Capítulo III.

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*Este capitulo quise hacerlo un poco más largo como forma de gratitud para ustedes los lectores, les invito a que si les gusta el capitulo voten por el y comenten si lo quieren*

Desde hace unos meses mi vida se había vuelto monótona, sólo me dedicaba a ha hacer lo necesario para vivir y mantener a Paula, despertaba cada mañana para hacernos el desayuno, ayudarla a vestir y llevarla a la escuela, luego iba de compras o regresaba a casa para sentarme a leer o ver televisión y algunos días incluso iban personas a casa, me había dado a la tarea de ejercer mi carrera de psicóloga y así ayudar a una que otra persona en apuros, pero en fin, todos los días era exactamente igual, la misma rutina... pero ahora es distinto.

Desperté con un montón de cosas distintas y un sentimiento de "donde cojones estoy" increíble, era todo tan distinto a mi vida cotidiana... salí de la cama y me dirigí hasta una ventana, el sol estaba radiante, podía ver desde ahí todo el camino hasta el mar, un montón de árboles tropicales y aves de un hermoso colorido, luego de ver esa hermosa vista otro de mis sentidos se activó y ese fue el oído, escuché el sonido de un piano, alguien lo estaba tocando y sabía
perfectamente quien era ese alguien.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro al reconocer esa canción, mis ganas de bajar y llegar hasta ese hombre se volvieron muy grandes así que fui hasta donde se generaba el sonido.

Llegué hasta donde estaba él, y lo miré por un momento, Sergio estaba tocando esa canción que me había tocado la primera noche que hicimos el amor, la noche en que ocurrió el accidente de Ángel.

Sergio se veía muy concentrado y parecía estar serio mientras tocaba hasta que levantó la mirada viendome ahí a unos metros de él y entonces fue cuando sonrió.

Me acerqué hasta donde estaba tocando y me senté a su lado, el terminó de tocar y me miró esperando que nos besaramos como aquella vez, así que lo hicimos.

-¡Buenos días! - dijimos al unísono antes de volver a besarnos.
- ¿Cómo dormiste? - preguntó.
- Muy bien - dije con una sonrisa de par en par.

Nos volvimos a besar un minuto más y luego el se puso en pie y me tendió la mano para ayudarme a levantar y giarme hasta la cocina, al llegar vi una mesa llena de comida, una gran variedad de comida: frutas, pan, café, huevos revueltos, panqueques y demás.

- ¿Van a venir tres familias a desayunar? - dije y comenzamos a reír.
-Es que no sabía que preparar.

Sergio me dio un beso en la mejilla y nos sentamos a desayunar.

Luego de eso subimos hasta su habitación y nos quedamos un rato, acostados hablando de un montón de cosas:

-¿Entonces sacaron el dinero en un camión de cervezas?
- Si, Helsinki y yo íbamos en el camión cuando la policía nos pasó por un lado.
- Estuvo muy cerca.
- Todo estaba bajo control.

Me detuve un momento a pensar en lo siguiente que preguntaría:

- ¿Incluso el hecho de que me amenazaran con quitarme a mi hija?

Entonces Sergio se removió un poco y se acomodó para mirarme bien y decirme:

- Aquel día, luego de que me besaste y te solté para que fueras a ver a Ángel te dije que necesitaba ganar tiempo, que necesitaba tiempo para poder salir de ahí con o sin él dinero pero salir libre, sabía que si te pillaba la policía iban a querer usar a tu hija para que les dieras la ubicación del hangar y sí, sabía que te iban a amenazar con eso y que por un par de minutos no dirías nada, pero que luego... por miedo a perder a Paula ibas a decir donde estaba y así fue, no esperaba menos de ti, era lo que debías hacer.

Yo no dije nada, sólo lo miré unos segundo pensando en lo que me acababa de decir.

- Raquel... a pesar de que ya sabes quién soy, de lo que hice, lo que te hice... me pregunto: ¿Te gustaría dejar todo atrás, traer a tu hija y vivir conmigo aquí?

Estudié sus palabras mientras lo observaba, me miraba como aquel día que me hizo esa misma proposición, era exactamente igual, la misma persona, ese dia en mi casa él no me mentía y tampoco lo estaba haciendo ahora, no estaba jugando conmigo.

Sonreí.

- Si - dije y lo besé - puedo regresar, buscar a Paula y traerla para que viva aquí con nosotros.

- ¿Como una Familia? - dijo y se le salió una sonrisa muy infantil.

- Pues... si - dije y le volví a besar.

- Me alegra - dijo y me besó.

Continuamos basándonos un par de minutos hasta que recordé que no habíamos vuelto a hacer el amor, desde hace un año... ayer cuando llegamos me acosté con él, pero no lo hicimos y la verdad es que tenía ganas, tenía ganas de volver a sentir eso que sentí con el hace tanto tiempo, así que tomé la iniciativa, y comencé a quitarle la ropa que llevaba puesta, el me miró entre sorprendido y feliz e hizo lo mismo que yo, me quito la ropa mientras me besaba en los labios y en el cuello.

-Raquel... yo... - comenzó a decir.
-¿Que?...

El volvió a hacer silencio mientras me besaba y justo antes de comenzar habló de nuevo:

-Debo decirte algo primero.
- ¿Que cosa?

Tragó saliba y se apartó un poco para poder ver mi expresión

-Estoy planeando otro atracó - dijo él.

Mis ojos se abrieron como platos cuando escuché eso, pero la verdad es que no me sorprendía tanto, supuse que no se iba a conformar con eso e iba a querer continuar con el plan de su padre y la meta de los dos mil cuatrocientos millones de euros. No sabía que decir así que sólo lo volvía a besar, pero el me detuvo:

-Escucha... No quiero que te pase algo malo a ti o a Paula por mi, no me lo perdonaría - hizo una pausa un momento - entendería que quisieras dejar todo hasta aquí e irte.

Yo no quería irme, lo volví a besar.

- No me iré - dije.
El se detuvo un segundo, tal vez para pensar en si seguir insistiendo para que lo dejara hasta ahí o seguir con lo nuestro.

- Entonces ¿podemos continuar? - dijo con una sonrisa en su rostro.
- Si - dije y me besó e hicimos el amor.

La Casa de Papel: Raquel y el Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora