Capítulo 1 |Editado|

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El sonido de la puerta de mi habitación al ser tocada llegó algo lejana a mis oídos, aunque provocó que le prestara algo de atención entre la neblina que surcaba mi cerebro adormilado.

—Alex, hija, levántate. Se te hará tarde. —Se escuchó la voz de mi madre al otro lado de la puerta y gruñí, abriendo de a poco los ojos.

—Ya me levanto. —Elevé la voz para que me escuchase.

—No tardes tanto. —Es lo último que dijo y escuché sus pasos alejándose por el pasillo.

Me quedé viendo el techo de mi habitación por unos minutos, tratando de terminar de despertar. Reaccioné y me levanté con algo de pereza, dirigiéndome a mi armario en busca del uniforme de la escuela, luego salí de mi habitación con el uniforme en mano y fui corriendo al baño.

Al entrar me vi en el espejo y este me dejó ver a una chica con ojeras y todo el cabello revuelto. Saliendo de mi ensoñación, despejé mi cuerpo del pijama, abrí la llave de la ducha y me puse debajo de la lluvia artificial.

(…)

Estaba ya en mi habitación, dejé que mi cabello se secara naturalmente así se me armaban mis ondas o mi melena de león.

Salí de mi habitación, bajé las escaleras y me dirigí hacia la cocina, encontré a mi mamá desayunando, me acerqué a ella, le di un beso en la mejilla y me senté en frente de ella a desayunar.

Mi vida era aburrida y monótona, aunque tenía dos mejores amigos para cambiar un poco eso.

—¿Y cómo durmió la señora más bella de la casa?. —Pregunté con una sonrisa.

—Dame unas horas y te contesto. Primero desayuno y después soy persona. —Respondió, llevando su taza aparentemente llena de café (el olor ayudaba en la conclusión) a sus labios para tomar un trago, entonces decidí no presionarla.

Terminé de desayunar sin haber cruzado palabras con mi madre luego de eso, subí las escaleras y entré al baño a lavarme los dientes. Al terminar, fui hacia mi habitación, entré en ella, tomé mi mochila, salí de mi habitación y bajé las escaleras para ir a despedirme de mi mamá.

Entré en la cocina y la vi que seguía sentada.

—Adiós, má. —Le di un beso en la mejilla.

—Adiós, hija. Cuídate, por favor. —Me dio un beso en la frente y me vio con cariño. Rodé los ojos.

—Sí, má. Me voy a cuidar. —Una sonrisa media burlona en mis labios tiró de mis labios.

Ella me observó con una advertencia evidente en su mirada. Le di un último beso en la mejilla y salí de la casa rápidamente.

El pueblo estaba rodeado por un bosque, que en lo personal, me parece tenebroso por las noches, tanto que a los catorce años tuve una especie de pesadilla (aunque ahora creo que pudo ser real) y tuve que cambiar habitación con mi madre. Nunca me animé a entrar, pero tengo curiosidad de saber si ahí encontraría algún licántropo o bruja… Debe sonar algo ¿Raro?, ¿Extraño?, pero creo con todo mi ser que, todos tenemos algo en lo cual creemos indiscutiblemente, todos, así que, lo veo como algo normal (sí, soy rara. No juzguen) en que crea en que los licántropos existen y, básicamente, en que todo lo sobrenatural existe.

La escuela no quedaba lejos de mi casa por ser un pueblo… es pequeño… ¡Creo que se entiende!. Por ende iba caminando hacia ese infierno y cielo a la vez.

Hoy era el primer día de clases y, se podría decir, que estaba un poco nerviosa, no porque era nueva (tampoco lo era), sino porque… no podía explicarlo, sinceramente. Tal vez era la emoción de conocer nuevas personas, por más de ser un pueblo, no se conoce a todos.

Conociendo al Lobo [TD #1] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora