"El campamento en el que extrañamente he decidido pasar mis vacaciones de verano ha sido tomado por un grupo de hombres armados hasta las cejas que disparan a los adolescentes indiscriminadamente mientras ríen con descaro, como si matar les resultase divertido. Hace sólo unos minutos disfrutábamos de las voces de Agnes, la cocinera y Leonora, su ayudante, entonando Hello de Adele en el improvisado escenario de madera donde se realizan las distintas actuaciones en "Las noches de espectáculo" que organiza el campamento.
Agnes ha recibido varios disparos en el pecho y a Leonora le han volado la cabeza. En cuanto los tiros han empezado, todos hemos salido corriendo despavoridos. Yo me he escondido bajo el escenario y estoy en la parte de atrás, la que da al lago, solo que tengo una caída de más de treinta metros hasta llegar al agua, eso si logro saltar la valla de madera de un metro de alto que sirve de protección antes de que me disparen. No soy la única a la que se le pasa esa idea por la cabeza, un chico sale corriendo de detrás de un árbol directo a la valla pero es alcanzado por los disparos y su cuerpo queda colgando sobre ella, sus ojos se encuentran con los míos, ya sin vida. Es curioso, debía conocerle, pero no recuerdo su nombre.
Escucho gritos a lo lejos, disparos y llantos que se apagan tras el sonido de un petardazo. Alguien solloza detrás de mí, tampoco he sido la única en escoger este lugar para esconderse. Otros tres chicos y dos adultos se esconden bajo el escenario, es cuestión de segundos que nos encuentren y nos maten a todos. Tengo que salir de aquí.
Evalúo mis opciones. Ir hacia la izquierda está descartado, es la dirección que me llevaría al camino pero ahí es precisamente donde más tiradores se han colocado. Al otro lado, el bosque, pero he de atravesar al menos cincuenta metros de campo despejado sembrado de cadáveres antes de poderme valer de la espesura de los arboles. El chico que intentó saltar la valla apenas había corrido tres metros. Pero tengo que salir de aquí.
Echo una última visual por encima del escenario y corro a esconderme tras el árbol desde el cual salió el chico cuyo cuerpo cuelga en la valla. El corazón me va a mil por hora, pero sigo viva. Entonces oigo gritos y los disparos de una metralleta, vienen del lugar que acabo de abandonar, asomo la cabeza y veo la mitad del cuerpo de la chica que sollozaba a mi lado hace a penas un momento tendido en el suelo, algunos han intentado salir corriendo pero ya era tarde, están todos muertos.
Me ve, me ve y me dispara pero consigo quedarme tras el árbol hasta que se le acaban las balas. Tengo que correr, me ha visto y debo aprovechar mientras carga de nuevo. Salgo corriendo y esta vez me dirijo hacia el bosque, hay un pequeño bajante antes de llegar a los arboles, es como una cuneta, espero llegar allí a tiempo.
Corro y corro como no he corrido en mi vida, oigo disparos detrás de mí, están pasando cerca pero no me dan, recuerdo una película bélica en la que uno de los soldados miraba hacia todos lados asustado al oír los petardazos, su compañero le explicaba que estaban lejos, que debía preocuparse cuando en lugar del "bang", escuchase como un silbido. Y así los escucho yo ahora mismo. Veo la cuneta, puede que lo consiga, puede que logre superar el metro y medio que nos separa sin que me disparen. Sin embargo siempre he sido de las oportunas, un dolor punzante se me clava en la pierna y caigo al suelo, he llegado a la cuneta y ruedo por ella golpeándome en la cara y en las manos con ramas y piedras. Cuando al fin mi cuerpo deja de rodar me llevo la mano al gemelo, sangre, estoy sangrando, me han disparado.
Respiro con dificultad y entrecortadamente, la angustia me aprisiona el pecho, tengo que levantarme y seguir corriendo, el bosque no está ya muy lejos, pero aquí estoy a su merced.
El dolor es insoportable cuando intento apoyar la pierna, no me dará tiempo, sé que voy a morir. Lo sé en cuanto veo su cabeza asomando por lo alto de la colina y la gira como hacen los perros cuando parecen no entender algo. Sonríe a la vez que levanta la mano y me apunta con una nueve milímetros.
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TRAS EL SILENCIO
Paranormal'"¿Es porque estoy muerto?" Esa es la pregunta de Alexsy cada vez que lo rechazo. Somos amigos desde...no sé si puedo recordar desde cuando.' Janne Erikson es una adolescente de 17 años bastante peculiar a la que le cuesta hacer amigos, al menos cua...