracción.

─ Entendido, cariño, me alegro que estemos en la misma página ─le contestó él mientras le guiñaba un ojo, logrando que ella rodara los ojos

Seguido de esa escena, todos entraron a aquel salón, antes de que alguien apareciera por el pasillo y los observara.