Capítulo 20

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Desde que había puesto mis pies dentro de la academia de ballet no dejaba de estar sorprendida por la hermosura de ésta. Estando de pie en una de las grandes puertas de entrada de su gran teatro me sorprendí aún más, amaba esta academia, sentía que éste era mi lugar. Cada día que pasaba entre las paredes de la academia me daba cuenta que había valido la pena dejar Madrid, a mis amigos y mi vida entera para ser parte de esto.

—Así que ensayo general... —Camila habló a mi derecha, sorprendiéndome. No me había dado cuenta que estaba a mi lado—. ¿Te has dado cuenta que en exactamente dos semanas estaremos arriba de ese gran escenario, donde estarán viéndonos más de mil personas? —vi como una sonrisa curvaba sus labios—. Esperé toda mi vida para que esto ocurriera, mis sueños se están cumpliendo entre estas paredes, Mai —giró hacia mí.

—Mis sueños también se están cumpliendo aquí — le sonreí.

—¡Necesito a Odette en este instante en el escenario! —La voz de la profesora Natalia hacía eco dentro del teatro. Camila y yo giramos en dirección al escenario, donde Natalia estaba de pie junto a los demás profesores. Sentí un pequeño empujón en mi espalda.

—Ve, no quiero ver como se vuelve loca —me dio otro empujón—. No olvides que luego del ensayo iremos al nuevo café de la otra calle.

—Por cierto, Emma no podrá llegar. Me llamó hace una hora pidiéndome disculpas, mi primo la invitó a salir —me encogí de hombros.

—Es una lástima, en realidad quería conocerla —hizo una mueca—. Supongo que podremos quedar otro día, ¿no?.

Asentí, luego troté hasta estar de pie a un lado de Natalia. Con la respiración acelerada me senté en el frío piso de madera. Correr o trotar no era lo mío.

—Parece que has corrido una maratón —Natalia tenía arqueada ambas cejas. Me encogí de hombros, mientras estiraba las piernas.

—Algo así.

—Espero que estés lista en cinco minutos. Calienta y luego comenzaremos el ensayo.

...

—Uno... Dos... Tres... Cuatro... Maiana, necesito que ese Demi Plié sea más delicado —asentí, mientras volvía a colocarme en primera posición—. Uno... Dos... —comenzó a contar mientras yo intentaba que saliera perfecto el Demi Plié.

Luego de estar practicando continuamente durante tres horas, mis pies no resisten ni un salto más, sentía ardor y dolor en los dedos de mis pies. Sin embargo seguía practicando. Haría todo lo necesario para que mi papel saliera lo más perfecto que pudiera, quería impresionar al público, y claro, a los profesores.

—Segundo acto terminado —anunció con prepotencia la profesora Bianca—. Estén listos para comenzar el tercer acto. Recuerden que es el último ensayo por hoy, por lo tanto intenten que sea lo más perfecto posible —recalcó sin cambiar su tono.

La ballerine (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora