Capítulo 18 |Editado|

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Un gruñido gutural salió de mi garganta, sintiendo como mis ojos ardían y todo se detallaba a su punto máximo, empecé a dar vueltas en círculos.

—¿Cuántas veces te tengo que decir que contengas tu puto olor asqueroso?. —Refunfuñó Brooke, de brazos cruzados y con el rostro más aburrido del mundo.

—Primero, tú no me dices qué hacer. Segundo, no tendría que estar así si hubieras conseguido que ya la jodida humana se apartara de Jordan, pero… ¡Oh!, ¡Míranos aquí! Tú sin tu presa nueva y yo sin mi lobo. Espectacular trabajo, vampira. —Reproché, parándome de forma amenazante frente a ella.

—Tranquiliza tus pulgas, Omega. Estoy haciendo lo que puede, y te recuerdo, que si no hubieras atacado a la humana de esa forma, podría acercarme y terminar el trabajo, ¡Pero no lo puedo hacer por tu puta culpa! Así que cállate y sigamos con los planes. —Bufó y trepó un árbol, balaceando sus piernas.

—Está bien, necesitaré que consigas eso y además que alguien me haga daño, pero consigue y llega rápido con la solución, si no sabes que irán por ti, ¿No?. —Sonreí cínicamente.

—Esta actitud me gusta muchísimo más que la otra. Me encantarías si no tuvieras sangre contaminada. Una pena total —Suspiró con decepción—. Okay, lobita. Iré a por eso, tú sólo avísame cuando lo quieres y con gusto lo traigo. Nos vemos pronto. —Guiñó un ojo en mi dirección y bajó del árbol, desapareciendo de mi vista.

Una sonrisa nació en mis labios y arrugué la nariz, el olor de esa cosa se pegó en ella, pero eso no me quitaría la felicidad.

Definitivamente con mi siguiente paso debería de conmover a alguien, mejor si era a la Alfa.

(…)

Ya pasó un mes desde que llegó la manada nueva y faltaba poco para las vacaciones de primavera. Realmente que el tiempo se pasa volando cuando no te das cuenta.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS!. —Abrieron la puerta y gritaron

Me caí de la cama cuando salté y escuché las risas de los demás.

—Vamos, levántate, amor. —Jordan apareció frente a mí con una gran sonrisa y estiró sus manos en mi dirección.

—Qué flojera. No quiero. —Me quejé y arrastré mi cuerpo abajo de mi cama, llevándome las frazadas conmigo.

—¡Nos levantamos temprano por ti, así que ahora sales de ahí abajo!. —Ordenó Jane.

Asomé mi mano izquierda y le saqué el dedo medio, para volver a acurrucarme.

—Hija, si no sales de ahí ahora te juro que por más mayor de edad que seas, no te dejaré salir en las vacaciones de primavera o mudarte o algo así. —Habló mi madre por primera vez, con un tono calmado.

Con rapidez me arrastré para salir de bajo de la cama, y en el proceso  logré golpearme la cabeza con mi cama.

Terminé en el suelo quejándome del dolor que sentía en la cabeza, pero ya había salido de abajo de la cama, así que ya no me podía decir nada.

—¿Estás bien?. —Preguntó Dan y me ayudó a levantarme del suelo.

—Ah..., sí. —Hice un puchero y me senté en la cama.

Conociendo al Lobo [TD #1] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora