Capítulo 12

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─ ¿Llevan las espadas? ─preguntó Sarah mientras arreglaba la armadura de Evan, quien se mostraba un poco incómodo.

─ Sí, también llevamos arcos y flechas, cuchillos, ballestas...

─ A Mónica ─interrumpió Jack a la heredera de Evenia haciendo que todos empezaran a reír.

─Sólo faltan Cassy y Lucas, pero ellos estarían arreglando los caballos, así que supongo que ya podemos ir, de igual manera, si no han terminado los podemos ayudar ─dijo Zac mientras metía su espada en el estuche─, creo que deberíamos llevar la menos cantidad de armas posibles, nos ayudarían en un enfrenamiento, pero nos dificultaría escapar, además la idea es no llamar mucho la atención. Claro, es solo una sugerencia.

─ Pienso lo mismo, la idea es pasar desapercibidos, no lo lograremos si parecemos una armería andante. Hay que llevar un arma por persona.

─ Mónica, las armas son necesarias.

─ Sarah, podrás ser una muy buena reina, pero a mí me entrenaron para la guerra todos estos años, si llevamos armas solo va a significar estorbo, nos podrán atrapar más fácil, una espada por persona es más que suficiente.

─ Haz lo que quieras, guerrera ─ladró Sarah con una mueca de disgusto.

─ Cassy y Lucas nos están esperando en la entrada. Es mejor que empecemos a caminar hacia allá ─ Mónica mientras empezaba a caminar

─ Mónica, tu arco ─la llamó Evan y luego le lanzó el arco, el cuál la pelirroja agarró sin ningún problema.

Todos los chicos caminaron junto con sus armas hasta llegar a las puertas del castillo, se suponía que en ese lugar estarían Lucas y Cassy, pero solo encontraron los caballos ya listos. Su desconcierto era tan grande que se quedaron parados y pensativos un buen rato. Después de un rato en silencio vieron como Zac se dirigía a una puerta y les hacía señas para que se quedaran callados, todos se dieron cuenta que cuando Zac echó un vistazo abrió tanto los ojos que por un momento creyeron que el castaño había visto un espectro, por lo tanto, todos se acercaron a ver, encontrando así a dos personas besándose tras la puerta.

─ Cassidy Emilia Virtrow Rawson ¿Qué clase de atrocidad es esto? ─gritó la reina de Crissan mientras miraba como era que aquel chico de ojos azules besaba a su pequeña hijita─ y tú, Lucas Boada, pensé que tendrías más respeto por mi y por mi hija.

─ Su majestad ─habló asustado Lucas─ ustedes no se daban prisa y bueno... los amantes tenemos ciertas necesidades.

─ ¿Amantes? ─peguntó la reina totalmente enojada─ Yo no puedo lidiar con esto, no pensé que ustedes se tendrían tan poco respeto como para perder la dignidad. Que lo harían bajo mi techo.

─ Sarah, creo que deberías relajarte─ murmuró Mónica mientras se acercaba a la reina y ponía una mano en el hombro de Sarah, mano que la reina quitó de un golpe─, no puedes alterarte de esta manera, recuerda que estás enferma, ve a tu habitación, ya podrás hablar más calmada y con más tiempo con ellos. No es momento.

─ Que les vaya bien, buena suerte ─se despidió la reina mientras se alejaba, al pasar empujó al chico de ojos azules.

Cassy solo se frotó los ojos como si no creyera lo que acababa de ver y posó la vista en su amado, el cuál tenía la cabeza gacha, ellos habían intentado mantener lo suyo en secreto lo más que pudieron, sabían que la reina estaba muy enferma y que esa clase de noticias le podían causar un fuerte impacto, ya que desde hace tiempo la reina de Crissan había planeado convocar a príncipes de varios reinos para que alguno de ellos tomara la mano de su hija, pero si descubría que su única hija estaba enamorada de un muchacho que lo había perdido todo, de alguien que no era del todo de su agrado... no sabían que podía llegar a hacer; tantas noches que Lucas se había colado en la habitación de Cassy solo para poder sentir su cuerpo entre sus brazos, tantos días que ambos escapaban en pequeñas citas románticas.

De hecho, ambos se conocían desde antes de la llegada de Mónica al reino, su relación no era reciente y no era algo que quisieran terminar en algún momento. Estaban seguros de lo que sentían, pero tenían miedo de las críticas del resto.

─Chicos ¿Como van a hacer esto? La reina está muy enferma, ¿Cómo van a convertirse en amantes? Ustedes saben que eso es una falta a la dignidad muy grande. Al menos en el reino.

─ Mónica, no tienes cara de reclamarles, ¿Tú no fuiste amante de Zac?

─ Mónica y yo nunca fuimos amantes ─aclaró Zac mientras miraba a todos los chicos. Quienes se mostraban muy sorprendidos.

─ Esperen ¿Quieren decir que en realidad solo son de ese tipo de adolescentes enamoradizos que solo comparten algunos besitos y no se atreven a dar el siguiente paso? ─ preguntó Evan.

─Nunca le falte el respeto a Mónica ─dijo Zac mientras miraba aquellos ojos azules que lo enloquecían─ aquel día en el pasillo nos dejamos llevar, pero les aseguro que nunca habría llegado al punto de convertirme en su amante, no pienso hacer mía a Mónica al menos que no se convierta en mi esposa ─luego de esas palabras Zac se acercó y besó los nudillos de la pelirroja.

─ Además, con Zac no somos unos adolescentes "enamoradizos", Zac y yo somos unos adultos lo suficientemente responsables como para saber como actuar ─se defendió Mónica haciendo que Jack soltara una carcajada.

─ ¿Ustedes dos adultos? Te despertaste de buen humor ¿No es así, Mónica? ─preguntó Jack mientras abrazaba a Nicky.

─ Mónica tiene veinte, yo tengo veintiuno, ¿Algún problema? ─dijo Zac.

─ No se comportan como unos adultos ─aclaró Xavier─, si lo hicieran, hace tiempo se habrían besado y habrían aceptado lo mucho que se aman, solo le dan vueltas y vueltas al asunto, dando espectáculos pasionales al resto de las personas.

─ Y mira, Zac, casi todo el tiempo te la estás dando de digno ─se burló Lucas.

─ Mira quien habla ─respondió el mencionado.

En ese momento todos se echaron a reír, había sido una discusión muy divertida, en ese momento el ambiente era pura felicidad, pero lastimosamente en ese reino los buenos momentos no duraban mucho, por eso había que disfrutar cada sonrisa lo más que se podía.

Cuando todos terminaron de reír un soldado llegó hacia ellos, su rostro detonaba preocupación, y al parecer, había corrido bastante.

─ La reina acaba de sufrir un paro cardíaco, iba en las escaleras, empezó a actuar un poco extraño y cayó unos veinte escalones más o menos, que bueno que los alcance.

Sin esperar respuesta Cassy salió corriendo en busca de su madre, se sentía culpable, la culpa fue demasiado grande, era su madre, la persona que siempre la había cuidado, y por su culpa había sufrido un gran accidente. Seguro era por la relación que ella tenía con Lucas.

─ Nicky, quédate con mi hermana, necesitara compañía, nosotros iremos a la misión, no quiero parecer una frívola sin corazón, pero debemos recuperar la daga de mi padre a como de lugar─ dijo Mónica sintiendo la mano de Zac posarse en su hombro─, es mejor que nos vayamos ya, se va a hacer tarde, Nicky, tú encárgate de la reina, se que dejo a Sarah en buenas manos.

─ Está bien ─respondió la castaña mientras besaba los labios del soldado y le susurraba algunas palabras─, cuídate mucho, y cuida a los demás, por favor.

─ Tranquila, estaré aquí contigo más pronto de lo que seguro piensas. No hay de que preocuparse ─murmuró Jack y le sonrió a su novia.

─ Bien, si ya terminaron su momento romántico, es mejor que nos vayamos, esto de las parejas se está saliendo de control ─dijo Peter con tono divertido

─ Sí, es mejor que nos vayamos ─exclamó Mónica.

─ Apoyo a mi...a la princesa ─opinó Zac mientras ponía las manos en la cintura de la pelirroja y la ayudaba a subirse en un caballo.

─ Puedo sola ─lo regañó Mónica mientras golpeaba la mano del castaño de una manera leve.

─ Lo sé, pero esto me da una excusa para acercarme a ti sin que me agredas física o verbalmente ─contestó Zac mientras dejaba escapar una risa

─No seas imbécil. Vayámonos ya ─ordenó Mónica mientras se alejaba de los chicos para que no pudieran ver la pequeña sonrisa que se asomaba en su rostro.

Reino de Cristal |Completa ✅|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora