Massive ĒRř0r ─ Detroit: Become Human

De acuerdo

─ ¿Qué? Es una gilipollez! ─Grité sin haberlo pensado dos veces, como todas las cosas que hacia en mi vida.

─ ¿Quieres quedarte en medio de una revolución? Aun no sabemos las intenciones de los superiores del gobierno ─De forma totalmente calmada, comentó el teniente mientras se apoyaba en la encimera de la cocina.

─ No pero no puedo dejar a Jessey solo! Hank... Tu sabes que él es muy importante para mi ─Intentaba buscar cualquier escusa barata para evitar que se llevase a cabo aquello.

─ Él joven Jessey de seguro ya se habrá ido de Detroit, con su pareja ─Nuevamente la voz de Connor se hizo presente en mitad de nuestra conversación, algo que pude recalcar de esto fue el repentino cambio de color de su LED el cual ahora se encontraba parpadeando en un tono amarillo.

─ Connor tiene razón, él ya habrá tomado una decisión y ahora tu debes tomar otra.

A pesar de que esta situación se viese tan fácil para otros, a mi me estaba consternando bastante pues era irse a la deriva sin planear nada a la ligera. Odiaba realizar acciones u actos sin haberlo planeado antes ya que dejaba demostrar la poca organización que tengo conmigo mismas, siempre creía que todo debía ser planeado de antes y esta no era la excepción. Al parecer ambos estaban de acuerdo en dejar que la vida les llevase como el viento, llegué a considerar que lo habían hasta hablado antes algo que era sumamente imposible. 

─ Intentemos a ver... No tengo de otra ─Con cierto rechazo crucé is brazos por encima de mi pecho mientras le dirigía la mirada a ambos un tanto preocupada, era obvio.

─ Es bueno oír eso.

Cuando Hank soltó aquellas palabras no pude evitar fijarme en él un poco más, por el sueño que me estaba venciendo está mañana no me percaté de que el de mayor edad estaba en un estado deplorable, sus ojos por alguna extraña razón se encontraban en un ligero tono rojo y un poco hinchados, además él olía a puro whisky barato aquel que compraba a veces en el local más malo de todo el vecindario. Con cierta curiosidad y un mal presentimiento relajé mis brazos y los solté.

─ Connor ¿Podrías dejarnos solos a Hank y a mi? ─Le pregunté con amabilidad al autómata que se encontraba a mi lado.

─ Por supuesto, aprovecharé para poner a lavar mis vestimentas ─Y como siempre él no se negó en ningún instante, obediente salió dela cocina dejándonos solos al Teniente y a mi.

Vi como él ojiazul se comenzaba a colocar un poco ansioso ante mi extraña petición, me acerque unos cuantos pasos hacía el antes de comenzar a hablar.

─ Hank... ¿Estuviste llorando? ─Solté directamente, como se diría en un dicho muy común; fue sin vaselina.

─ ¿Qué? Mierda! Me lave la cara más de tres veces ─Al principio se mantuvo bastante confundido pero luego comenzó a regañarse a sí mismo.

─ Acaso es por lo de... Cole? ─Intentaba con todo mi ser que aquellas palabras saliesen en un tono suave y comprensivo para no alterar aun más al hombre.

─ Veo que recuerdas la fecha, pero aun así olvidas tu propio cumpleaños... ─Refunfuñó Hank un poco más agresivo que antes.

─ Hank... Ya ha pasado mucho tiempo, no puedes seguir lanzándote a aquel abismo sin fondo...

─ Ojalá fuera tan sencillo como tus palabras.

─ Aferrarte al pasado no resolverá nada... Piensa en el futuro, no estas solo sabes? 

─ ¿A que te refieres?...

─ Nos tienes a nosotros, dos pringados que apenan saben que es vivir. Sabes que odio ser tan cursi y decir tantas mierdas que quedan como una historieta de niñas de doce años pero aun así no puedo evitar decirlo, ahora somos tu familia...

La expresión de Hank era imposible de describir con mi primitivo conocimiento de palabras, algo que a simple vista transmitía tantas emociones llegando a ser un lenguaje no verbal, aun así no dudó en transformar aquella expresión tan confusa en una de melancolía aquella que siempre tenía en su rostro los fines de semana, y así mismo sin previo aviso sentí como me rodeaba con sus brazos manteniendo un abrazo muy fuerte para con los dos, correspondí con una ligera sonrisa en mis labios mientras intentaba abrazarle algo que apenas pude pues era muy grande como para que mis pequeños brazos le rodeasen por completo.

─ ¿Te parece si nos vamos hoy mismo en la noche? ─Comenté en el momento en que creía que era oportuno aun abrazándolo con todo el placer del mundo.

─ Como ustedes quieran...