Dakota dejó a Dulcie en casa de sus padres antes de conducir apenas sobre el límite de velocidad hasta llegar de nuevo al hospital, una vez más estaba en aquella sala de espera que tanto detestaba, al preguntar por Jim Dornan le indicaron que fuera a esperar ahí, le notificarían cuando supieran algo, las manos le temblaban mientras esperaba dando vueltas en el pequeño espacio, hizo una oración en silencio para que esa tercera vez ahí no tuviera malas noticias de nuevo.
Las puertas dobles de un extremo se abrieron, sobresaltada por el repentino movimiento ella dio un respingo antes de notar que era Jamie quien salía de ahí, al verla se paró en seco.
-¿Dónde...?
-Con mis padres, está bien, quería estar contigo.
Él suspiró, se dejó caer en el asiento más cercano y echó la cabeza atrás, Dakota estuvo a su lado en un momento tomándole una de sus manos.
-¿Qué fue lo que pasó?
-Al parecer mi padre estuvo muy cansado durante su último viaje, creo que han tenido mucha presión, comenzó a dolerle el pecho después de la cena y Samina lo trajo de inmediato al hospital -cerró los ojos. -Se ha tratado de un pre infarto.
-Oh no.
-Por suerte llegaron a tiempo y lograron estabilizarlo, mañana verá a un cardiólogo.
-Supongo que va a pasar la noche aquí.
-Sí, me he ofrecido a quedarme, pero Samina insiste en hacerlo ella, me he ofrecido a traerle lo que necesite y me ha dicho que llamará mañana.
-Si quieres quedarte estaré aquí contigo -ella clavó su mirada en sus ojos fatigados y asustados. -Estará bien, Jim es un hombre muy fuerte, le quedan muchos años por delante...
Jamie profirió una especie de gemido ahogado antes de tomarla en brazos para sentarla en su regazo y abrazarla, se dejó hacer calmándolo, hablándole y animándolo en voz baja mientras acunaba su cabeza y pasaba sus dedos por el cabello en un suave masaje.
-No sé qué haría sin ti -murmuró él contra su cuello.
Ella no contestó, cerró los ojos saboreando sus palabras mientras dejaba suaves besos sobre su cabeza sin soltarlo, sin dejarlo irse, estuvieron así un largo rato hasta que una enfermera se acercó a ellos diciéndoles que Jim estaba descansando y podían marcharse, así que ambos se levantaron de aquella cómoda posición y sin soltarse de la mano salieron de ahí, al pasar cerca del área de maternidad Jamie se detuvo escudriñando el área de los cuneros, Dakota siguió su mirada y divisó a un hombre con el uniforma militar que miraba emocionado por el cristal.
-Ven un momento conmigo -tiró de ella para ir a l lado del soldado. -Stan.
-¡Jamie! Ven, acércate y mira eso -dijo el tipo emocionado señalando las dos cunitas ocupadas del lugar. -Son míos, los dos, cuando llegamos a la base mi esposa se puso de parto y ahí están, son tan pequeños.
Ambos miraron a los dos bebés que dormían bien envueltos en cobijitas azules, Dakota sonrió, recordando a la mujer embarazada que había visto el día que se despidió de Jamie, al parecer había logrado recuperar a tiempo a su marido para el nacimiento de los bebés.
-Enhorabuena -lo felicitó Jamie dándole unas palmadas. -Son unos bebés muy guapos.
-Sí, son iguales a su madre -se limpió unas lágrimas en las mangas de la camiseta. -Quería ir a descansar un rato con mi esposa, pero es que no puedo dejar de verlos, son tan pequeños y no quiero dejarlos solos.
-Tienes una vida por delante con ellos -lo animó. -Estarán bien.
-Una vida con ellos -sonrió como hipnotizado. -Y ni así será suficiente, bueno, iré a ver a mi esposa, está agotada y tampoco quiero dejarla sola mucho rato.
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Siempre es posible | Jamie y Dakota
FanfictionJamie ha cuidado de Dakota desde el momento que dio sus primeros pasos, siempre ha sido así hasta el momento que decidió enlistarse en el ejército y alejarse de Gatesville; ahora las circunstancias son difíciles y a él solo le resta pedirle ayuda a...