—¡Mi esposo está despidiendo a los soldados! —Hyera aseguró al soldado.
—Necesito asegurarme que no está aquí, lo hemos buscado en todos lados señorita.
—¡Bien! Yo me hago cargo....—La mujer abrió la puerta.
El sonido de las puertas abriéndose, lo llevo a separarse del menor en cuestión de segundos, más no los necesarios para evitar que su esposa viera la escena. No fue un mal teatro el que esta cerrara la puerta por inercia, seguido de unas palabras tranquilas que estuvo por interrumpir, más no logro moverse de su posición por el agarre que el menor había tenido a su muñeca.
Su mujer lo había descubierto, no solo lo vio con 'esa persona especial' sino que vio de quien se trataba, su guardia personal y un hombre. Para haber visto la pesadilla más grande de la iglesia con sus propios ojos, Hyera había conseguido hablar con naturalidad al soldado, sin tartamudear, sin trabarse, no se notó nervios en su voz, ni mucho menos miedo, no solo estaba decidida a convencer al hombre de no encontrarse en ese lugar, sino que... Protegió su gran secreto sin la necesidad de pedírselo.
Una cosa era saber el secreto de su esposo, que era similar al suyo, ambos estaban enamorados de alguien más, pero el tema principal ahí, era que el mismísimo rey de Silla estaba en contra de la iglesia solo por estar con un hombre, una relación antinatural que nadie aceptaría.
—No, no está aquí. Se lo dije....—Pronunció tranquila o al menos lo intento.
Se escuchó la voz de su esposa tras la puerta. Su mirada estuvo en todo momento esperando que esa puerta volviera a abrirse luego de escuchar los pasos por los pasillos, esa podía ser la oportunidad perfecta para entregarlos a ambos, morirían en la hoguera como las brujas, ahorcados, decapitados, pensarían en mil formas de torturarlo y una de ellas podía ser el presenciar como intentaban matar a Seunghyun frente a sus ojos para darle una lección solo por ser rey. A diferencia del menor, su título podía asegurar su vida, más le controlarían mil personas detrás como un títere, y perdería a quien amaba para no verle jamás contra las enseñanzas de ese 'Dios'. Solo escucho la campana realizando el ultimo llamado para él y claro, el líder de escuadrón, su amante. No podía evitar sentir cierto temor aun, nervios, pero las puertas seguían cerradas, y por ende, su secreto aún estaba a salvo.
—Es la segunda advertencia. —Soltó en un susurro, la voz algo quebrada. ¿Cómo podía con tantas emociones? Su amado se iba a la guerra mientras su esposa había presenciado tal acto del cual no sabía como era que reaccionaría. — Debes estar en camino. —Jiyong se soltó del agarre del menor para limpiar ligeramente sus ojos. —Vamos...
Su mujer intentaba parecer tranquila, pero su tono de voz había cambiado demasiado para que así fuera, o era que la estaba conociendo demasiado bien que inmediatamente reconoció que fingió en todos los tonos que uso al hablar más obviamente el soldado que iba a distinguir de su voz, si apenas le estaban dando la oportunidad de hablar ahora que era parte de su consejo. Los pasos no demoraron en sonar, las pisadas no eran comunes, como si Hyera forzara el tacón contra el suelo, ¿Estaba intranquila o era una señal? Quería creer que les estaba avisando que se retiraban y era su oportunidad para salir de esa habitación sin ser descubiertos.
—Debemos irnos. —Hablo con tranquilidad Seunghyun a su espalda, pero si creían que solo iba a hablar, se equivocan, porque el menor aprovecho incluso ese momento para acercarse y abrazarlo con fuerza.
—¿Qué no acabas de ver lo que sucedió? —Pregunto girándose al menor entre sus brazos. ¿Cómo podía estar tan tranquilo? No quería pensar que Seunghyun estaba despreocupado porque se dirigía lejos de ahí, atraparlo sería exponerse a la guerra y seguro creía que lo tomarían luego al volver para ahorcarlo a su lado. — Nos descubrió y ...
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My King | GTop
FanfictionLos cuentos de hadas siempre cuentan las mejores historias de príncipes y princesas en épocas medievales. Pero, ¿Esa era la realidad de todos aquellos que heredaban el trono?, ¿Eran realmente los príncipes felices de casarse por el bien de sus reino...