La música resuena en las cuatro paredes de mi habitación y mi cabeza se mueve inconscientemente al ritmo de "Use Somebody" de Kings of Leon.
Sigo aturdida aún por las confesiones de Justin de esta misma tarde, dándole más vueltas al tema de las que se merece. El espacio a mi alrededor se encuentra bastante bien ordenado a pesar de mi búsqueda de algo que ponerme para las carreras. ¿Cuál es el código de vestimenta? ¿Tienen siquiera uno?
"Pues claro que no, Jayne. Son unas carreras, no la MET gala.", mi consciencia me recuerda, y ojalá pudiera sacarla de ahí y darle una buena tunda por todas las veces que se ha reído de mí.
Me decanto por algo sencillo: unos pantalones de tiro alto en negro, un crop-top blanco y unas zapatillas blancas.
La bocina de un coche más allá de mi casa me hace saltar en el sitio, viendo un mensaje en mi teléfono después de Juliet que me indica que están fuera esperándome.
Me despido de Nora, mi galgo, y salgo fuera cerrando la puerta con llave, asegurándome de que tengo todo lo necesario.
Louis me recibe con un abrazo en cuanto entro en su coche y Juliet tiene un deje de preocupación plasmado en su rostro, supongo que por lo que ha pasado antes en el centro comercial.
Los dos van en los asientos delanteras, Louis conduciendo y Juliet hablándole de algo a lo que no estoy prestando mucha atención.
Mis pensamientos van del colegio al Voleyball, y pasan a Justin en menos de lo que espero, sacándome un suspiro de frustración que no pasa desapercibido para ninguno de los dos a pesar de la música que retumba en el coche. Ninguno de los dos pregunta nada y me alegro que sepan como soy; nunca soy de discutir ni hablar de lo que siento, prefiero lidiar con ello por dentro.
En menos de lo que me gustaría Louis aparca el coche, viéndome obligada a salir de él.
Las ganas de estar aquí se han esfumado y de repente me encuentro deseosa de estar con Nora en el salón leyendo un libre, sin alteraciones emocionales que me hagan querer estar enfadada conmigo mismo por permitir que esto me esté pasando. Pero, ¿Des de cuando somos capaces de controlar lo que sentimos?
"Intenta mantenerte alejada de él.", me recuerda mi consciencia. "¿Des de cuando te preocupas por mí?", le digo. "Por esta razón deje de preocuparme por ti hace tiempo."
¿Qué demonios significa eso?
–¡JAYNE! -Me empuja levemente Louis, sacándome de mi aturdimiento.– Jesús, pensé que te habías quedado en el limbo de los pensamientos o alguna mierda así.
Miro a mi alrededor, dándome cuenta de que aún estoy parada al lado de la puerta por la que acabo de salir.
–Eh sí, lo siento.
Louis, Juliet y yo nos cogemos de la mano y guiados por ella nos encaminamos hasta dónde se supone que van a estar los coches que van a competir.
Me siento pequeña, pequeña en un lugar que no es el mío y me odio, a mí y a mi orgullo por permitirme cometer la estupidez de meterme en esto cuando sé de sobras que no pertenezco aquí.
Agradezco que nadie nos esté prestando demasiada atención.
Hay gente bebiendo, otro fumando y otro simplemente charlando; una pareja un poco más allá parece estar succionándose la vida el uno al otro como dos dementores y Louis se ríe cuando ve mi cara de disgusto.
–Mi pequeña Jayne aún tiene que crecer. –Su mano me remueve el pelo como si fuera una cría y yo le saco la lengua.–
Y tiene razón, debo crecer, pero no en ese aspecto en particular.
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Fast Cars | Justin B.
FanfictionEl problema de las personas rotas es que si te acercas demasiado, acabas cortándote.