Capítulo XII

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Sin planearlo me había quedado dormida en sus brazos, descansando y aclarando mi mente y mi cuerpo mientras me aferraba a él como si de ferrarme a mi vida se tratara.

Me tranquilizaba mucho estar en sus brazos, poder oler su aroma, sentir su piel, sus músculos, su cabello, amaba estar así con Sergio y... me estaba dando cuenta de que lo estaba Amando a él, aunque en ese momento tal vez fuera muy pronto para decirlo y aún luego me diera cuenta de lo fuerte que es tener ese sentimiento y lo arriesgado que es admitir tenerlo.

Sergio se quedó abrazandome todo ese tiempo, aún cuando estaba despierta fingia dormir para que no me soltara, y poder estar ahí en silencio con él, mientras ambos sólo pensábamos tal vez en diferentes cosas y dejabamos que la paz del silencio nos rodeara.

- Sergio.
- ¿Si?
- ¿Tu de verdad me quieres?

Él se quedó en silencio, tal vez analizando lo que iba a decir y cuando finalmente estudio todas sus palabras me dio un beso en frente y se acomodó un poco antes de hablar:

- Cuando mi padre murió sentí que una parte de mi se había ido con él, la mejor forma para completar ese vacío que había dejado su muerte fue agarrarme de su plan, esa emoción que él sentía, esa chispa que emanaba su rostro cuando hablaba del asalto a la fábrica... esas eran las mismas chispas de emoción que yo sentía cuando comencé a adoptar ese plan como mío, de alguna forma ese plan, ese atraco me habían dado esa parte que para mi había muerto, me hacían sentir completo y así fue durante años, pero luego de un tiempo descubri que esa emoción se había difuminado, sentí que ya no era igual a antes y sabía que me faltaba algo, pero no sabía el que.

Hizo una pausa para ordenar sus ideas y luego continuar:

- Cuando comenzó el atraco ya yo tenía todo fríamente calculado, sabía hasta que te iba a encontrar en aquel bar, pero lo que no sabía era que al conocerte iba a ver en tus ojos algo que había perdido, al sentir tu piel por primera vez tocando la mía... iba a sentir esas chispas que alguna vez tenía en mi cuerpo cuando hablaba del atraco, no sabía Raquel que...

Esta vez se detuvo y se acomodó para mirarme a los ojos; tomó mi rostro entre sus manos y lo acarició con dulzura antes de dejarse caer de nuevo en la cama y seguir:

- Cuando me esposaste a aquella viga y te fuiste me sentí la peor persona del mundo, sentía como vi sangre ardía y rabia se volvía palpable, me odiaba con todas mis fuerzas y ¿sabes por qué? Porque te había hecho daño a ti, porque te había arruinado y sentía que te había utilizado... No podía vivir con eso.

Sergio comenzó a temblar de un momento a otro, temia por como se estaba poniendo pero sabía que él necesitaba desahogarse y yo... Yo necesitaba escuchar.

- entonces llegaste, me interrogaste, te deje inconsciente y... luego pensé que debía hacer algo para acabar con todo esto y lo que hice fue dejar las balas en el arma y quedarme ahí sentado esperando a que fueras tu quien tomara una decisión, ahí me di cuenta de que te quería, que me daba igual morir ahí si eras tú quien me mataba... ahí deje que tu tomaras la decisión, si sentías lo mismo no me matarias y... Si me querías sabría que a pesar de todo no te hice tanto daño, o por lo menos fue más lo bueno que provoque en ti que lo malo, no se si me explico...

Soltó una sonrisa y no pude evitar sonreír yo también.

- Raquel... luego de eso, de todo lo que vivimos esos días y que me fui te eche de menos muchísimos, echaba de menos nuestras citas en la cafetería, echaba de menos tus besos, tus labios, tu olor, tu piel, todo tu cuerpo, Raquel... echaba de menos cuando nos acostabamos e incluso, echaba de menos ese momento en el que me estuviste atado o cuando yo te até a ti y entonces... Cuando vi lo mucho que me hacías falta y me di cuenta de que esa chispa de la que habló había vuelto a desaparecer me di cuenta de que no era sólo deseo, no era obsesión, no eran sólo unas ganas locas de tenerte, era amor... el mismo amor que sentía por mi padre, el mismo amor que le llegué a tener al atraco... ese mismo amor era el que sentía... el que siento por ti y se que me preguntaste sólo una cosa, que si te quería... la respuesta es que si, si te quiero pero no sólo te quiero, también te amo Raquel.

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La Casa de Papel: Raquel y el Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora