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Siento MUCHÍSIMO haber estado tan desparecida. He tenido exámenes, trabajo, exámenes, trabajo y algo de vida social, para que voy a engañaros. Espero que sigáis disfrutando de esta historia y de lo que viene.

Una vez más, lo siento, pero aquí está. 


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Siempre he tenido la sensación de abrirme a las personas que más están dispuestas a hacerme daño. Y me enfada que aún siendo consciente de lo mucho que voy a perder cuando eso ocurra, sigo yendo tras ello hasta que acabo lamentándome por permitirlo una y otra vez; y cuando creía que ya no habrían más de esas personas, no se me ocurre otra cosa que fijarme en Justin Bieber. Sigue fingiendo que ni siquiera estoy ahí y sigue de espaldas a mí, aumentando las ganas que tengo de girarlo de golpe y darle un bofetón. Y a pesar de tener mil motivos para hacerlo, sé que las razones son propias de una niña que no está acostumbrada a que alguien le diga que no. 

Alguien se acerca a mí y me habla, pero es como si se encontrara en un universo paralelo con el que no tengo interacción. Estoy intentando buscar una manera de que Justin se digne a decirme algo sin sonar demasiado obvia y cada excusa me parece peor que la anterior. Pero entonces la persona que me habla parece haberse incorporado a mi mismo universo y empiezo a ser consciente de que está tratando de comunicarse conmigo. 

–En serio empiezo a pensar que lo estás haciendo a propósito. 

Sigo la voz con la cabeza pero mis ojos aún no son capaces de abandonar la espalda de Justin, pensando aún por qué está reaccionando así.

Y entonces, la conexión se rompe y logro hacer contacto visual con el chico que ha estado unos minutos tratando de entablar una conversación conmigo mientras yo fantaseaba con Justin. 

Suspiro, sintiéndome mal por mostrar realmente el poco interés que tengo en hablar con él y parece notarlo, porque da un paso atrás. "Perdón.", pienso, pero las palabras no abandonan mi boca. 

–Soy Ánem. –Sonríe, con una mueca que esconde un "Por favor, no me humilles más."– 

–Ah, eh. –Agacho la cabeza y suspiro, poniendo ambas manos en mi cadera.– Jayne. 

–Ah, eh no sonaba como un nombre, no. –Bromea y algo en él me hace relajarme.–

Me permito el lujo de observarle bien y entonces es cuando quiero correr por ir vestida con ropa de deporte y probablemente una cara de cansada bastante notable. Vuelvo a mirar al suelo para mirarle a él después. Pelo oscuro, ojos chocolate a juego con su piel y un porte firme y masculino que me embriagan por un segundo. 

–¿Viene a ver a Justin? 

–¿Quién es Justin? –Digo, soltando una risita tan estúpida que quiero golpearme mentalmente unas cuantas veces.– 

–Yo soy Justin. –Irrumpe una voz tras mi espalda, entrando en escena.– 

Bien Justin, estábamos bien sin ti, gracias. 

Bieber me mira por primera vez des de que se ha acercado a nosotros y siento que hay algo en su tono de voz que no entiendo. Quiero decirle que se largue, que siga ignorándome; necesito odiarle para alejarme de él. 

–¡Oh, sí! De este Justin hablabas. –Mi tono de voz muestra cierta burla pero no me esfuerzo en esconderlo porque quiero que sepa que no va a ignorarme y luego hacer que todo está genial entre nosotros.– Hay tantas personas insignificantes que aunque te digan su nombre no consigues recordar quien son. ¿No te ha pasado nunca, Álem? 

–Es Ánem. –Dice serio.–

 Oh-oh, se suponía que era un comentario en contra de Justin. "¿Puedes ser más estúpida?", me recuerda mi consciencia. 

Y entonces Justin empieza a reírse, cómo si alguien del universo paralelo del que sale Ánem le hubiera contado un chiste que ni él ni yo hemos escuchado. 

–¿Has escuchado, Álem? –Se mofa Justin.– Acabas de ganarte el título de insignificante.

–En realidad iba por ti. –Aclaro con rapidez, haciendo que Justin deje de reírse.–

¿Alguien puede traer un poco de agua fría para esta... QUEMADURA? "Touch-down.", grito en mi interior. 

Justin ha perdido su sonrisa y parece habérsela pasado a Ánem, quién ahora parece estar mofándose de Justin. 

Me giro hacia el chico que ha estado ignorándome, aún enfadada y con el veneno pidiendo permiso para salir; y le dejo.

–La próxima vez que decidas ignorarme, procura que tus ganas sean más grandes que tu celos. –Susurro, acercándome a su oído y asegurándome de que capte el mensaje.– 

Sus ojos chispean y no sé exactamente qué es lo que me están diciendo, pero antes de que sus ojos lleven las palabras hasta sus labios, le grito a Juliet que nos vamos.

Ella parece no entender lo que está pasando pero me sigue, prometiéndole a Ethan que hablaran pronto. 

Y es cuando estoy arrastrando a Juliet hacia el camino, es cuando caigo en la cuenta de que he acusado a Justin de estar celoso. Se ha roto toda cordialidad y he dejado de lado el hecho de que nos falte confianza, tirando de ella hasta el máximo y creándome, seguro, un nuevo problema cuando vuelva a verlo.

Hasta entonces, Justin Bieber. 


Fast Cars | Justin B.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora