Capítulo 21 |Editado|

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Laurel salió entre todos los cambiaformas que había, caminando a paso firme y sin flaquear ante los gruñidos que soltaba Dan.

—Cachorro, esto no tiene que pasar, lo sabes bien. Sólo debes hacer una cosa y ya. —Habló con desinterés.

—No lo haré. No dejaré a mi manada. —Volvió a gruñir, con sus iris parpadeando en rojo.

—Tú lo buscaste, lo siento por tu pequeña manada de lazo. —Sonrió con falso arrepentimiento y rugió lanzándose contra mí, aunque Jordan no lo permitió y se abalanzó sobre ella.

Ahí fue cuando todo se desató.

Mi corazón latió erráticamente al ver que estábamos en clara desventaja.

Un cambiaformas en forma beta se acercó a mí, sacando las garras y mostrando sus caninos realmente largos y afilados. Mis manos instintivamente se fueran directo al cuchillo que tenía en la cintura.

Esto es tan de película, hermano.

Empuñé el cuchillo de la forma correcta, creo. Dios, definitivamente aquí me muero.

El lobo levantó la mano con las garras largas y atinó a dar un zarpazo inconsciente, con el cual pude hacerme para atrás y rápidamente hacer un leve tajo en su cintura.

Chilló de dolor y volvió a mirarme volviendo sus ojos amarillos. Era un Omega.

Con mayor enojo volvió a dar un zarpazo, rastrillando sobre mi ropa y rasgándola, logrando que un par de hilitos de sangre se mostrarán caer. Al menos fue algo muy leve, aunque realmente duele.

Una mueca se instaló en mis labios y seguido clavé el puñal, superficialmente, sobre su pierna derecha.

El rugido que escapó de sus labios se entremezcló con los otros sonidos y pronto tuve a otros tres lobos rodeándome, mientras el Omega era auxiliado por otro lobo.

¿¡Qué mierda me preocupo por eso ahora!?.

—Así que tú eres la Luna —Me observó un lobo y gruñó—. Esto será divertido. —Sonrió mostrando los colmillos y se acercaron con rapidez a mí.

Necesito apoyo.

Tomé la decisión más estúpida que pude haber tomado y simplemente corrí en busca de alguien de mi manada.

El pinchazo que sentí en mi pierna izquierda a los segundos me hizo caer al suelo y gritar de dolor, un peso se instaló sobre mí y mis ojos chocaron con unos azules brillantes.

Al menos tengo autoreflejos y tomé su cuello evitando que mordiera, rozando el cuchillo que estaba cerca de nosotros y apenas lo tomé, lo clave sin dudar en su costado izquierdo.

—Perdón. —Murmuré con la tristeza, desesperación e ira creciendo dentro de mi pecho.

Con algo de brusquedad lo saqué de encima mío, dejándolo a mi costado y viendo como la herida alrededor se volvió de un color casi negro. La adelfa se va a esparcir por su cuerpo. Esto no me gusta.

Los otros dos se quedaron shockeados mirando el cuerpo del otro en el suelo y retorciéndose de dolor.

Siempre hay que aprovechar el momento de debilidad de un enemigo.

Conociendo al Lobo [TD #1] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora