Capítulo 13 Muerte

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Hermione seguía caminando por los corredores en busca de alguna pista que la condujera al lugar en el que estaban aquellos encapuchados, podría decirse que sus plegarias fueron escuchadas poco después.

—Vamos Hopkings, tenemos que llegar a la sala común de Hufflepuff, allí nos esperan Marei y su grupo…

—Sí, sí ya voy…

—Venga vago… por suerte, en esa casa hay muchos nacidos de muggles, y no quiero que ellos se lleven todo el placer por matarles.

A la castaña se le heló la sangre, por una milésima de segundo pensó que no podría hacerlo, no tendría valor suficiente… Pero aunque no tuviese valor para matarles, les dejaría fuera de combate y les ataría para que luego, Dumbeldore y el resto de profesores se ocuparan de ellos.

Observó la escena por unos pocos minutos más, escondida al filo de una esquina, acechante, buscando el momento adecuado para lanzar su hechizo. Cuando estaba completamente preparada, varita en mano, se descubrió un poco para fijar su vista y puntearía a la perfección, pero algo la frenó, pues una mano la agarró fuertemente del hombro, lo que casi hace que su corazón se parase por el susto.

Se giró pálida y con los ojos abiertos de par en par y cuan grande fue su sorpresa cuando se encontró con unos ojos verdes y otros azules, eran Ron y Harry.

—¿Qué demonios hacéis aquí? —preguntó ella en un susurro.

—¿Y tú?—preguntó Harry esta vez.

—¿Por qué te escondes? —terminó Ron extrañado.

—Marchaos rápidamente a la sala común... ¡no allí no! a... a… a algún lado…

—¿Qué demonios pasa? —se preocupó Harry que ya le extrañaba toda aquella situación—. Entérate que no nos irémos sin ti…

Hermione esbozó una sonrisa de desesperación, no se irían, así que debía contarles lo que estaba ocurriendo.

— ¡Qué! —exclamaron ambos.

—Shhh… —ordenó.

—¿Has oído eso? —preguntó uno de los dos mortifagos.

—Sí… puede que la diversión comienze ya… —contestó el otro avanzando hacia el lugar.

Harry y Ron también prepararon sus varitas, era como si todo girase a su alrededor, al verles, cada uno lanzo un hechizo distinto que estalló contra el enemigo, dejándolo en el suelo a pocos metros de la esquina en la que estaban.

—Atémosles… —dijo Hermione.

Poco después de atarles y esconderles en un armario, un sin fin de gritos llegaron hasta allí con una fría brisa.

—¡Los Hufflepuff! —gritó Hermione corriendo como si la llevara el demonio

Pero cuando llegaron, el ambiente ya estaba enrarecido, varios cuerpos estaban tendidos en el suelo, inertes ya… Otros salían aterrorizados de sus escondites, algunos habían salido de la sala común haciendo que el grupo de moritos les siguiera en caza.

Los tres amigos ayudaron a los heridos y cubrieron a los ya fallecidos, poco después apareció la profesora Sprout en la estancia, aterrorizada, pálida, desecha…

—Dios mío… dios mío… —susurraba arrodillándose ante el cuerpo sin vida de una niña de primero.

Las cosas comenzaban a ponerse feas… era hora de actuar al límite.

—Vamos —dijo Harry enfurecido.

—¿A dónde pensáis ir? —preguntó la profesora con un hilillo de voz.

Ángeles Caídos [Dramione-Fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora