La verdad

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Los días se vinieron encima cuando finalmente había dado con su cometido. Todo ese tiempo calentando su cabeza para proteger a su pueblo y jamás pensó como un príncipe, siempre lo hizo como futuro rey. Había sido capaz de encontrar los pasadizos del castillo, burlar a los guardias para convertirse en Dragón, ¿Qué paso con él cuando necesito encontrar la respuesta a todos sus problemas?

No sabía cuál de los reyes había sido el que oculto aquella información, menos como se le ocurrió hacerlo donde todos buscaba pero que nadie lo encontrara. Era por el bien de los futuros en el trono o por su propio beneficio, no lo sabía, si lo oculto porque no deseaba que fuera encontrado o porque era el único lugar donde alguien podría encontrarlo. Lo que tenía en sus manos era el futuro del reino.

Callo la boca del reino cuando presento ante todos a los nuevos miembros del consejo, así es, había creado un consejo después de haber dicho que no lo haría, pero tal y como se estipularon las reglas era necesario tener un consejo para acceder a otro tipo de beneficios en ayuda del pueblo, después de todo no podía hacer el trabajo solo. No solo le limitaba el tiempo sino que no tendría tiempo para estar solo, con su esposa o con su amante, por ello tener un consejo si era la mejor decisión, aun cuando iba en contra de su palabra, era perfecto para dar el siguiente paso más grande como rey de Silla.

No necesitaba la aprobación de nadie, incluso luego de recibir mil contras en sus palabras él tenía como respaldarse. El texto que había encontrado tenía todo, realmente todo lo que necesitaba para enfrentarse al mundo, a cada uno de los que quería impedirle llevar a cabo sus ideas por beneficio del pueblo.

—¡Es imposible! ¡No puede hacer eso! —Los gritos se podían oír incluso tras las puertas, pero a Jiyong no le importaba que los escucharan. Los gritos no iban de su parte, sino de otros.

—¡Nosotros somos su consejo! —Soltó otro de los ancianos.

—Ustedes quieren dinero. —Pronunció desde su trono, calmado, muy calmado aun sosteniendo en sus manos ese papel que los alejaba a todos aquellos que le juzgaron.

—¡Es imposible!

—Ya lo hice. —Sonrió victorioso tomando la mano de su esposa a su lado tras dejar el papel sobre la mesa.—Llévenselos. — Ordenó.

Sus guardias inmediatamente siguieron sus órdenes, retiraron a los traicioneros del salón de reuniones, que a pesar de tener como invitados a cada hombre de cada cargo en el castillo, todos aquellos que necesitaban sr informados de los cambios, esos traicioneros no eran más parte de su castillo, no después de todo lo que le hicieron pasar. Era bastante obvio que iban en contra de su reinado por el bien de sus bolsillos.

—Volviendo al tema principal. Cada uno de los miembros del consejo tiene a cargo una parte del reino, desde la economía hasta la salud, pero el cargo que daré en este momento es precisamente la razón del porque forme una vez más el consejo. —Anunció el rey.

No tenía un gran público, la reunión se llevaba a cabo con los hombres de mayores cargos en el castillo, más sus nuevos miembros del consejo en el salón, publico suficiente para realizar un anuncio como ese. Una gran mesa con él en la cabecera, su mujer a su lado, y el resto de las personas sentadas tanto como paradas dependiendo del rango que tenían en el castillo.

—Youngbae me jurara lealtad y se despojara de su símbolo patrio, renunciará a su reino y sus raíces y se convertirá en un verdadero silliano. —Tomo una pausa. — Tomará el cargo de guardia personal de la reina.

Escucho varios "oh", suspiros sorprendidos por sus palabras, después de tanto pensar había cumplido su cometido.

—No sé cómo agradecerte. —Lloraba su esposa sobre su regazo tarde por la noche en el intento de descansar a esas horas de la madrugada.

My King | GTopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora