YO SOY ANASTASIA jACKSON

capitulo 32

 —Bien, chicos —dijo Hagrid—. ¡Creo que el hipogrifo dejaría que lo montaras!

Eso me asunto algo ya que volar y yo no estábamos en tan buenos términos por lo que mi tío es dios de los cielos y odia a mi padre y a sus hijos y todo eso pero luego recordé que en las creaciones de mi padre y sus derivados eso no importa ya que ellos me protegían

—Súbanse ahí, detrás del nacimiento del ala —dijo Hagrid—. Y procuren no arrancarle ninguna pluma, porque no le gustaría...

Harry puso el pie sobre el ala de Buckbeak y se subió en el lomo yo subí detrás de él. Buckbeak se levantó. Harry no sabía dónde debía agarrarse: delante de él todo estaba cubierto de plumas y yo me agarre de lo único que puede es decir de su cintura

—¡Vamos! —gritó Hagrid, dándole una palmada al hipogrifo en los cuartos traseros.

A cada lado de Harry y de mí, sin previo aviso, se abrieron unas alas de más de tres metros de longitud. Apenas le dio tiempo a agarrarse del cuello del hipogrifo antes de remontar el vuelo Muy familiarmente para mí, las alas del hipogrifo batían debajo de sus piernas. Sus dedos resbalaban en las brillantes plumas y no se atrevía a asirse con más fuerza, sentía el zarandeo hacia atrás y hacia delante, porque los cuartos traseros del hipogrifo se movían con las alas.

Buckbeak sobrevoló el prado y descendió. Era lo que Harry había temido creo. Se echó hacia atrás conforme el hipogrifo se inclinaba hacia abajo y me jalo con él. me dio la impresión que iba a resbalar por el pico. Luego sentimos un fuerte golpe al aterrizar el animal con sus cuatro patas revueltas, y se las arregló para sujetarse y volver a incorporarse.

—¡Muy bien, Harry! —gritó Hagrid, mientras lo vitoreaban todos menos Malfoy, Crabbe y Goyle—. ¡Bueno!, ¿quién más quiere probar?

Envalentonados por nuestro éxito, los demás saltaron al prado con cautela. Hagrid desató uno por uno los hipogrifos y, al cabo de poco rato, los alumnos hacían timoratas reverencias por todo el prado. Neville retrocedió corriendo en varias ocasiones porque su hipogrifo no parecía querer doblar las rodillas. Ron y Hermione practicaban con el de color castaño, mientras lia observaba por lo que me le acerque

-No tengas miedo son una d las creaciones de mi padre y le diré que te traten bien- dije a lia guiñándole un ojo

-pero no tengo miedo- dijo

-claro, claro pero no te preocupes es como montar un Pegaso solo que estos animales son algo más tercos- dije

Draco, Crabbe y Goyle habían escogido a Buckbeak. Había inclinado la cabeza ante Draco, que le daba palmaditas en el pico con expresión desdeñosa.

—Esto es muy fácil —dijo Draco, arrastrando las sílabas y con voz lo bastante alta para que Harry lo oyera aun yo también lo oí—. Tenía que ser fácil, si Potter fue capaz pero anastasia estuvo con él todo el tiempo para protegiéndolo... ¿A que no eres peligroso? —le dijo al hipogrifo—. ¿Lo eres, bestia asquerosa?- idiota pensé al instante

Sucedió en un destello de garras de acero. Draco emitió un grito agudísimo y un instante después Hagrid se esforzaba por volver a ponerle el collar a Buckbeak, que quería alcanzar a Draco que yacía encogido en la hierba y con sangre en la ropa.

—¡Me muero! —gritó Draco, mientras cundía el pánico—. ¡Me muero, mirad! ¡Me ha matado!

—No te estás muriendo —le dijo Hagrid, que se había puesto muy pálido— . Que alguien me ayude, tengo que sacarlo de aquí...

Hermione se apresuró a abrir la puerta de la cerca mientras Hagrid levantaba con facilidad a Malfoy. Mientras desfilaban, vi que en el brazo de Draco había una herida larga y profunda; la sangre salpicaba la hierba y Hagrid corría con él por la pendiente, hacia el castillo. Los demás alumnos los seguían temblorosos y más despacio. Todos los de Slytherin echaban la culpa a Hagrid. Todos menos yo claro por lo que a mí me toco tranquilizar al hipogrifo aun nadie se dio cuenta de eso ya que todos estaban con la mente puesta en Draco pero por lo que a mi respeta pensé que era su culpa o por lo menos eso me avía dicho Buckbeak y yo claro que le creía ya que en una animal muy digno incapaz d mentir por su misma naturaleza