No se había atrevido jamás a insinuarse así ni siquiera a una mujer, aunque sería extraño que una mujer lo viera de esa forma tan coqueta, puesto que se parecía más a ellas cuando caminaban por las calles del pueblo cerca de los cabarets, damas de compañía en apenas unas telas se acercaban insinuándose coquetamente, a ese tipo de acciones le recordó lo que acaba de hacer con SeungHyun, pero había funcionado, ¿Sería que SeungHyun lo deseaba tanto como él?
Sus labios fueron capturados por los contrarios apenas dejo salir la última palabra, aprovecho aquella oportunidad para rodear su cuello con sus brazos, dejar que sus cuerpos se acercarán lo más posible el uno al otro aunque tuvieran molestas telas de por medio impidiendo el contacto de sus pieles.
Podía sentir en los labios contrarios que no encontraba completamente decidido a lo siguiente, el menor probablemente estaba algo temeroso de lo que él deseaba, pero no se detuvo a preguntárselo. Sus dedos se enredaron en los cabellos de SeungHyun mientras lo obligaba a avanzar lentamente con sus pasos en retroceso hasta donde claramente debían proseguir. Las manos del menor apretaban con fuerza su cintura como si intentara contenerse a cada uno de sus movimientos, pero era justamente lo que no quería, ¿Cómo incitarlo a seguir? Si el menor no deseaba avanzar el buscaría como hacerlo.
Apenas se separó de los labios contrarios mientras deslizaba sus manos desde la nuca del menor por su abdomen hasta dar con las prendas. Su mirada no se perdía de los ojos contrarios en ningún momento, ambos tenían la lujuria en ellos, podían ver el deseo del otro por acabar con toda esa situación rápido, unirse de una vez por todas. No demoro en levantarlas y dejar que sus manos se deslizaran por esa piel tan suave y tonificada de SeungHyun, sentir sus bien formados abdominales que tantas veces había visto y jugado con ellos delineando cada uno de los espacios con delicadeza.
—Quítatelas. — Dijo casi en una orden, así sonó, pero SeungHyun no lo estaba tomando como la orden del príncipe, sino como una sugerencia de su "amante" y bastante excitante.
—Jiyong, deberíamos detenernos a pensar un poco. —Sugirió el menor.
—Dije que te las quites. —Esta vez, si lo ordenó.
—Pero...
—Si no lo haces lo haré yo. —Interrumpió las palabras contrarias.
Tomo sus propias telas y las levanto hasta deshacerse de lo último que cubría su torso, si bien su cuerpo estaba tan tonificado como el del contrario, seguía siendo delgado a su lado y con aquellas curvas casi femeninas que el odiaba, puesto que lo único que deseaba menos era que SeungHyun lo confundiera con una mujer mientras tenían sexo.
—Jiyong... —Sintió la mirada contraria recorrer su cuerpo como si fuera a devorarlo, además de que ese susurro sonó excitado.
No le dio tiempo de pronunciar otra palabra, fue directamente a sus labios para devorarlos, tomo las manos del moreno y le indico claramente que lo tocará, que acariciara su torso desnudo. Una vez que SeungHyun toco su piel no se resistió a continuar su investigación recorriendo el cuerpo contrario. La acción que menos esperaba del menor es que este bajara hasta el punto de tocar su trasero, tomarlo entre sus manos y apretarlo sacando de su boca un gemido que ahogo en los labios ajenos.
Perdió el control de la situación, el menor se rindió ante sus deseos y termino recostándolo en la cama, donde SeugHyun se subió a esta mientras retiraba sus prendas superiores tirándolas al suelo, ya no importaba si quiera donde estas caían. El contacto de sus pieles desnudas saco de su boca un nuevo jadeo, mientras buscaba desesperadamente una vez más esa unión con los dulces contrarios, los labios del menor eran su perdición, de tan solo verlo esos deseos por besarlo crecían, todo lo que tuvo que aguantarse esa tarde para estar finalmente cerca de SeugHyun, quizás valía la pena todo lo que estaban haciendo, por otra parte, la desesperación de estar lejos sería un claro problema para cuando necesitaran verse.
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My King | GTop
FanfictionLos cuentos de hadas siempre cuentan las mejores historias de príncipes y princesas en épocas medievales. Pero, ¿Esa era la realidad de todos aquellos que heredaban el trono?, ¿Eran realmente los príncipes felices de casarse por el bien de sus reino...