Cruel realidad

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No estaba preparado para una confesión del mayor, menos de esa forma, el cómo se lo pidió para el solo fue una imagen demasiado erótica para imaginar a su mejor amigo. No le dio tiempo si quiera de pensar, de asegurarse que no se trataba de otro sueño, sino que sintió sus labios sobre los propios y nada más que ese contacto importo. No demoró en corresponder, necesitaba más que un simple contacto de sus labios, después de tocar aunque sea de una manera superficial esos dulces, necesitaba más. No se contuvo, tomo la iniciativa y dejando que el beso fuera uno más profundo, donde sus bocas encajaran a la perfección y sus lenguas se encontraran en una danza.

Su cuerpo comenzó a tomar temperatura lentamente, pero aun así no se detuvo, no podía controlarse, después de esperar tanto por tener finalmente a Jiyongbajo su cuerpo como uno de esos tantos sueños en los que deseo acariciarlo, tocarlo y besarlo, finalmente había dado un paso, un gran paso en esa distancia que tenían. Sus malditas etiquetas los separaban, quizás no solo eso, sino los tantos rumores que se creaban en el castillo, era imposible ignorarlos, lo que menos deseaba era que hablaran mal del príncipe por sentimientos que él no podía controlar.

Sus manos se aferraron al cuerpo de Jiyong, comenzó acariciando su abdomen nada más, hasta sostener su cintura, no podía acariciar más sabía que su cuerpo no era capaz de resistir más contacto con el mayor, tocar un poco más sería su perdición, terminaría recorriendo más de lo que ambos esperaban. Era nada más un beso, un roce de sus labios, pero jamás pensó que lo llevaría a esa excitación, si bien en sus sueños pasaba exactamente lo mismo, terminaba despierto con una gran erección que debía tratar antes de salir al encuentro con el príncipe, pero era algo que podía tratar sin ser descubierto, en ese momento la fricción de sus cuerpos era tan grande que en cualquier momento Jiyongnotaba su miembro erecto.

—Agh...—Gimió.

Aquel sonido lo volvió loco, no tuvo más opciones que dejar los labios ajenos para ver esos ojos. ¿Estaba jugando? ¿Se sentía igual? ¿Podía sentir como la temperatura aumentaba entre ellos? Su respiración era acelerada, además de eso el latir de su corazón le impedía claramente que lograra respirar con normalidad.

— Jiyong, deberíamos detenernos.—Pronunció con dificultad, intentando recuperar su respiración.

—Shh.. No digas eso. —Pronunció el mayor tomando entre sus manos el rostro del moreno.—No te detengas.

Sus labios una vez más se unieron, con esto sus cuerpos buscaron un mayor contacto con el otro. Los roces de sus cuerpos aunque aún eran tímidos, se encontraban en una perfecta posición donde sus piernas lograban la fricción con la erección del otro. Nunca pensó que esa noche llegaría, y recalcaba noche puesto que durante el día era más obvio un sospechoso encuentro entre ellos, cuando las luces no los delataban, justo a la hora de dormir, era cuando sus sueños eróticos más lo consumían, si dormía al lado de Jiyongdebía tener control, los últimos días habían estado agotadores, probablemente era una de las razones por las cuales sus sueños se veían interrumpidos. Despertar al lado de Jiyongcon una erección no era la mejor forma de dar los buenos días.

Su autocontrol no estaba funcionando, su respiración tan agitada estaba sacando leves gruñidos de sus labios, gemidos que ahogaba en los labios ajenos. Termino tomando la cintura ajena con fuerza y atrayendo su cuerpo al propio de tal forma en la que este disfrutará de su torso desnudo, las manos en su cuerpo, esa forma en la que solo Jiyongrecorría su piel, el deseo no era propio, era mutuo, con cada contacto de las manos del príncipe, su control se perdía, los movimientos aumentaban buscando un mayor contacto.

Sus ropas interiores comenzaban a humedecerse producto de las ficciones y el que sus erecciones dejaran salir ese pre-semen, humedeciendo la zona, pero aun así no se detenían. Pudo sentir las traviesas manos de Jiyongdeslizarse por su cuerpo, más bien, entre sus cuerpos en busca de una zona en específico, aquella en la que el placer se concentraba.

My King | GTopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora