La chica de mis sueños

No cambié

En todo el día, muchas chicas se me ofrecieron. Otras chismearon sobré mí, todos creen que me volví…puto.

A la hora del almuerzo las porristas me arrastraron a su mesa, una de ellas se sentó en mis piernas, mientras las otras me coqueteaban. Me siento tan incómodo.

-¿Quieres salir después de clases?- dijo una de ellas jugando con mi cabello.

-Aaahh…- no soy puto, me siento tan fuera de lugar.

-No, él saldrá conmigo- dijo la que estaba sobre mis piernas.

Voltee y vi a Brad con cara de “ayuda” pero el desgraciado se rió.

-Fuera- dijo Deby sentándose a mi lado, y las porristas se fueron.

-Gracias- suspiré.

-No me agradezcas aun- dijo comiendo algo de ensalada, típico almuerzo de porrista.

-¿Por qué no?

-Porque nada en la vida es gratis.

Le miré confundido.

Ella sonrió- te veo en mi casa a las tres- dijo con sonrisa pícara, luego se paró y se fue.

Ya quiero que la semana acabe, quiero ver a Fernanda, quiero que Jennifer exista.

-Viejo, no sé de qué te quejas. Si yo estuviera en tu lugar…- dijo Brad sentándose a mi lado.

-Sí, sí, sí, ya sé, te coges a todas sin ningún problema.

El rió- que bien me conoces.

-¿Cómo está Alice?

-Bien…

-¿te gusta? ¿o ya lo superaste?

-Ella no es para mí- suspiró- se mudara en una semana, así que ya no hablo mucho con ella, así me ahorro sufrir.

-Muy inteligente de tu parte.

Se encogió de hombros.

Charlamos, fui a la casa de Deby para que me dejaran en paz las animadoras, ya sabrán que pasó ahí.

Fui a casa y terminé el retrato de Jennifer. Le saqué el marco a una pintura que mis padres compraron en un viaje, y enmarqué el dibujo de Jennifer.

Y escribí algo bajo esta.

“Esto es para todos los idiotas que creen sufrir, para todos los idiotas que creen que se enamoraron de un imposible. Soy Adam Cronwell y… ¡¡ ME ENAMORÉ DE LA CHICA DE MIS SUEÑOS!!”

Escrita con la mejor letra que pude hacer, bien grande y colocado a la perfección, lo colgué el mi habitación.

Me volveré loco, la amo tanto y lo acepto soy un idiota.