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—Santa madre, te juro que de esta no se salva. Maldita Karin

—No te enojes por algo estúpido, Ino, esa chica no lo vale.

—Cierto

—Pero no me lo creo ¿Sasuke Uchiha ayudándote? Dime que día es el fin del mundo

—No es cosa de otro mundo, sólo estuvo en ese momento y ya. Naruto también fue amable.

—¿Ves? ¡TE LO DIJE! Son buenos tipos. Sai me comentó que mañana tendrán una salida, pero sólo de chicos

—Ya veo, salidas de "chicos" ¿No estás preocupada por que una puta se vaya encima del señor trasero grande?

—Quiero confiar en él

—¡Awwwww!

—Saku, te tengo que dejar. Mi madre ya volvió de compras ¡LA VEO SÚPER MEJORADA!

—Me alegro, ¡Mándale mis saludos!

—Claro que si

—Nos vemos en una semana ¡CUIDA EL APARTAMENTO!

Dejo caer mi teléfono al suelo, junto a la alfombra y me quedo tirada en el sofá, hoy tengo día libre y puedo darme el tiempo de tomar una siesta en la tarde.

Me inclino un poco apoyando mi mejilla en mi brazo. El test de embarazo se halla en la mesita del centro de la pequeña sala de estar.

Dos líneas rojas marcan que mis sospechas estaban totalmente confirmadas.

Algo dentro de mí se estruja, un sentimiento indescriptible comienza a rodear mi mente.

¿Qué posibilidades tengo de salir victoriosa en todo este proceso? Ya ngo revisado mi cuenta bancaria y te una buena cantidad de dinero ahorrado, como para no darle una vida miserable a mi bebé, pero no puedo quedarme aquí, no voy a cargar a Ino con más de mis problemas, ya me ha apoyado lo suficiente y le estaba muy agradecida.

En ninguna de mis opciones está consultarlo con mi padre, tengo la certeza que si se lo digo, el puede ser capaz de hacer algo contra mí. Está descartado de mi lista de posibles personas que pueden darme una mano.

El timbre de mi apartamento comienza a sonar. Hago una mueca, nadie, a excepción de la familia de Ino, viene a visitarnos por aquí. Me coloco las pantuflas y camino muy despacio hasta el orificio de la puerta.

—¿Naruto?—murmuro al verlo del otro lado.

¡Diablos!

Corro, corro hasta llegar a la mesita donde he dejado el test, lo tiro a la basura y me regreso a abrirle la puerta.

—Hey, ¿Qué pasa?—abro a medias la puerta, no es el único en la entrada.

Sasuke también está aquí, no lo pude ver por el ojo de la puerta debido a que estaba en una esquina.

—¿Cómo estás?—inquiere el rubio con alegría desbordando de sus poros —te fuiste muy temprano, por eso queríamos saber si habías llegado bien.

Pongo la mejor de mis sonrisas falsas—Estoy bien y no tenían porque venir hasta aquí, bastaba con llamarme.

Veo de reojo a Sasuke, tiene los ojos achinados hacia mí, no se cree mi sonrisa fingida.

Al parecer es más astuto de lo que creí.

—Mi mamá te preparó esta sopa—levanta una bolsa gris con su mano—dice que ayuda mucho luego del bajón que tuviste ayer.

La bolsa está envuelta con pequeñas mantitas de colores con diseños de cerditos, me causa tanta ternura que no puedo evitar emocionarme.

—¿Sakura?

—Gracias,—solo me limito a decir. Una ventisca recorre el pasillo—pasen, déjenme invitarles una taza de café caliente.

Ambos se miran, luego de unos segundos asienten e ingresan al apartamento.

Naruto sólo caminó y se fue directo a la sala de estar a sentarse. Sasuke escanea cada centímetro de la habitación, parece un sabueso en plena misión de reconocimiento.

—¿Pasa algo?—me pongo detrás de él.

—Nada—replica dejando de revisar todo y va con Naruto.

No me toma más de cinco minutos preparar el café, coloco las tazas en una fuente para llevarlo a la sala. El aroma del humo del café entrando en mis fosas nasales me causa un cosquilleo en el estómago. Las arcadas se hacen presentes de nuevo. Suelto la fuente en la cocina y corro al baño.

Y de nuevo lo mismo que hace un día, ¿Porqué ahora?¿Porqué cuando ellos están aquí?

Trato de hacer nada de ruido, pero el apartamento es tan pequeño que estoy segura que el ruido se escucha hasta donde estan.

Siempre me pasa con Ino, cree que no la escucho cuando habla con Sai en el baño a "escondidas", sin embargo, yo puedo oír cada palabra que dice. Jamás se lo dije, claro.

—Sakura, ¿De verdad estás bien?—Naruto toca la puerta.

Mi pecho comienza a agitarse. Jalo la palanca, rocio aromatizante para desprender el olor desagradable y me lavo la cara.

—Todo bien—finalmente abro la puerta de golpe. Los dos están parados frente a mí.

Estoy segura que mi cara está pálida y llorosa, sólo finjo estar bien y paso por delante de ellos a la cocina, tomo la fuente y la llevo a la sala de estar

—Vengan—los llamo. Naruto y Sasuke no se han movido de allí, sé que comienzan a sospechar que algo me pasa, pero ¡Vamos! no creo que sean tan agudos para saber con exactitud que me pasa.

—Calentaré la sopa para comerlo como cena, de verdad dile a tu mamá que le agradezco mucho—comento mientras lavo los trastes en la cocina.

—No hay de qué—Naruto parece haber olvidado el asunto, vuelve a actuar como siempre lo hace. Puedo escuchar una melodía, al parecer es el timbre de su teléfono—Cierto, casi lo olvido, debo ir a casa a recoger algo. Te veo en la casa de Sai, Sasuke.

Tan rápido como revisa su teléfono y se despide de Sasuke, desaparece por la puerta.

Quedamos Sasuke y yo mirando desde la cocina como se va.

—Déjame ayudarte—se acerca hasta estar a mi lado.

—No, déjalo así, ya termino con esto —señalo la última taza que queda por lavar.

Su aroma llega hasta mí y, a diferencia del café que me causó altas náuseas, este me produce un aroma muy agradable. No evito que se acerque a mí, aunque ya está muy cerca, sólo nos separa un pequeño espacio.

—Naruto se fue sin poder decírselo,—lo encaro, Sasuke se gira hasta estar ambos frente a frente—les agradezco que hayan venido a verme, estar sola no es algo que se me pega muy bien, peor aún que Ino no está—encojo los hombros. Sasuke se mantiene en silencio.

—Hoy hay una fiesta—comenta. Arrugo las cejas, creo que es la primera vez que se atreve a tratar de tener una conversación.

—Si, Ino me comentó acerca de ello, me dijo que Sai iba y es una fiesta exclusivamente para chicos—pongo énfasis en la palabra "chicos" en un tono burlón—Aunque ya se está haciendo tarde, deberías ir yendo—comento mientras me alejo para ir al living.

—¿Me acompañarías?

Mi vuelta es demasiado exagerada, me giro sobre mis talones, Sasuke parece bastante convencido con su pregunta.

—Eh... ¿Yo?—hago una mueca graciosa.

—Si, tú—una media sonrisa se forma en su rostro.

Me hago la interesante y lo pienso por unos minutos, noto como se desespera por saber mi respuesta.

—Claro, me encantaría—le devuelvo la sonrisa—sólo deja que me arregle un poco.

—No lo necesitas—escucho un murmuro, se sienta y voy hasta mi habitación para darme unos retoques.

PEQUEÑO DILEMA /SASUSAKUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora