La llegada de Akure a la Aldea no fue nada distinta o sobresaliente. Simplemente llegó, bajó de la motocicleta en la entrada de la Aldea y caminó hasta su casa lentamente. Kaoru se puso en su camino y le detuvo abrazándole y besando repetidas veces sus mejillas mientras revisaba que él no tuviese herida alguna.
-Estoy bien, linda. Tranquila.
-Estaba muy preocupada, ¿A dónde fuiste?
-Ningún lugar en especial. Un entrenamiento en el bosque.
-A la otra me avisas antes de siquiera pensar en irte. ¡No sabes todo lo que me preocupé al ver que no estabas ni en casa ni en la academia! ¡Desconsiderado! –decía Kaoru enojada y con su cabeza recostada del pecho de Akure, empapando de lágrimas su túnica.
-Linda, sé que tienes miedo a que me vaya. Pero, te prometo que no me iré. No estarás sola, nunca.
Las lágrimas de Kaoru se detuvieron y Akure la abrazó acercándola a su cuerpo y haciéndola sentir segura. La aparición de Neko hizo que se separaran y ella se fue con él, mientras Akure se dirigió a su casa. Entró a su habitación y se desvistió, quedando en mono y sin camisa. Luego, peinó su cabello parcialmente largo hacia atrás acabando en una coleta. Caminó hasta la antigua habitación de Notaru y se sentó en la cama en la que solía dormir su hermana. Sus manos recorrieron aquella almohada donde Notaru solía desembocar sus lágrimas cual rio cuyo cause había sido desbordado por la intensa furia de las aguas que lo conformaban y sus lágrimas propias empezaron a correr.
Lloraba en silencio mientras sus lágrimas caían en el suave cobertor de lino que a Notaru hechizaba con su tacto y que le hacía dormir muy profundamente.
En casa de Neko, se hallaba éste junto con Kaoru en la sala, almorzando, cuando llegó Kotetzu para hablar con ellos.
-Srta. Kotetzu, ¿Qué se le ofrece?
-Quisiera hablar con ustedes. ¿Podría?
-Por mí está bien. Pase, por favor.
-Muchas gracias, Neko-kun –entra a la casa y se sienta a la mesa con Kaoru.
-Kotetzu-sensei, ¿cómo está?
-Preocupada por todos ustedes.
-¿A qué se refiere, sensei?
-Necesito que hablemos... sobre Akure.
-No entiendo, ¿de qué habla? ¿Qué le pasa al tonto de Akure? ¿Se metió en problemas con alguien? –interroga Neko confundido.
-¡Lo sabía! ¡Sabía que en algún problema se había metido! ¡Nunca puede estar sin hacer nada que sea estúpido o irresponsable! ¡Es un...!
-Kaoru, no se trata de eso. No está en ningún problema de ese tipo.
-¿Entonces, qué ocurre?
-Akure se siente culpable y desea morir.
-¡¿Qué?! –gritan Neko y Kaoru al unísono.
-Como lo oyen. Desde la muerte de Notaru él cambió, no es el mismo hombre de antes. Me quedé con él hace un par de días. No me permitió dormir en la habitación de Notaru que era la habitación disponible o en el sofá. Me hizo dormir en un cuarto que parecía ser el cuarto de un niño. Ignoro el porqué de que él tenga ese cuarto.
-Él cambió de actitud... pero no de esencia... -se liberan sus lágrimas- hace un rato, cuando llegó de ese entrenamiento en el bosque, yo lo abracé y lloré en su pecho... y él... me dijo: "linda, sé que tienes miedo a que me vaya. Pero, te prometo que no me iré, no estarás sola. Nunca."
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Por Amor al Odio
RandomLa historia de un joven muchacho que desde su nacimiento fue bendecido por algo que él, al crecer odiaría mas que nada. Odiando lo que era él se aventuró en el camino al poder,perdiendo todo, encontrando algo que nunca pensó que existiría...