32

2.4K 245 8
                                    


Sasuke

Ha pasado mucho ya desde que Sakura se unió a nosotros. Mi instinto fue capaz de identificar muchos escenarios donde Sakura simulaba estar bien, tenía que trepar por su ventana, de otro modo, no me decía con franqueza lo que pasaba.

Mi hermano se hizo muy, pero muy cercano a ella, pero no me preocupa, el vive enamorado de Izumi, una chica que acaba de conocer en su último año de preparatoria.

Todo parecía estar yendo por buen camino.

—¿Estás listo?—Itachi toma mi hombro—esto va a ser duro.

Asiento, anudo mi corbata y salimos en dirección a casa de Sakura.

Al funeral de su madre.

—Búscala y no dejes que esté sola.

—No me lo tienes que decir—caminamos sólo unos segundos ya que nuestras casas están contiguas.

Una pequeña multitud se ubica dentro y en los alrededores de la casa de Sakura. Me apresuro en buscarla. Mi teléfono vibra en mi bolsillo.

—¿Sasuke?¿Cómo está?

—No la encuentro aún, ¿Vendrás, Naruto?—alzo la cabeza para hacer más fácil mi búsqueda.

—Sigo en mis clases extracurriculares, puede que llegue en un par de horas.

—Bien, no importa, sólo asegúrate de traer tu trasero aquí.

Me dedica unas palabras más y guardo mi teléfono.

Naruto conoció a Sakura una semana pasado nuestro encuentro. Ambos se llevaron de maravilla al instante, tal vez porque su edad mental concuerda más con la de ella.

En fin, ese asunto no tiene espacio ahora.

Mi pecho aprieta. La consigo ver arrodillada cerca al pequeño santuario con la imagen de su madre rodeado de flores.

Mi estabilidad se va al demonio. Me acerco, muy cuidadosamente, me arrodillo para estar a su altura y tomo sus hombros.

—Ven, levántate, tus piernas dolerán—tratando de ser delicado, la tomo y la pongo de pie. Sakura mantiene la cabeza inclinada abajo.

Puedo escuchar claramente murmullos de las personas no muy lejos.

Pobre niña, apenas cumplió once años hace dos días y se quedó sin mamá》

《Dicen que Kiashi está en bancarrota, ¿Cómo mantendrá a la pequeña Sakura?》

《Será difícil ahora, un padre no es igual que una madre

Aprieto los dientes, no sé si intentan ser discretos o no, pero es evidente que el silencio permite que hasta los susurros se escuchen.

—Aquí están,—Itachi da la espalda a las personas que hablan, realiza la reverencia y nos mira—ten, abrígate con esto—le coloca un abrigo de mamá, usar solo esas telas delgadas no es suficiente para este invierno crudo.

Doy una ojeada rápida al piso. Su padre no está en ningún lado.

Nos sentamos uno a cada lado y, manteniendo silencio, nos quedamos a su lado hasta el final.

Mañana será aún más difícil. El rito funerario y ceremonia de despedida será la última vez que su madre estará en su casa.

Me muevo un poco más a ella y aprieto su mano. No la suelto.

No pretendo soltarla.





—Lo lamento, cariño, hice todo lo posible pero tampoco llegué a la ceremonia de despedida—mamá, muy apenada, va a mi habitación y me abraza.

—No te preocupes, mamá,—le devuelvo el abrazo y beso su frente—ve a tu cuarto a tomar una siesta, luces muy cansada.

Ella asiente, se separa y la veo desaparecer por el pasillo frotando su espalda.

Regreso a mi habitación y me acuesto por un momento, casi ya como de costumbre, giro mi cabeza hasta mi ventana.

Hasta nuestro espacio, dónde hemos pasado tanto estos casi dos años.

Sakura pidió estar sola, mi hermano, Naruto yo insistimos siendo inútil cualquier intento.

¿Su padre? Ese bastardo se encargó de pagar todo el funeral y todo lo relacionado a la ceremonia, tan sólo apareció al final. Lucía muy mal, pero eso no era excusa, Sakura fue muy fuerte y lidió con todo esto siendo tan pequeña.

Me giro en mi cama repetidas veces, ya terminé todos mis deberes de la secundaria, miro de nuevo la ventana.

—¡Eh!—Itachi frena mi salida—Sakura dijo que quería estar sola.

—Si, lo sé—cruzo mi piernas en mi cama—es sólo que, estoy tan intranquilo—despeino mi cabello.

—¿Y sabes qué pasó con su padre?—se adentra a mi habitación—¿Se quedará a cargo de ella?

—Es el único familiar que tiene—digo de mala gana—Y no, no tengo idea de la situación de ese hombre.

—Pensé que se recuperaría—mi hermano patea mi cesto de ropa sucia.

—Igual yo—hundo los hombros.

—Me siento tan impotente, si tan sólo fuéramos más adultos, podríamos haber ayudado a trasladar a su madre a un hospital más especializado.

—Itachi,—lo interrumpo—de nada sirve lamentarse, además, no teníamos esa opción aún si lo deseábamos con todas nuestras fuerzas.

Se lanza a mi cama.

—Si, tienes razón—nos quedamos en silencio—¿Sabes que estoy muy contento que seas mi hermano?

—¿Pero qué dices?—lo miro con falso asco.

—¡JAJAJA!—rodea su brazo sobre mi hombro y frota su puño en mi cabeza, haciendo que mi cabello se revuelva—Que reacio eres—de un brinco desaparece de mi cama—Iré a la tienda de conveniencia de la esquina, ¿Deseas algo?

Una caminata fraternal entre hermanos no vendría nada mal.

—¡Voy contigo!—tiro mis pantuflas por cualquier lado, coloco mi tenis y voy detrás de él.

También estoy muy feliz de tener un gran hermano como tú, Itachi.

PEQUEÑO DILEMA /SASUSAKUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora