022.

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Byeol.

A las nueve y catorce de la noche me di cuenta que la palabra "privado" para Jimin era justamente eso, un espacio bastante alejado del bullicio que había en la entrada del local, donde una prominente y, en mi opinión, irritante música electrónica hacía las paredes vibrar, incluso después de adentrarme en el corredor que separaba la taberna del lupanar.

No podía pretender que no había caminado por los pasillos del burdel antes, pero ahora, cubierta con un suéter de cuello de tortuga y unos pantalones hasta los tobillos, tenía un sentimiento bastante diferente, no sólo por la extraña rabia que sentía desde que había aceptado la petición de Jimin por impulso.

Caí en cuenta de mi posible error cuando me vi en frente de la puerta de la habitación que Jimin me había mandado a asistir, entreabierta, con una brillante luz amarillenta escabulléndose desde adentro, y las distintivas voces de ellos, como el peli-negro había prometido, me recibieron mucho antes de que tocara la madera de esta.

Pero es que tuve que pensarlo, demasiado tarde y vanamente, incluso sintiéndome un tanto estúpida por haberme dejado instigar por mi inmadurez repentina y mis ganas de una venganza que para cuando mordí mi labio y escuché movimiento dentro de la invitación, dejaron de tener sentido.

¿Realmente Jeongguk se merecía eso?

- ¿Por qué me huele a mujer? -al escuchar la voz de Namjoon, cuestionando, pestañeé con rapidez trayéndome a mi misma de nuevo a la realidad y tuve que admitir que los nervios llegaron a mi sin bien avisar pero siendo bastante tarde para calmarlos cuando vi la castaña cabeza de Taehyung estirarse hacia la puerta, específicamente, hacia mí.

Para no sentirme más estólida de lo que ya para ese entonces me sentía, empujé el objeto con la palma de mi mano apenándome cuando ésta rechinó levemente y tuve la atención de los cuatro hombres sobre mí que, aunque sabía que esta no era su intención, no pude evitar sentirme intimidada. Aún más cuando alcancé a ver los ojos pequeñitos de Jimin, a causa de la sonrisa que adornaba su rostro.

- ¡Byeol-ah!

Ante el recibimiento, reaccioné haciendo una corta reverencia hacia los demás, cuyas únicas salutaciones fueron unas energéticas sacudidas de mano y sólo fue suficiente acercarme hacia la mesa de piso (luego de que Taehyung me hiciera espacio en medio suyo y de Jimin), para oler el intenso soju que había entre ellos, dejando a entender que llevaban más de un rato bebiendo.

- Menos mal -Namjoon rió con la cabeza hacia abajo atrayendo la atención de todos, pero no distrayéndome lo suficiente para ver cómo Jimin me servía un shot de soju, dejándolo frente a mí al mismo tiempo en que el peli-gris se decidió a continuar-, pensaba que Hoseok se había puesto perfume femenino otra vez.

La diversión detrás de sus palabras no llegó a mí de inmediato, pero no hice más que esbozar una pequeña sonrisa cuando los dos más jóvenes a mi lado rieron de manera escandalosa. Sin embargo, lo que me exaltó de manera leve fue la mano de Jimin en mi rodilla que pude distinguir sin estragos por debajo de la mesa.

Removerme en un espacio tan ajustado no serviría de nada, pero entre un pequeño movimiento que constaba en poner mi mano sobre la suya y alejarla, le di a entender que la acción no me había gustado.

Sin embargo, ¿qué iba a entender un hombre que llevaba más de doce horas consumiendo alcohol un rechazo?

- Anda, no soy tan raro -se quejó el rubio frente a mí, siendo evidente que el chiste no le había hecho gracia. No obstante, cuando llegó a mirarme y me regaló una sonrisa un tanto pérfida, dudé de sus palabras-. ¿O crees tú que lo soy?

NAKED | JEON JEONG GUKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora