Su cuerpo cayó al suelo de forma brusca, sus ojos se llenaron de lágrimas por el dolor que sentía cuando sus huesos se quebraban y movían de lugar.
La cachorra lo observaba queriendo acercarse a ayudar a su hermano mayor, pero esa mujer lobo Alfa, madre de esa cachorra y del futuro Alfa al mando de su manada que estaba pasando por su primera transformación de cambiaformas, no la dejó acercarse, sólo observando con indiferencia como su hijo se retorcía de dolor en el suelo y soltaba aullidos desgarradores.
La piel del chico estaba sudada y empezaba a arder, mientras, su cuerpo aumentaba de tamaño y un pelaje negro lo cubría en aquella noche fría de noviembre.
El dolor fue disminuyendo, sus sentidos se pusieron alertas y se agudizaron a más no poder.
Soltó un gimoteo de cachorro e intentó levantarse sobre sus nuevas patas, fallando en el primer intento, aunque lográndolo en el cuarto.
—Bien, eres un licántropo. Después de todo no eres tan inútil como ese patético intento de Alfa que es tu padre —Asintió la mujer conforme—. Ve a tratar de saber cómo manejar tu nuevo cuerpo, no quiero tener que cargar con tu lobo. —Soltó a su cachorra y se dirigió a la gran casa principal de la manada, escuchando como su cachorro lloriqueaba al sentirse rechazado por su Alfa y, a su misma vez, su madre, sin sentir la menor pizca de tristeza. Ella ya no sentía nada.
La chica dirigió una mirada de desprecio hacia su madre y se acercó a su hermano.
—Ignórala, Jordan. No fue tu culpa, ¿Sí? —Acarició el hocico del majestuoso y precioso lobo—. Ahora ve y trata de conectar con tu lobo. Lo necesitas... lo necesitan. —Dejó un beso en su hocico y dio media vuelta, yendo a la gran casa por el mismo camino que su madre.
Jordan sólo la vio perderse por las casas de la manada y se dio la vuelta, caminando lentamente y con torpeza en sus patas, internándose en el bosque.
Aprender a utilizar sus patas le costó muchísimas horas de la noche, pero eso valió la pena cuando sus ojos se iluminaron con felicidad al comenzar a correr por el bosque y aullando fuerte hacia la nada misma, transmitiendo a su manada la emoción que emergió en su pecho.
(...)
En un pueblo pequeño, algo lejos de esa manada, se encontraba una casa sumida en la oscuridad absoluta al igual que las otras por las altas horas de la noche.
Todos dormían plácidamente en sus camas, mientras que una chica de catorce años estaba con su móvil en mano, buscando qué hacer a esa hora y con el insomnio en su cerebro.
Suspiró y apagó la pantalla del móvil que ya empezaba a cegarla, dejándolo sobre la mesita de noche al lado de su cama. Acostándose de lado, se hizo una bola sobre el colchón y con su cuerpo tiritando levemente por el frío que sintió.
Un aullido rompió el silencio en el que se sumía ese pueblo tranquilo, logrando acelerar el corazón de la chica y que abriera los ojos como platos.
El revuelo que hubo en el bosque logró que ella se acercara a la ventana de su habitación, que daba al bosque que rodeaba a su pueblo.
Escuchó hojas y ramas quebrarse junto con pasos, jadeó y se agachó, tratando de no ser vista por quién sea que estuviera a esas horas en el tenebroso follaje.
Sus ojos se asomaron por el marco de la ventana y una sombra corrió por la hilera del bosque, logró ver unos ojos verdes centellar pertenecientes a la sombra y nuevamente se escuchó el aullido mucho más cerca, logrando que soltara un gritito, cerrara las cortinas y corriera directo sobre su cama, tapándose hasta la cabeza y cerrando fuertemente los ojos, tratando de dormirse.
A la mañana siguiente definitivamente le pediría a su madre que cambiaran de habitaciones.
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Conociendo al Lobo [TD #1] |Terminada|
WerewolfEra irónica la manera que la vida te hacía ver todo, cambiando tus ideas, pensamientos y perspectivas. Algunas veces destruyendo tus ilusiones y otras veces volviendolos realidad. Digamos que la vida me demostró que aún se podían conservar los sueñ...