Voy a aclararlo

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Estaba esperando a Fernanda en un café cerca su casa, ordené helado de limón (Su favorito) y algo de tarta de crema de coco y café (mis favoritos).

Cinco minutos después ella entró por la puerta y paso la mirada por el café, me vio sentadito esperando y sonrió. Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla, sentí su delicioso aroma.

-Hola Fernanda, te ves hermosa- dije sonriendo, pues ella era realmente bella.

-Gracias, tú estás muy apuesto. Amo tus ojos- su voz era un sexy susurró, mi corazón se disparó.

-Ordené por tu- dije mientras ella se sentó a mi lado.

-Gracias- hizo una pausa- Adam, ahora dime… ¿qué paso?

Suspiré y me acomodé en mi asiento- Prométeme que no me odiaras.

Ella suspiró y jugó con la cuchara enterrándola en el helado- está bien, trataré.

Ya no mentiré- hice una… -tomé aire y le vi a los ojos- hice una apuesta con Brad, yo… debía pretender ser un puto por una semana.

-¿Una apuesta para ver si podías pretender ser puto?- dijo sin expresión, creo que está molesta.

Bajé la mirada- si…- dije tímidamente esperando que ella se parara y marchara dejándome solo, ya que ella tiene un carácter que no puedo descifrar.

Ella suspiró y rió.

Eso es exactamente lo opuesto que esperaba, la miré con cara de confusión y vergüenza.

-¿No estás molesta?

Rió y negó con la cabeza- Prefiero que pretendas ser puto- hizo una pausa- a que seas uno. Además ya lo sabía, pensé que me mentirías.

Sonreí- eso me alivia… espera ¿cómo lo sabías?

Ella sonrió y se acercó- eso ya no importa.

Estaba totalmente aliviado, reí. Nunca se como ella va a reaccionar.

-Gracias por venir…- dije mirándola a los ojos y acercándome.

Ella se mordió el labio inferior, vaya es hermosa. Bien, comencé a luchar contra el impulso de besarla. Hormonas de mierda.

Ella llevó algo de helado a su boca y chupo la cuchara lentamente, mierda, Tranquilo Adam, cálmate. Tomé algo de crema de la tarta y la llevé a mi boca.

Ella me inspeccionó, bajo la vista de mis ojos, a mis labios, bajando la mirada a mis brazos, mi pecho… un enorme hombre pasó por nuestro lado y ella para darle paso para pasar se sentó a mi lado, apoyando su cabeza a mi hombro.

Sentí su delicioso aroma su hermoso cabello… y mi control se fue a la mierda. Le tomé la barbilla, vi sus hermosos y brillantes ojos, me incliné y la bese.

Ella sonrió contra mis labios- eres débil- dijo entre dientes, luego me devolvió el beso.

¿Soy débil? Bueno, que me importa- ser débil se siente genial- le dije entre dientes antes de perderme en el beso.

Ella subió su mano y sostuvo mi cuello, acariciándome. Yo tomé su cintura y la presioné contra mí. Me perdí mientras nuestras lenguas se enredaron, pero de pronto sentí, que los besos no eran suficientes…

La chica de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora