07

3.3K 302 71
                                    

—Naruto, ve a tu casa y trae ropa de cambio—lo escucho decir por su teléfono,—Si, se encuentra bien, sólo haz lo que digo.

Cierro mis ojos por un momento, tratando de desengancharme de la realidad por sólo un instante.

¿Qué había pasado conmigo?¿Qué pasó?

—¿Sakura?—Sasuke dice mi nombre. Vuelvo a abrir los ojos.

—Estoy bien, sólo quería relajarme un minuto.

—Naruto ya viene con ropa de cambio y pastillas para tu resaca.

Suelto una risilla—Si, resaca.

Quedamos en completo silencio, ambos estamos sentados en la parte trasera del jardín de la casa de Nagato, donde felizmente, no hay nadie.

Esas náuseas, el mareo, las arcadas, el hinchazón estomacal, mis cambios de humor repentinos ¿Cómo ni lo sospeché? He confiado tanto en la medicina que creí que ese asunto se había resuelto.

Ahora, ¿Qué iba a hacer?

Ni siquiera sé con quién mierda pasé esa noche.

Sollozos comienzan a salir de mis labios, la idea de tan sólo pensar en lidiar esto sola me aterra.

No me contengo, a la mierda Sasuke, mañana puede contarle a todo el mundo el ridículo que me está viendo hacer y seguirá burlándose de mí o actuando como un imbécil.

No fue así.

Unos brazos me sostienen y me acercan a él. Puedo sentir su calor corporal y su aroma emanar de su alrededor.

—No te pido que me digas porqué estás así,—hace una breve pausa, como si estuviese midiendo sus palabras—no hace un par de semanas atrás me desquité contigo y fui un imbécil, pero si de algo te sirve, sé que todo saldrá bien.

¿No han escuchado que cuando te encuentras mal y alguien te dice "todo irá bien" te dan más ganas de llorar?

Bueno, lo estoy comprobando ahora mismo.

No sé porque, pero me siento segura y a gusto mientras el me sigue teniendo en sus brazos, tanto que no me doy cuenta y caigo en un profundo sueño.









Aprieto los ojos mientras giro en una cama. La luz me empaña la vista así que lentamente voy abriendo los ojos.

—¿Ya te encuentras mejor, cariño?—una mujer se encuentra sentada al lado de la cama observándome con detenimiento.

Paso mis ojos rápidamente por todo el área, no estoy en casa.

Instintivamente, me arrastro hasta el rincón de la cama cubriéndome con las sábanas. Miro de reojo mi ropa, tengo otro cambio limpio.

—¿D-dónde está mi ropa?—inquiero aterrada—¿Dónde estoy?

La mujer me dedica una sonrisa muy relajante—no pasa nada, yo te cambié la ropa, no él—señala a una esquina de la habitación. Sasuke está dormido en una silla, su cabeza inclinada a un lado.

—¿Ya despertó, mamá?—puedo reconocer la voz de Naruto aproximarse—Hey, Sakura, ¿Ya te sientes mejor?—cuestiona una vez se asoma por el umbral de la puerta mientras sostiene un pote de fideos instantáneos.

Asiento. Entonces me trajeron a la casa de Naruto, ¿O a la de Sasuke?

—Te presento a mi madre, Kushina
—el rubio alardea orgulloso—Nuestra casa es pequeña, pero como te habrás dado cuenta, mi mamá es la encargada de dar calidez aquí.

PEQUEÑO DILEMA /SASUSAKUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora