Raner tenía razón, aunque lo intento no puedo quitarme al capullo de su hermano de la cabeza y eso me da tanta rabia que no puedo concentrarme. Por un momento pienso que mi rostro refleja todo lo que estoy pensando y siento la necesidad de estar sola, de tener un poco de intimidad.
Me pierdo por los pasillos de libros y me detengo en la sección de economía, es una de las más apartadas y además es una de las menos visitadas.
Apoyo la espalda contra la pared de libros y me llevo las manos a la cara. Aunque le haya dicho a Kol que su opinión no me importaba, no es cierto. No me gusta pensar que cree que soy una loca obsesionada que vive en un mundo de fantasía.
Raner lo ha fastidiado todo, mis normas estaban ahí por algo. ¿Cómo se me pudo escapar que era un espíritu?
Entonces oigo unas voces a mi espalda, dos personas, dos chicos discuten acaloradamente.
—Toma tu maldita llave y devuélveme todos mis discos de Bonnie Tyler.
Es la voz de Lars, me doy la vuelta y miro entre los libros. Sí, es Lars y está discutiendo con uno de los chicos del equipo de hockey hierba.
—¿Y para qué iba yo a querer esa mierda?
— A mí dime lo que quieras pero ni una palabra contra la Diosa, porque no respondo.
—Tss,¿qué va a hacerme un mierdecilla como tú?
—Tú sí que eres un mierda, un mierda y un cobarde al que le faltan huevos para admitir que le ponen los tíos.
Madre mía, no puedo creer que esté presenciando algo así, me giro con la intención de marcharme pero me encuentro con ella de frente, Filippa está escuchando lo mismo que yo y sonríe maliciosamente.
—Cállate.—Oigo gritar a mi espalda.
—No, te callas tú, ya he estado callado demasiado tiempo como tu putilla mientras en el instituto eres el novio perfecto de la perfecta seguidora de Anabelle.
—Como se te ocurra abrir el pico...
—¿Y qué vas a hacer? ¿Volver a pegarme?
Me llevo las manos a la boca intentando amortiguar el sonido de mi grito ahogado.
—La próxima vez que te ponga un dedo encima te dejaré para el arrastre. Así que, si sabes lo que te conviene, estarás calladito.
La rabia me recorre por dentro y quiero pegar a ese chulo de barrio, entonces me acuerdo de los golpes en el cuerpo Lars el día que me pidió el sitio y pienso en por qué lo hizo. No quería sentarse junto a su agresor, ahora lo entiendo.
El chico ya se ha ido y a mí, me gustaría hablar Lars. ¿Cómo ha podido permitir que su pareja le ponga la mano encima? Pero entonces, vuelvo a deparar en Filippa y en su sonrisa.
-—Ya es hora de que alguien le dé una lección a ese miserable.
—¿Qué vas a hacer?
—Oh, ¿Ahora sí que me ves? —Se hace la tonta y luego sonríe—. Zorra...
Entonces desaparece.
No sé que demonios va a hacer Filippa pero viniendo de ella seguro que no es nada bueno. Me asomo al otro lado de la estantería pero Lars ya no está allí. Vuelvo a mi asiento y recojo mis cosas.
En la siguiente clase veo a Lars. Me gustaría hablar con él, pero la verdad es que no somos amigos y si piensa que me estoy metiendo en sus asuntos, puede ser peor.
Creo que lo mejor será dejarlo pasar, al menos de momento.
A la hora de la comida, la mesa que habitualmente ocupo está vacía, ni rastro de Kol. Cojo mi sándwich, esta vez vegetal y saco un refresco de la máquina, en esta ocasión me apetece algo refrescante con burbujas. Pero las burbujas se me atragantan cuando escucho un fuerte golpe al otro lado del comedor y alcanzo a ver a Lars arrastrado sobre una de las mesas. Dennis, el chico con el que discutía en la biblioteca acaba de mandarlo ahí de un puñetazo.
—¡Te he dicho que yo no he sido! — grita Lars mientras intenta protegerse.
—¡El primer mensaje ha sido enviado desde tu cuenta!
Pronto, la gente se amontona y no me dejan ver nada. En otras circunstancias pasaría del tema, pero por alguna razón, esta vez no. Corro y me cuelo entre la multitud, alcanzo a ver como Dennis coge a Lars por la chaqueta y le asesta dos puñetazos más. Lars vuelve a caer sobre la mesa y Dennis vuelve a ir a por él, sin dudarlo corro hacia ellos poniéndome en medio.
—¡Ya basta! ¡No le pegues más! —grito, pero Dennis está como endemoniado, cegado por la ira.
—¡Aparta!
Me asesta un golpe que hace que mi cuerpo salga literalmente volando hasta unas sillas y me clavo un asiento en el costado. Es más alto que yo, y más fuerte, así que a pesar de mis esfuerzos apenas he opuesto resistencia para él.
Entonces algo pasa a toda velocidad por mi lado y le hace un placaje a Dennis que lo derrumba contra el suelo. Veo como lo levanta agarrándolo por la solapa de la chaqueta y le da dos puñetazos que hacen que Dennis se tambalee.
—No vuelvas a tocarla. —Su voz suena más grave que de costumbre si es posible.
Kol se encuentra entre Dennis y nosotros. La hermana de Lars corre hacia él y Kol se gira hacia mí, veo sangre en sus nudillos y tiene el ceño fruncido mientras enseña los dientes. Parece que va a girarse de nuevo para pegarle una vez más pero en ese momento aparecen dos profesores que los separan.
—Quieto muchacho. ¿No te parece que has elegido una mala forma de empezar?
Rápidamente me levanto y me pongo al lado de Kol.
—¡No! No ha sido culpa suya.
Todos me miran y entonces, me cuesta respirar. Me llevo la mano al costado y me doblo por la mitad mientras intento coger grandes bocanadas de aire. Kol me coge por la cintura y me pone la mano en el costado, sobre la mía.
—Tranquila, es sólo el golpe, te pondrás bien. Respira con calma. —Se vuelve hacia los profesores para hablarles a ellos—. Se ha dado un golpe en el costado, debería ir a la enfermería.
—Si, y creo que estos dos también — dice uno de los profesores mirando a un Lars que sangra del labio y a un Dennis cuyo ojo empieza a hincharse mientras le sangra la ceja. Han bastado dos golpes para que Kol lo haya dejado fuera de combate.
—Después, los cinco iréis derechitos al despacho de la directora —concluye el otro, por los cinco imagino que incluye a Ophelia, la hermana de Lars.
Recupero un poco la respiración y Kol me ayuda a caminar, entonces veo a Filippa sonriendo como si lo que ha pasado le resultase divertido. Como si lo hubiese provocado ella. Y no me resulta difícil de creer que sea así. Si Alexsy aprendió a materializarse, tal vez ella haya aprendido algunos otros truquitos.
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TRAS EL SILENCIO
Paranormal'"¿Es porque estoy muerto?" Esa es la pregunta de Alexsy cada vez que lo rechazo. Somos amigos desde...no sé si puedo recordar desde cuando.' Janne Erikson es una adolescente de 17 años bastante peculiar a la que le cuesta hacer amigos, al menos cua...