Epílogo

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Una semana después...

Me encontraba preparando mis maletas para irme de viaje a Canadá. Estaba muy emocionada de ver a Ross.
Había platicado con él la noche anterior y me había dicho que quería que fuera a Canadá para estar con él ahora que estaba de vacaciones, obviamente le tuve que mentir que no podía, pero que estaría hablando con él. De verdad quería que fuera una sorpresa.
Rocky se encontraba aquí en Los Ángeles, así que juntos nos iríamos a Canadá, ya que él conoce más que yo.

Estoy afuera- Rocky.

Leí el mensaje y por última vez revisé que todo estuviera en orden y que tuviera todo lo necesario, además llevaba una mochila aparte para unas pequeñas cosas.
Mis padres se habían ido hace dos días junto con Nathan hacia Londres, los tres están bien y por lo que veo, Nat se está divirtiendo.

Bajé las escaleras no sin antes cerrar todos lo cuartos. Caminé hacia la salida, abrí la puerta encontrándome con un Rocky sonriente.
Cerré la puerta y ambos comenzamos a caminar hacia el taxi en donde él había llegado.

-¿Estás emocionada?- preguntó una vez estando dentro del taxi.

-Emocionada y nerviosa- reí- supongo que tú no-

-Solo estoy ansioso por ver la reacción en su cara- se encogió de hombros.

-¿Tampoco sabe que tú irás?- negó con la cabeza- Entonces estará el doble de sorprendido- ambos reímos.

[...]

Habíamos llegado al aeropuerto, justo ahora nos estaban revisando los trámites necesarios para viajar.
Después de todo ese chequeo por fin nos encontrábamos dentro del avión. Podía sentir como los nervios estaban jugando muy mal conmigo.

Solo espero que no me de un ataque de ansiedad por eso.

-¿Todo bien?- preguntó Rocky al ver mi cara de pánico.

-Sí... solo que... nunca he viajado en avión y estoy un poco... nerviosa- sonreí.

-Tranquila Lei, no es tan malo como lo piensas- volví a sonreír.

-Eso espero, Mark- rió.

-Confía en mi-

[...]

Rocky tenía razón, no fue tan malo después de todo, lo único malo fue que hubo unas pequeñas turbulencias. Nada grave, solo que yo sentía que me moría y eso causaba la risa de Rocky. Le gustaba burlarse de mis desgracias.

Ya habíamos llegado a Canadá, ahora íbamos en un taxi en camino al departamento de Ross.

Creo que los nervios que sentía en el avión no son nada comparados con los que estoy sintiendo ahora.

-Se puede escuchar como late tu corazón desde aquí- dijo Rocky después de estar en un cómodo silencio.

-Siento que se me va a salir del pecho- reí- pero es normal, estoy nerviosa por lo que va a pasar-

-Tienes que estar tranquila, Lei...- justo en ese momento su celular comenzó a sonar- es Ross.- diciéndome esto contestó- ¡Hey bro! ¿Cómo estás?- puso su celular en altavoz.

-¡Hey! Estoy bien... ¿y tú, hermano?- sonreí al escuchar su voz.

-Estoy bien, solo que un poco ocupado- me guiñó el ojo. Reí.

-¿Ocupado en qué? Oye...- se escuchó como suspiró- ¿Sabes algo de Leila?-

Rocky me volteó a ver- No sé nada de ella Ross, ¿por qué?-

-Le he estado llamando y no entran las llamadas a su celular y como sé que está sola en su casa, me preocupa- me sonrojé, es demasiado tierno.

-A lo mejor su celular se quedó sin batería- y era cierto, cuando llegamos a Canadá mi celular murió- ella debe de estar bien-

Do You Love Me?- Ross Lynch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora