Capítulo XIII.

929 38 12
                                    

"Te amo Rachel."

Esas palabras retumbaban en mi mente como si fueran el sonido de una campana en la iglesia, se repetían en mi mente una y otra vez y no supe como reaccionar, no sabía si estar feliz o triste, no sabía si decirle que yo también lo amaba o no decirle nada, mis conflictos mentales volvieron a aparecer ¿Sería capaz de amar a Sergio? ¿Lo amaba?.

El se dio cuenta de que algo pasaba por mi mente e inmediatamente se alejó un poco de mi y comenzó a verme, esperando algo de mi, alguna respuesta.

Yo había amado antes a otro hombre, hombre que para mi fue mi todo, mi vida, mi felicidad, una de las razones por las cuales despertaba a diario y... ¿cómo resultó ese amor?.

Temia volver a equivocarme así que, de alguna forma un tanto extraña temia decirle a Sergio que yo también lo amaba.

Aunque aún no lo tenía muy claro, el se había convertido en parte de mi desde que lo vi en la cafetería por primera vez.

- ¿Raquel, Está todo bien?
- Si - dije y me acerqué para besarle.

Él respondió a ese beso pero luego se separó de nuevo para volver a verme y yo no le dejé, coloque mis manos en su cabeza y lo acerqué de nuevo a mi para volver a besarlo.

..................

Un mes más tarde:

El sonido de los aviones al despegar me ponían nerviosa, desde que estaba en el aeropuerto ya habían despegado unos seis aviones y me alteraba seguir ahí, esperando.

Era la primera vez en un tiempo que estaba en un lugar público con Sergio, hace unas semanas habíamos dejado de salir juntos a sitios públicos por el simple hecho de que la prensa me había comenzado a vigilar, al parecer uno de los secuestrados había comenzado a hablar sobre su experiencia esos días, sobre los atracadores y mostró en la prensa esa espinilla que se les había quedado clavada por el hecho de que no se supiera nada del caso y de cómo iba la investigación.

Mientras tanto, Sergio, Santiago y otras personas que desconocía planeaban el viaje a Estados Unidos y el inicio del entrenamiento para el siguiente atraco.

Ya Santiago había ido a Estados Unidos hace unas semanas, pero regresó a buscarnos y a buscar un par de maletas que habían enviado desde Francia.

"¿Qué hay en las maletas?" Pregunte una y otra vez pero no recibí ninguna respuesta.

No sabía que había en esas maletas pero lo que si sabía era que no debía ser nada ilegal porque entonces no estaríamos aquí en el aeropuerto, con dichas maletas junto a nosotros mientras esperábamos a que las revisarán para poder abordar.

- ¿Sergio, que hay en las maletas? - pregunte por quinta vez ese día.
- No te preocupes - dijo él.
- Como quieres que no me preocupe si estamos a minutos de que las revisen y no me quieres decir que hay - insistí.

El me miró dubitativo, tal vez no se había dado cuenta de cómo me sentía por no saber que era lo que tenían adentro; dejó de verme para ver las maletas, en realidad no eran tan grandes, medían como 80 o 90 centímetros y las dos eran exactamente iguales, parecían nuevas y lujosas.

- Una impresora 3D y herramientas para imprimir con ella - dijo

Lo miré confusa, ¿Por qué llevarse eso con sigo?, ¿No podía conseguir una en USA?, ¿Para qué usaría una impresora 3D?.

- En su momento sabrás que haremos con ella - dijo.

Escuche la voz de Paula gritar desde metros de distancia de donde estábamos, Santiago la tenía agarrada de la mano mientras ella lo jalaba para que caminara más rápido.

- ¡Mamá, mamá, ya casi nos vamos! - dijo ella acercándose.
- Si cariño - dije con una sonrisa.
- Santiago dijo que podía ir a Disney el sábado - dijo ella y me vio con una expresión suplicante.
- ¿Podemos ir? - preguntó viendonos a mí y a Sergio.
- Tenemos cosas que hacer Paula, no se si tengamos tiempo y ... - comencé a decir pero Sergio me detuvo.
- Claro que iremos - dijo Sergio con una sonrisa de par en par.

Me quedé mirándolo un segundo, la manera en como era Sergio, en como se comportaba con Paula, en todo este tiempo Sergio se había convertido en una figura paterna para Paula y se notaba que a él eso le gustaba, le gustaba pasar tiempo con mi hija, consentirla, prestarse para sus travesuras, ayudarla con las tareas... Sergio sin duda era todo lo que yo quería que fuera el padre de Paula, y que él pudiera ser para ella un apoyo este tiempo me ha tenido muy conmovida, vamos, que me gusta mucho esto de convivir con Sergio, Paula y bueno... también Santiago, para Paula era como un tío, o su niñera personal.

- ¿Entonces iremos a Disney los cuatro? - preguntó y miró a Santiago.
- Creo que sólo serán ustedes tres, porque yo tengo que ver a unas cuantas personitas apenas lleguemos a Estados Unidos - Dijo él.
- ¿Personitas? - preguntó Paula curiosa.

Santiago nos vio antes de decir esto y luego lo hablo mirándome:

- Personitas con nombres de ciudades de distintas partes del mundo.
- ¿Como cuáles ciudades? - ahora pregunté yo.
- Tokio, Río, Denver, Nairobi, Helsinki...

Nos tocó pasar a nosotros y no pude evitar sentir nervios, por todo, por lo que Paula acababa de escuchar, porque estaba con Sergio, por las maletas, por todo.

Pero al final todo salió bien, Paula no dijo nada sobre esas "personitas con nombres de ciudades", ni nos dijeron nada sobre la impresora 3D y bueno... llegamos a USA sin ningún tipo de complicación.

💖🌼 Muchas gracias por leer 🌼💖

La Casa de Papel: Raquel y el Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora