Ángeles Caídos C4

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Capítulo 4 Las pistas

El último día de clases antes de las vacaciones de navidad, pasaba con lentitud para todos menos para Hermione, que se encontraba en su clase favorita, Runas antiguas. Aunque tras la advertencia de que alguien al que amaba como a un hermano moriría, ya no estaba tan segura de que aquella clase le causase una gran alegría.

Dos horas seguidas junto a la extraña y cínica profesora Ángela y su ya casi extinto ser, Noctum.

Hermione ya comprendía a la perfección cada runa de aquel año, y eso que aún no había terminado el trimestre. Aquella alumna era la favorita tanto de McGonagall, como de Ángela.

Por fin, el timbre que daba paso a casi tres semanas de vacaciones sonó dejándoles libres, Hermione se acercó al viejo y enorme escritorio de Ángela para hacerle una pregunta acerca de algo que no tenía totalmente claro, y cuando la profesora la sació, su perro pareció despertar perezosamente de su siesta, siesta que hacia siempre durante la clase.

—Toma tus decisiones con sumo cuidado —dijo lleno de tranquilidad mientras se desperezaba—. Aprovecha cada momento tanto como puedas, si no lo haces, te aseguro que acabarás arrepintiéndote en un futuro —continuó cambiando de posición y sentándose un poco más cerca de la estupefacta Hermione.

—Sí que tienes suerte Granger, es la primera vez que da dos avisos a una misma persona, aparte de mí y de Dumbeldore claro... —avisó Angela sonriente.

—Que tus ojos no lo vean, no significa que no exista. Cuando tengas una preocupación, o una duda, estés herida o preocupada, llega hasta el fondo del asunto, puede que te encuentres con las respuestas que menos te esperabas. Y sí, el baile de mascaras te será inolvidable, no puedo decirte si para bien o para mal... —terminó dando un enorme salto y saliendo con aquel paso galante y simpático hacia el despacho de su "amiga" Angela

Hermione salió de la clase pensando en las palabras de aquel sertan especial. ¿A qué demonios se refería con aquella palabrería? no entendió casi nada, lo único que le quedó claro, fue que el baile de máscaras seria un día inolvidable, y aquello era exactamente lo que ella quería...(pero inolvidable tenía dos caras, una buena y otra mala). Hermione no podía más que apostar por la buena, no había más remedio.

En su camino por el corredor, se encontró con Blaise, que al verla tan pensativa se preocupó de saber que Draco no la hubiese hecho nada.

—No, que va, acabo de salir de runas antiguas —contó—. Pero es que Noctum me ha dicho... —Hermione comenzó a contarle todo el dialogo, exactamente como el perro lo había redactado.

—¡Menuda mente la tuya! —rió el moreno—. ¡No se te escapa nada!

—¡Cállate!

Caminaron juntos hasta el gran comedor, adornado ya con el gigantesco árbol y las pomposas guirnaldas que parecían hermosas boas de alegres colores.

El director recitó unas palabras para dar la bienvenida a las vacaciones de navidad, recordó que el día 24 por la noche sería el baile de máscaras, quedaba una semana y media aproximadamente.

De nuevo, altos murmullos alcanzaron el techo hechizado del comedor, la emoción les embriagaba por completo, aquella sería una experiencia única. Todos lo sabían, una manera de que un Slytherin y un Ravenclow por ejemplo, pudiesen disfrutar de una velada hermosa, sin perjuicios, sin guerras entre casas, un acontecimiento sin precedentes.

Aquella noche, en la sala común de Gryffindor, estaban todos reunidos hablando sobre cómo sería el baile, sin duda había causado mucha más expectación de lo esperado.

Ángeles Caídos [Dramione-Fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora