Capítulo 14

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Esta noche, vuelvo a soñar con sus ojos.

"Estoy en una sala llena de espejos, pero no son espejos normales y corrientes, son como ondas de agua en vertical. Atravieso uno de ellos y cuando llego al otro lado, estoy en un bosque, me giro hacia el espejo que ha quedado a mi espalda y la chica que aparece reflejada es distinta a mí. Soy yo, pero mi piel es más oscura y voy vestida con pieles de animal. Mi melena es completamente negra, lisa y extemadamente larga, también tengo los ojos más oscuros de lo habitual.

Oigo gritos a mi espalda y veo hombres semidesnudos con lanzas o empuñando rudimentarios machetes corriendo hacia mí, me asusto y gruño. Entonces vuelvo a mirar mi reflejo, mis ojos se han puesto de un color ámbar brillante, arrugo la nariz y enseño los dientes, unos enormes colmillos amenazan con desgarrar cualquier cosa que se cruce en mi camino. De nuevo el grito de guerra de la tribu, corro por el bosque, solo que no es un bosque, es una selva. Huyo de los gritos, el espejo por el que he entrado ya no tenía ese efecto de onda y al tocarlo, mi mano ha chocado con el cristal. Corro sin mirar atrás, subo por rocas hasta que encuentro una cascada. Oigo sus voces a mi espalda y atravieso la cortina de agua que tengo en frente, en el agua, me percato de que estoy atravesando otro espejo.

He caído al suelo y despacio, apoyo las manos para ponerme en pie, esta vez, mis manos son más blancas. Ahora mi pelo es rubio cobrizo y mis ojos verdes, llevo un vestido harapiento, dos trenzas deshechas y pieles de oso en los hombros. De nuevo gritos a mi espalda, alguien lanza algo y se queda clavado en el suelo, a mi lado, es como un hacha de hierro. Corro, hombres gritando como animales me persiguen, entoces,¿aúllo? Oigo a un lobo respondiéndome y corro hacia donde creo que está, he de atravesar las fría aguas de un río pero lo hago sin pensarlo, avanzo con lentitud, los guijarros se me clavan en los pies y al llegar a la mitad, la corriente es más fuerte, pierdo el equilibrio y me arrastra.

Intento agarrarme a cualquier cosa y por fin, clavo mis garras en la rama de un árbol, sí, tengo garras, o algo parecido. Pero entonces me lanzan un hacha de nuevo y al tratar de esquivarla, vuelvo a ser arrastrada por la corriente. Cuando me parece que es el fin, atravieso de nuevo otro espejo.

Estoy en una fiesta, la gente se divierte y yo sonrío, llevo un vestido de muselina en color rosa palo y soy rubia, esta vez tengo los ojos azules y la piel blanca, fina y delicada. Aunque me cueste reconocerme, sigo siendo yo. Avanzo entre la multitud, la gente ríe, baila y se divierte mientras hombres y mujeres hablan de temas de toda índole. Entonces lo veo, al final de la escalera hay un chico un poco más alto que yo y fuerte, de feroces ojos azules, como el hielo, y pelo oscuro. Me acerco a él y le tiendo mi mano, él la besa mientras sonríe.

Sin decir nada, continuamos escaleras arriba y cuando nadie nos ve, nos fundimos en un apasionado beso tras el rellano de la escalera. Sé que no está bien, no entiendo qué relación me une con este chico, pero no han hecho falta palabras, sólo hemos juntado nuestros labios cuando ya nadie podía vernos. Sus labios me besan el cuello y miro a través del enorme ventanal de la escalera, la luna llena brilla en lo más alto y noto como se me encienden los ojos. Soy más voraz y él también los es, nos separamos y me sonríe, entonces veo sus colmillos."

Doy un brinco en la cama y me despierto, es la segunda vez que sueño con Kol y voy a empezar a preocuparme si cada vez que lo hago acabamos intimidando de esta manera. Miro por el balcón de mi cuarto y veo a Alexsy, de espaldas. Aún no le he sacado el tema del que empezamos a hablar en el pasillo de la escuela y creo que ha llegado el momento de que hablemos. Salgo fuera y a pesar de no intentar ser sigilosa, Alexsy no se vuelve a mirarme.

—Dijiste que teníamos que hablar.

—Sí.

—Aún no lo hemos hecho.

TRAS EL SILENCIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora