Capítulo 17

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Mónica empezó a caminar delante de Erick y de Zac, camino al despacho del rey, durante todo el trayecto pensó como haría para salir de ahí, pero no se le ocurría nada útil.

Después de unos minutos en el que recorrieron el castillo Mónica entró caminando al despacho del rey, detrás de ella venía Erick con la espada en el cuello de Zac y Zac venía cojeando. Dos soldados tomaron a Mónica de ambos brazos para que no se le ocurriera hacer nada y la llevaron frente al rey, quien tenía una gran sonrisa dibujada en el rostro.

─ Y yo que pensé que nunca entrarían a mi despacho caminando por tu cuenta, ¿Al fin aceptas que soy tu tío? ─dijo el rey mientras se acercaba a Mónica

─ Yo nunca tuve que soportar a una persona más insistente, no somos familia, si estoy aquí es porque tu marioneta esta amenazando a Zac ─exclamó Mónica.

─ Entonces lo quieres salvar ─murmuró el rey y luego soltó una bofetada en el rostro de la pelirroja, haciendo que su labio inferior tuviera un pequeño corte─ que conmovedor.

─ Le vuelves a poner una mano encima y... ─empezó Zac, pero sintió que Erick puso más presión con la espada.

─ ¿O que?─ preguntó el rey y soltó otro golpe en el rostro de la pelirroja haciendo que le sangrara a nariz─ Eres débil sobrina, ¿En serio crees que el reino va a apoyar a una chica que lo más seguro es que no sepa gobernar? Que estupidez, no sabes nada a cerca de dirigir un reino, yo te puedo enseñar, pero eres tan malditamente testaruda que no te das cuenta de lo que te ofrezco.

─ Vete al infierno ─murmuró Mónica.

─ No soy su enemigo, Mónica, solo piensa en eso, yo no soy el malo en toda esta historia. Llévenlos a una celda, en estos momentos tengo otro asunto ─ordenó el rey mientras les daba la espalda.

─ ¿En celdas separadas señor? ─preguntó Erick.

─ Mónica se va a casar con Alex y Zac va a morir de una forma u otra, así que... ponlos en una misma celda, que se den amor antes de separarse para siempre, no soy tan cruel después de todo─ comentó el rey y se echó a reír.

─ Tu primero, Mónica ─dijo Erick mientras le cedía el paso a Mónica, luego paso tras de ella, con la espada en el cuello del castaño.

Al llegar a la celda arrojaron a ambos chicos, la pelirroja se golpeó con la pared y el castaño cayó directo al suelo. Erick empezó a reír y cerró la celda para luego irse de allí, ambos chicos se levantaron y se sentaron juntos en el sucio catre que estaba allí.

Hubieran esperado a hablar hasta llegar a Crissan.

─ ¿Te hizo daño?─ preguntó Zac mientras acariciaba el rostro de su amada. Mónica pasó su brazo por la nariz quitándose el rastro de sangre, luego se limpió en el pantalón.

─ No fue nada ─susurró ella y tomó la mano del castaño, la mano tenía una gran herida en toda la palma, se la había hecho al retirar los barrotes─ ¿Sabes a que me recuerda esto? ─preguntó mientras acariciaba el rostro de Zac─ La noche del chico enmascarado, cuando intentabas sacar mi vestido de todas esas tablas, te cortaste toda la palma de la mano, no quedó una cicatriz y nunca se la vi a mi chico enmascarado ¿Cómo lo hiciste?

─ En Crissan hay una sustancia que hace que la cicatrización sea más rápida y hace desaparecer la herida, la use dos días y ya no hay nada ─explicó Zac, pero paró ya que sintió un fuerte dolor en la pierna, hizo una mueca.

─ Amor, ¿Te sientes bien? ¿Qué te duele? ─preguntó Mónica preocupada.

─ Ay si, amor, me dan ganas de vomitar, me va a dar sobredosis de azúcar si sigo viendo esto, siempre presumiendo delante de los pobres ─dijo Erick burlón apareciendo de la nada, les arrojó unos suministros de enfermería y volteó a ver a Mónica─, ayúdalo con sus heridas, antes de que me arrepienta.

Mónica vio una mínima pizca de preocupación en los ojos de Erick, y de su boca solo salió un pequeño y seco "gracias". Se colocó al lado de Zac y le quitó el pedazo de tela de la herida, tomó un algodón y lo remojó en el alcohol, luego puso el alcohol en la herida, Zac soltó un notable quejido. Por lo menos aún no se había infectado.

─ Lo siento ─murmuró la pelirroja mientras se encogía.

─ Tranquila, sigue, está bien ─respondió el castaño y besó la mejilla de la pelirroja. Mónica volvió a pasar el algodón en la herida y Zac se mordió el labio inferior, la pelirroja intentaba hacerlo rápido para que el castaño no sintiera tanto dolor, al terminar le untó un analgésico y lo cubrió con una venda, al terminar de colocar la venda, la pelirroja vio de reojo que Zac tomaba un pedazo de algodón y lo sumergía en alcohol, ella se sentó al lado del castaño y sintió como el limpiaba la sangre de su nariz, luego pasó el algodón a sus labios y ejerció un poco de fuerza sobre este.

─ Amor, duele, basta ─se quejó la pelirroja mientras apartaba la mano de Zac.

─ Ya esta, solo que ese golpe no se va a quitar pronto ─dijo el castaño señalando la mejilla de Mónica.

─ Mucho amor, ni con tus ex-novias eras así, Zacarías, si yo te contara, cuñada ─se burló Erick apareciendo frente a la celda.

─ Piérdete ─ordenó Zac de mala manera.

─ Tranquilo, solo vine a traer los suministros y a dejarles esto ─murmuró mientras les dejaba dos platos de comida en la puerta. Recogió los suministros y estaba a punto de irse, pero se detuvo─ Que pasen buena noche, les recomiendo que duerman abrazados, hace mucho frío aquí, y el invierno se acerca.

─ Cómo si no lo supiera después de pasar una semana aquí.

─ Se lo decía a ella, no a ti, malagradecido.

─ Lo tomaremos en cuenta ─dijo Mónica de forma amable para parar la discusión mientras sentía los brazos de Zac envolverla.

— Ahora piérdete, Erick, déjanos solos —rugió Zac mientras acariciaba el cabello de su amada— No estoy para tus idioteces.

— Zac, no le hables así, es tu hermano, y quieras o no, lo tienes que respetar, además está siendo amable —reprendió Mónica

— Amor, no lo conoces, él...—empezó Zac

— No me hagas enumerarte las razones por las que lo que sea que vayas a decir está mal ─advirtió Mónica.

— Mónica, me agradas, sabes mandar a este tonto, eres diferente, esta vez no es la chica la que está embobada con mi hermano —dijo Erick mientras sonreía.

— Es mía, Erick —murmuró Zac mientras besaba los labios de la pelirroja.

─ Lo sé, todos lo tienen claro─ murmuró Erick rodando los ojos por los celos de su hermano y luego se fue dejando a la joven pareja sola.

─ ¿Tienes hambre? ─preguntó Mónica a Zac mientras miraba los platos de comida en el suelo.

─ Mucha ─susurró él para luego empezar a besar a la pelirroja, tomándola por sorpresa, aún así Mónica correspondió el beso haciendo que este se volviera aun más apasionado, en ese momento Zac intentó quitarle la capa a Mónica, pero ella se separó.

─ No me refiero a ese tipo de hambre, no es el lugar ni el momento, Zac ─jadeó la pelirroja.

─ Entonces no, no tengo hambre ¿Y tú? ¿Tienes hambre? ─ preguntó el castaño con la respiración agitada.

─ No ─le respondió ella mientras negaba con su cabeza.

─ Te amo ─murmuró él al mismo tiempo que se recostaba sobre el catre y y enrollaba a Mónica en sus brazos, logrando que ella se acostara junto con él─ te adoro, joder, no tienes idea de cuanto lo hago, Mon.

Luego de eso ambos se dieron varios besos hasta que se sumieron en un sueño profundo.

Reino de Cristal |Completa ✅|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora