016.

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Jeongguk.

Mentir era un arte el cual adoraba con todas sus consecuencias y ventajas; el hecho de poder conseguir lo que me propusiera con un par de palabras maniobradas y un poco de actuación, me llenaba de un placer que no tenía comparación con nada. El mentir era mi mejor arma. "Estafador" era lo que me definía y de esto nunca me había quejado.

Pero, no pude mentirme a mí mismo cuando los ojos de Kang Byeol se abrieron en impacto de mis palabras de una manera tan inocente que, si bien no lo creía, me hizo querer comérmela a besos en ese segundo; el suave rosado que ocupó sus mejillas despertó en mí algo tan enfermo como querer desnudarla allí mismo y hacer de ella lo que quisiese, porque, tampoco había mentira en mí cuando dije que la erección que ocupaba mis pantalones había sido a causa de su pequeña boca entreabierta diciendo las palabras que tanto había anhelado escuchar de ella.

Me iba volver loco.

Fue fácil leer su lenguaje corporal cuando amagué acercarme a ella de una forma que a mí me parecía inofensiva, pero que logró sobresaltarla a manera tan tierna que, más que enojarme por su repentina prohibición al contacto de nuestro cuerpos (algo que estaba desesperándome), no pude evitar sonreír suavemente, cosa que pareció molestarle.

- ¿Qué diablos crees que haces? -era bastante irónico decir que incluso ante tales palabras, cuando antes detestaba su brusca forma de contestarme, ardió más el deseo de devorar su boca hasta liberarme de cada frustración que había tenido a su nombre.

No iba a negar que un sentimiento de satisfacción comenzaba a consumirme tanto que podría sentir mi masculinidad en mis pantalones comenzar a calmarse para dejar mi cerebro concentrarse en que, lejos de una manera sexual, a Byeol le quedaba bastante bien el pelo recogido y que nunca había notado la pequeña marca de nacimiento de un café rojizo que se mostraba ligeramente debajo de su clavícula a causa de la escotada, pero casual, blusa que llevaba puesta.

Me encontré a mí mismo tratando de descifrar la forma que con dificultad podía ver entrecerrando los ojos y no permitiéndome desviar la mirada hacia su apetitoso cuello que denotaba un poco sus nervios y su respiración. Sin embargo, más que sentirme ufano, mi mente se concentró en entender por qué no había visto esa marca allí antes... ¿realmente estaba ahí desde el principio?

- ¿Vas a dejar de mirarme ya?

Su voz fue, de forma precisa, la causante de mi devuelto a pisar tierra aunque mi mente decidió seguir calculando la extraña marca que ahora yacía en su nívea piel y si bien no la arruinaba, plantaba en mí semillas de sospechas que pronto me hicieron sentir ridículo al darme cuenta de que ella me miraba de una manera tan propia como impropia suya.

Pero por más que amagara a querer profanarme, su respiración y el sonrosado seguía evidenciando sus nervios.

- Es que hoy estás muy bonita, Noona -por el bien de mi orgullo y en busca de una distracción a mi repentina paranoia, la halagué, hablando con la mera verdad cuando su cejo se frunció en incredulidad.

A este punto, que Kang Byeol creyera o no qué tanto la deseaba, comenzaba a pasar a un segundo plano y lo que ahora tomaba protagonismo era el arduo deseo de saciarme de ella que, sin yo mismo entenderlo, empezaba a consumirme y pareció sacudirse en mí cuando relamió sus labios antes de entreabrirlos.

La palabra "autocontrol" podría haber sido sinónimo de nada en el segundo en que su lengua salió a la luz como si quiera burlarse de mí; sin embargo, lo que me hizo sentir totalmente incoherente ocurrió cuando pude ver sus labios moverse pero no pude escuchar su voz. ¿Siempre los había tenido así de bonitos?

- Maldito pervertido, ¿no escuchas?

Ya empezaba a considerarse poco normal las veces que su voz me había sobresaltado, pero en ésta precisa última vez, ningún músculo en mí se tensó ni me sentí alarmar cuando me di cuenta de que mi mano se encontraba apretando el hueso de su cadera de una forma que ya había puesto a prueba todo lo que pasaba por mi mente.

NAKED | JEON JEONG GUKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora