PEQUEÑO DILEMA /SASUSAKU

capítulo extra

—No, ni te atrevas Sasuke Uchiha—le apunto con mi índice para lucir más amenazadora.

—Oh, vamos, ¿Qué no quieres verlo también?—menea el usb con sus manos divertido.

—Ni de chiste, sólo tíralo.

—¡Pero que aguafiestas!—Ino grita mientras enciende la TV de su sala de estar.

—Entonces, dejé a mi cita por nada, ¡bah! Que grandes amigos tengo—Naruto se queja burlón fingiendo decepción.

Y todo esto me pasa por culpa del bichito de la curiosidad.

Dos semanas después de la operación

Sasuke y yo recorríamos los pisos mientras jugueteábamos en cada recámara de su antigua casa.

—No puedo creer que finalmente seas mía—Sasuke tan tentador como siempre planta besitos por todo mi cuello mientras entramos a lo que era habitación de Itachi.

—Y yo no puedo creer que esta haya sido tu casa. Me emborraché y tuvimos sexo aquí, ¡Ay, por los cielos!—digo dramática y siendo consciente de que aquel día me dejé llevar por la emoción del momento. ¿Tanto me afectó ese vaso? Nota mental: jamás estés cerca del alcohol.

—No protestaría si quieres repetirlo—siento sus manos subir por mi espalda. Vaya tentación.

—¿Por qué?¿Quieres recordar como caíste a mis pies y me dejaste hacer contigo lo que quise?—canturreo pegándome a él por afición. Por inercia, siento cómo algo abajo calienta y no es sólo ahí. Todo yo está ardiendo sólo con decir esa frase.

—Es una propuesta muy tentadora. No sabes cómo me gustaría verte dispuesta a mí—siguiendo nuestros juegos, Sasuke baja las manos y presiona mi trasero atrayéndome a él. —Tenerte gritando mi nombre mientras te tomo, ¡Maldito castigo recibí al no recordarlo!

Inclino la cabeza hacia atrás y me río al ver su frustración mezclada con el deseo.

Ya sé que dicen que las mujeres embarazadas pueden continuar con la vida sexual durante la gestación, pero ambos quedamos en mutuo acuerdo sobre ello. Abstinencia hasta al menos recuperarme de la operación que no ha sido sino hace dos semanas.

—No te preocupes que las siguientes veces podemos grabarlo y verlo cuando te plazca— bromeo y ronroneo cerca de su oído. Sasuke se sorprende al oír mi preposición.

—Jovencita erótica, prefiero contenerme y evitar las videograbadoras, no...—se detiene por un momento. Sasuke se queda mirando al vacío y de repente sale con algo que jamás esperé.

Maldita sea yo.

—Espera, esta casa tiene cámaras automáticas 24/7—me mira. No. Conozco esa mirada. —Vamos a mi habitación y podemos saciar la curiosidad, ¿no, pequeña curiosa?

—No lo decía en serio—me separo esbozando una risa nerviosa y cruzo los brazos mirando hacia otro lado.

—¿No quieres saber que fue lo que hicimos aquella noche?

Vaya oferta.

La curiosidad parece revolotearse dentro de mí. Es un hecho que me gustaría verlo, pero, ¿Verlo junto a él?¿No?¿Si?

—Bueno,—digo vencida luego de mi batalla mental— promete que lo mantendrás a discreción y lo tendrás bien oculto. Sólo lo veremos los dos—digo tajante.

—Prometido.

Eso fue lo que dijo. O al menos lo intentó.

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